[Infografía] – Inició la era Lasso, el fin del correísmo en Ecuador

El conservador Guillermo Lasso asume la Presidencia de Ecuador con la intención de llevar al país por un crecimiento económico con justicia social y abandonar el ‘Socialismo del Siglo XXI’ de Rafael Correa.

EFE

Quito, 24 may (EFE). Unión por la Esperanza (UNES), la alianza progresista que arropa al correísmo, se presenta como la principal fuerza opositora al gobierno en Ecuador del conservador Guillermo Lasso, quien asumirá el mando el próximo lunes sin un sólido apoyo dentro de la Asamblea Nacional.

Y aunque la tendencia que lidera el expresidente Rafael Correa propuso un pacto de gobernabilidad a Lasso, el mandatario entrante se ha encargado de poner una barrera con el correísmo, una tendencia que podría ser usada, como lo hizo Moreno en su mandato, para tratar de tapar errores.

«La culpa es de Correa», ha sido el eslogan que los seguidores de Moreno han enarbolado en los últimos cuatro años de administración, bajo la premisa de que todo lo malo que sucedía al país provenía de la gestión del exmandatario, quien gobernó entre 2007 y 2017.

Para el jurista y analista político Ramiro Aguilar, Lasso podría mantener el discurso «anticorreísta», sumado al «antimorenismo» que podría surgir dadas las bajas calificaciones que, según varias encuestas, tiene el actual mandatario entre la población.

Esa estrategia de no comulgar con el «correísmo» ni con el «morenismo» ya fue esgrimida por el presidente electo en la campaña electoral, aunque desde sectores de izquierda le atribuyen una estrecha relación con Moreno, que Lasso niega tajantemente al considerarlo un correísta más.

«La crisis es tan fuerte, que (Lasso) no va a tener más remedio que seguir culpando al correísmo de todo lo que le salga mal», precisó a Efe Aguilar, quien, en cambio, ve como positivo que UNES haya intentado suavizar su lenguaje e incluso haya logrado llegar a entendimientos con el conservador Partido Social Cristiano (PSC), algo impensable en el pasado.

El PSC estuvo aliado con el movimiento CREO, de Lasso, durante el periodo electoral que concluyó con su victoria en los comicios del 11 de abril, pero, aparentemente, ambos se han distanciado tras el entendimiento de los socialcristianos con UNES, en un pacto que podría ser coyuntural, aunque interesante en el juego parlamentario.

UNES crucial en la asamblea

UNES es la mayor fuerza política de la Asamblea Nacional (Parlamento) con 49 escaños de 137, y aunque no alcanza la mayoría de votos, será decisiva en votaciones trascendentales.

Lasso, recientemente, dejó en claro sus críticas al «correísmo» y rechazó el pacto ofrecido por ese movimiento para alcanzar un espacio de gobernabilidad necesaria ante la crítica situación económica y sanitaria que vive el país.

CREO, que apenas tiene 12 escaños, ha tenido que pactar con los asambleístas del movimiento indígena Pachakutik (26), la socialdemócrata Izquierda Democrática (16) e independientes para asegurarse una fuerza de 70 votos que, al parecer, no es muy sólida, dadas unas últimas escaramuzas entre integrantes de esa coalición.

Aguilar consideró que, dadas las circunstancias, UNES podría convertirse en una fuerza de «oposición eficiente», si evita las «divergencias radicales» y las «intransigencias», y mantiene el objetivo de acumular fuerzas e irse constituyendo en una alternativa de cara al futuro.

El analista incluso ve más cerca la posibilidad de que el progresismo se consolide a nivel regional, dadas las tendencias últimas en países como Colombia, Chile y Brasil.

No obstante, en Ecuador será el conservadurismo el que gobernará durante los próximos cuatro años y, según Aguilar, continuará por la senda que ya dejó marcada Moreno.

Para él, el rumbo será «neoliberal» y, en esa línea, Lasso pretende afianzar su destino, por ello a su investidura asistirán varios presidentes de la región que coinciden con esa tendencia conservadora.

Entre esos mandatarios están el brasileño Jair Bolsonaro, el chileno Sebastián Piñera, el colombiano Iván Duque y el uruguayo Luis Lacalle Pou. EFE