Más de 245.000 millones de pesos han perdido las siderúrgicas por el paro, entre estas las tres de Boyacá #LaEntrevista7días

Hoy en #LaEntrevista7días, la directora ejecutiva del Comité Colombiano de Productores de Acero de la Andi, María Juliana Ospina Serrano, explica cómo se reactivó el sector siderúrgico del país en medio de la pandemia y qué efectos negativos ha tenido esta industria por cuenta del paro nacional y los bloqueos. La dirigente gremial también se refiere al panorama de las acerías boyacenses y de lo importante que es levantar los bloqueos para permitir que las empresas puedan sacar sus productos y evitar que la generación de empleo en la región termine golpeada. #LoDijoEn7días.

María Juliana Ospina Serrano, directora ejecutiva del Comité Colombiano de Productores de Acero de la Andi. Foto: archivo particular

¿Cuál ha sido el comportamiento del sector siderúrgico colombiano desde que comenzó la pandemia por el COVID-19?

Desde el confinamiento general, que empezó en marzo del año pasado, las empresas productoras de acero estuvieron cerradas casi dos meses, en los que tuvimos muy baja producción.

La única siderúrgica que no paró su alto horno fue Paz del Río, por la complejidad de no poder interrumpir sus procesos continuos, pero sí llevó a niveles muy mínimos esa producción.

¿Cómo fue el primer semestre del año pasado para la industria del acero en Boyacá y en el país?

Fue muy complejo y las cifras muestran que al corte del primer semestre del 2020 la producción cayó casi en un 40 por ciento.

¿En qué momento empezó la reactivación del sector?

A partir del segundo semestre del 2020 el mercado nos empezó a sorprender muy positivamente.

¿A qué se debió esa recuperación?

Definitivamente la política pública detrás del incentivo de subsidios para la vivienda de interés social y la de no interés social, tuvo un impacto en la generación de demanda de insumos para la construcción, y en este caso el acero. Ahí empezamos a experimentar una fuerte recuperación de la demanda de acero y así mismo creció la producción.

¿Cómo terminó el año 2020 para la industria siderúrgica nacional?

A fin de año del 2020 la producción cayó tan solo un 13 por ciento, después del 40 por ciento del primer semestre.

Cuando empezó la pandemia, la única siderúrgica que no paró fue Paz del Río, por la complejidad de no poder interrumpir sus procesos continuos. Foto: archivo particular

¿Y cuál fue el comportamiento de las importaciones de acero al país?

Claramente las importaciones no lograron reanudarse, porque los mercados internacionales estaban dándole prioridad a atender sus mercados locales por la fuerte demanda, entonces mientras la producción logró atender mucho más el mercado nacional, las importaciones terminaron cayendo casi un 40 por ciento.

¿Cuál es la participación de la industria del acero del país en el mercado nacional?   

La industria nacional lleva produciendo acero más de 70 años y de ahí nuestra fortaleza en tener una muy buena participación sobre el consumo total de acero en Colombia. La industria nacional sigue siendo líder en ese sentido y su penetración en el mercado colombiano en este momento es más del 65 por ciento.

¿Es decir que los productores de acero nacional evitaron que se estancaran los proyectos de vivienda en el país en medio de esta pandemia?

No solo de vivienda, sino también los proyectos de infraestructura no tuvieron problemas importantes de arranque de sus obras.

A nivel mundial se presentó escasez de acero porque China, cuando entra a su confinamiento, tuvo que parar muchas plantas por la pandemia, y para volverlas a llevar a sus niveles productivos se demoró mucho más de lo que ellos esperaban.

La demanda de acero detrás de todas esas ayudas financieras que empezaron a dar los gobiernos para recuperar sus economías a través de sectores estratégicos como la construcción, disparó el consumo de acero a nivel mundial.

¿Cuáles fueron esas cifras mundiales de producción y demanda?

Mientras la producción de China crecía a tasas del 5,5 por ciento, la demanda crecía casi el doble: 9,8 por ciento. Eso generó un desbalance entre la oferta y la demanda, que hizo que China durante tres meses consecutivos en el 2020 empezara a importar acero y a frenar sus exportaciones de acero al mundo. Los países que dependen del acero importado de China se vieron afectados por ese desequilibrio.

¿Colombia se vio afectado?

Nosotros afortunadamente producimos localmente la varilla y el alambrón, por eso no nos vimos dependientes de esos choques internacionales. De ahí que haya que velar por mantener unas industrias nacionales sólidas, que sean viables financieramente y que puedan responder ante esos choques internacionales.

Por cuenta de los bloqueos del paro, el Grupo Siderúrgico Reyna tuvo que suspender la operación de la planta. Foto: archivo particular

¿Qué impacto ha tenido este paro nacional en la industria siderúrgica de Boyacá y de Colombia?

Veníamos tremendamente bien, con unos indicadores financieros de una recuperación muy importante, pero llega el paro, que nadie contaba con esos bloqueos tan prolongados, que nos llevaron a parar las plantas nuevamente porque no teníamos acceso a las materias primas: la chatarra no llegaba, las ferroaleaciones no llegaban, y eso pues definitivamente hizo que nuevamente tuviéramos que apagar las acerías.

¿O sea que el paro ha perjudicado a las acerías mucho más que la misma pandemia?

La problemática fue inclusive mucho mayor que la de la pandemia. Esto fue un golpe importante, y a hoy estamos contabilizando el golpetazo de mayo: ¿cuánto fue el impacto de los días que dejamos de producir y, sobre todo, dejar de despachar por los taponamientos y los bloqueos?

