País de respuestas y con estrella – #Pregones – Ricardo Gabriel Cipagauta Gómez – #Columnista7días

Con maestría revolvieron peras con manzanas y el paro se viene convirtiendo en pergamino de 104 peticiones que algunos indolentes no han sido capaces de consolidar para lo urgente y necesario de ciudadanos del país, de las regiones y de sus ciudades, como las nuestras, en la vituperada nación por culpa de personajes que vienen apareciendo de la nada y acabando con lo que encuentran a su paso y esto debe ser motivo de investigación internacional, pues se podrá seguir hablando de intromisiones o infiltrados, por odios y una supuesta “lucha de clases”… pero las realidades en los entornos ya están pasando a otros niveles y ambientes, que no son los nuestros.

No tiene presentación que siendo un departamento de sectores marcados tengamos una situación de crisis en alto porcentaje de ellos. Cierre de empleos, de las mismas empresas, de espacios y de vías para enviar y recibir nuestros productos -que nos dan el sustento diario y abastece a los vecinos- nos llevan a justificar todo, a señalar supuestos culpables y hasta estigmatizar a los medios de comunicación, que aportan con sus profesionales, equipos, tecnologías y servicios, cuando los inspiradores intelectuales de nuestros males se carcajean y pasean orondos por acá y por ahí.

Acá no es de identificarnos o ser activistas de bandos, al parecer no se miden las consecuencias del hilo conductor de la pandemia y muchas más lágrimas se derramarán por las mejillas de inocentes, de familias, de infectados, pero a sabiendas de reconocer y agradecer los esfuerzos de equipos de profesionales de la medicina, hasta el límite o superándolo, pero lo que no se podrá perdonar es el haber bloqueado el paso de alimentos, de las urgentes y necesarias vacunas, de insumos, de medicamentos y del personal que nos brindan posibilidades de salir del virus, de recuperarnos y superarlo. Y cuando logremos soluciones se podrán sentir satisfechos, ¿podrán vivir con esa culpa?

A gritos destemplados se reclama conformar las mesas de concertación con titulares comparativos que no coinciden en las respuestas a comunidades a rogar, sí rogar, que se nos respeten derechos y deberes de la Constitución. Dejaron ver su cobre de ser aspirantes oficiales y que sus campañas tengan su propio trampolín gratuito y todos los reflectores sobre sus ambiciones personales. A punta de redes sociales no lograrán que comunidades les voten o acompañen en tan loable empeño.

Voces reprochan las acciones contra manifestantes pacíficos, contra bienes, contra nuestros familiares con uniformes o hasta contra patrimonios, de encapuchados que no saben por qué lo hacen, de dónde aparecieron las convocatorias, quién las financia, dónde y cuál es su centro de operaciones y qué es lo que de verdad pretenden… desestabilizar un gobierno o unas instituciones que nos han decepcionado pero que pueden ser fortalecidas, dinamizadas y ya que “los buenos somos más” copiar la convocatoria del 4 de febrero 2008 y retomar millones de voces de PAZ real.

Reclamamos mesas de concertación para asumir mayores sacrificios… las calles son de todos, sin necesidad de pedirnos permiso para transitarlas, recorrerlas y hasta refugiarnos en ellas. Algo muy similar al País de Nunca Jamás, no por sus muy parecidos personajes y lugares, sino porque los idealismos de su autor no se ven, no se viven y no tenemos, no vemos, no sentimos, a personajes de carne y hueso que nos lleven por buenos caminos, den, concreten soluciones y YA su estrella.

Llegamos a los quince días de un paro que tenía el pretexto de que no se presentará la reforma tributaria, se retiró y hasta tumbó al Ministro, ahí vamos en aumento de violentos enfrentamientos entre colombianos de bien, es decir todos, pobres o ricos, ilustres o anónimos.

Hablan de “conversa” pero no se hace realidad, ni se dan muestras para hacerlo, y mucho menos honor u honrar a los acuerdos transitorios para respetar los espacios y sitios públicos, para llegar a que como de seguro todos lo hemos pregonado, pensado, deseado, realizado o solicitado -a voz en cuello- de justificar que las soluciones están en pedir las renuncias. ¿Si esas fueran las medicinas las enfermedades se acabarían de raíz?

¿Tendremos los anunciados diálogos regionales por estos lares?, pues ya es hora de que veamos en acción a quienes en sus aspiraciones anunciaron soluciones divinas y extra terrestres y se les va pasando el tiempo y pareciera que ya sucumbieron a sus jefes y pasarán de agache con todos.

Más que tener preguntas anhelamos respuestas verdaderas y que los ojos del mundo atisben soluciones. Las respuestas son las que esperamos desde hace tiempos pero no para llorar… porque nos pueden estar dando más sorpresas y eso no sería justo con un país con estrella y de grandeza. Empatía sincera debe ser de doble vía y con demostraciones para todos, para todos los sectores.