Luz, bienaventuranza, fuerza e integridad;
preludio de esperanza, rosa de mi heredad.
Árbol en cuya fronda la vida suele ser
pan, ternura y caricia con rostro de mujer.
Plenilunio en mi infancia; sonrisa matinal,
clorofila a mi huerto, paz, fervor, sentimiento,
¡puerto de libertad!
Madre de mi esperanza: un cogollito soy,
de tu amor que alimento dentro del corazón.
Aún colmas mis anhelos, mi mundo e ilusión…
Aún en mis desiertos o álgidos momentos
puedo libar las mieles de tu rosal en flor.
Madre, mi ser conserva tu mirada y tu voz
cuando, al juntar tus manos, me acercabas a DIOS.
Madre:
Hoy que sigo tu huella, hincado ante el SEÑOR,
por mi Patria oro y clamo para que el SOBERANO
calme tanto dolor….
-Todos, cual caros hijos del mismo tricolor,
unidos como hermanos, en la misma canción,
¡salvemos nuestra amada de odio, muerte y terror.
Madre:
Un día, en la nueva Patria, volveré a oír tu voz;
y viviremos juntos, en eterna morada,
¡con el eterno AMOR!
Cenén Porras Villate