Los bloqueos, principalmente en Gachancipá y en Higueras, claramente no permitían el tránsito en la vía Sogamoso-Bogotá. Eso fue bastante complejo.

¿Qué situación vive hoy la industria del acero en Boyacá?

En Boyacá se concentra más del 70 por ciento de la producción de acero de Colombia. En el departamento de Boyacá están Acerías Paz del Río, el Grupo Siderúrgico Reyna y Gerdau – Diaco, y claramente ellos se vieron muy comprometidos y muy golpeados.

¿Se tiene una cuantificación de las pérdidas del sector?

Hace una semana nosotros hicimos un barrido del impacto. En toneladas cuantificadas, en toneladas no producidas y en toneladas no despachadas íbamos alrededor de 245.000 millones de pesos en todo el país. Eso va a repercutir en un desbalance nuevamente entre la oferta y la demanda.

Siendo el 2020 un año tan complejo, el sector de la construcción terminó teniendo unas ventas y unos lanzamientos crecientes de un 8,5 por ciento frente al 2019. Ahora ya vemos cómo las iniciaciones de obras, que es donde hay mayor consumo de insumos para la construcción, en este caso el acero, vienen con una tendencia creciente bastante importante.

Al no poder despachar acero, el arranque de esas obras va a tener un impacto. ¿Cuál? Hay que cuantificarlo y hasta ahora estamos cerrando mayo. Definitivamente sí hemos alzado todas las alertas, porque ese desbalance entre la oferta y la demanda se va a volver a generar.

Actualmente la chatarra, materia prima para producir acero, se cotiza a 510 dólares la tonelada. Foto: archivo particular

¿En cuánto tiempo se podrá normalizar la producción de acero en Colombia?

Aquí no es que ya salimos del paro y volvemos a normalizar la producción.

No tenemos esa suficiente capacidad ociosa como para poder compensar ese mes largo de parada que hemos tenido.

¿Qué es lo positivo? Que la industria es consolidada, que la industria tiene producción local. Yo no me quisiera imaginar en un escenario en el que dependiéramos de las importaciones de varilla corrugada o de acero para concreto del mundo, porque el mundo no tiene acero en este momento para exportar, y si lo tiene, lo tiene a precios muy, muy altos.

¿Cómo están los precios de la materia prima para la producción de acero?

Hay un fuerte incremento de los precios de las materias primas. Estamos hablando de que hoy la chatarra se cotiza a 510 dólares la tonelada. El desbalance en el incremento de las principales materias primas, llámese chatarra o mineral de hierro, que han tenido incrementos por encima del 50 por ciento, tiene una consecuencia en los precios del producto final y hoy estamos experimentando una volatilidad muy importante en los precios.

¿La situación actual puede terminar afectando la generación de empleo del sector del acero?

Claro, esto termina por afectarnos a todos. Esto no es solo un tema de que se afectan las siderúrgicas: no, las siderúrgicas pues son generadoras de empleo y cuando se ven ante estas situaciones, empiezan a tomar medidas que van en contra de la empleabilidad.

¿Cuántos empleos se están viendo comprometidos con la parálisis de las acerías?

En este momento nosotros nos cogimos de todas las figuras jurídicas, en donde pudimos sacar a las personas a vacaciones, un poco como las medidas que se tomaron en el confinamiento, pero de no volver a la normalidad rápidamente, pues se empiezan a perder empleos. Este sector en el país genera 6.500 empleos directos y 49.000 indirectos, entonces ahí hay un enorme riesgo de esa pérdida de empleos, por eso es muy importante lograr volver a la actividad económica regular por el bien de todos: por el bien del país, por el bien de la economía, por el bien de la empleabilidad, por el bien de los jóvenes que tienen unas legítimas inconformidades de que no consiguen empleo, pero el aparato productivo es el único que puede generar empleo y si trancamos ese aparato productivo, no vamos a conseguir absolutamente nada.

El sector siderúrgico en el país genera 6.500 empleos directos y 49.000 indirectos. Foto: archivo Boyacá Sie7e Días

¿Cómo están las siderúrgicas boyacenses? 

Las siderúrgicas están muy golpeadas, pero vamos a salir adelante. Lo que pasa es que no hay que prolongar estos bloqueos porque nos quedamos sin oxígeno. Además, de nosotros depende el sector de la construcción, y si no llega acero a la obra, entonces se van a ver afectadas otras personas.

Por ejemplo, el Fondo de Financiamiento de la Infraestructura Educativa (Ffie) está construyendo varios colegios y si no llega acero, cómo van a construir esos colegios que tanto reclaman las comunidades. Los colegios no se construyen solos, se construyen con la planificación de unas obras, por eso hay que permitir el tránsito, no solo de acero, sino de todos los insumos que conforman la cotidianidad de la vida.

¿Qué acciones ha realizado el Comité Colombiano de Productores de Acero de la Andi frente a esta crisis?

Nosotros desde la Andi, desde el Comité Colombiano de Productores de Acero, que representamos el ciento por ciento de la producción nacional, hemos hecho unos llamados a esa conciencia para desbloquear las vías. No tiene sentido que, teniendo un país con una reactivación, nos veamos en estas circunstancias. Hay que trasladar esas negociaciones a unos escenarios que no sean con bloqueos de las vías, porque eso termina por afectarnos a todos.

El camino es el diálogo, pero tenemos que tener de ambos lados convicción para entender y tratar de solucionar esas diferencias. Si ambas partes siguen poniéndose en los extremos, difícilmente vamos a llegar a una concertación que nos permita reactivar la economía del país.