Pisando cáscaras de huevo – #Pregones – Ricardo Gabriel Cipagauta Gómez #Columnista7días

A pocas horas de llegar al mes de un paro, que bien estaba con libreto en mano para finales del 2019, conociendo las altas cifras de fallecimientos e infectados por COVID-19 y que no se avanza en la llamada y forzada mesa de negociaciones, rogamos que jóvenes líderes y marchantes no sigan pisando o pisoteando, no lo hagan ni dejen que otros lo hagan, el país como si fueran cáscaras de huevo, que nos puede costar lágrimas y fuera del llanto, dolor, respiración y otros que no dimensionamos. Su fuerza y energía debe “obligar” a garantizar mejores oportunidades y posibilidades para vivir.

Que no seamos sorprendidos en la región que, por milicias o grupos organizados para el mal, y por esas actuaciones, es que estamos como estamos… Que al recibir testimonios o pruebas que hay “personajes infiltrados o liderando” y su procedencia sea de la política o similares… Que no se siga inculpando a los medios cuando lo que se hace es informar, con fallas de unos cinco de estos que no pueden marcar a todos, y por ello las audiencias sabrán discernir entre las verdades…

Que no vayamos a tener que arrepentirnos por no haber dejado funcionar al Estado -con todos sus errores- y personalizar por activismos, que ya hacen doler la cabeza. Que ataques entre “sociedad civil” y sus “policías” hayan sido víctimas de organizadores o fuerzas extrañas que nos desbordaron en improperios, palabrejas, calificativos, estigmatizaciones o señalamientos, y no olvidar los cierres, bloqueos, muertes de bebés y jóvenes, quemas de vehículos, ataques a ambulancias y sedes de otras entidades de servicio y al comercio, que intimidado lleno sus vitrinas o vidrieras de avisos de “apoyo” para no ser acabados, como terminarán los sectores productivos. ¿Saldrán a presentar excusas o perdón?, ¿a poner la cara y asumir? Que se vayan los que se tengan que ir.

Se necesita que hayan resultados ya de tan “exhaustivas investigaciones” para recomponer una sociedad que se venía fortaleciendo dentro de los dolores de la pandemia, de las inequidades, asumiendo sus retos y hasta construyendo normas, códigos, manuales y con reinvenciones, y a los empresarios o empleadores haciendo sus esfuerzos por no cerrar espacios. “¿Será defendiendo a los campesinos?”.

Y que cuando se conozcan los “secretos” de las compras de las vacunas, de las renuncias de los ministros y otros funcionarios, de las componendas locales para seguir al mando o dejando “herederos” o lo que se atravesarán para ir midiendo fuerzas -abriendo pistas- para las que se avecinan u otras sorpresas que nos llevan a invocar que haya verdadera separación de poderes, devolver la magistratura a las altas cortes para sus respetables y sabias decisiones, y YA.

Si es cierto que es en la calle que se dan las soluciones pues a sentarse a demostrarlo… los jóvenes deberán responder por las consecuencias -positivas y negativas- de sus actos o sus activismos, porque respetando creencias o efervescencias, de echar culpas para tener trincheras o atacar a sus pares… invitando a no desgastarse pero si desgastan y utilizan a sus seguidores o a con sus dignidades… las que conocimos como “autoridades competentes” pero no sesgadas o con cartas marcadas. Y eso que por estas tierras no somos tan extremistas o “rompe huevos”…