Sensatez y Claridad y no nos matemos… #PREGONES – Ricardo Gabriel Cipagauta Gómez

Incendiar a las masas es la esencia de quienes se atrincheran en vandalismos o en utilizar las ruedas de prensa para justificarse, pero las audiencias (sociedad) sopesan cada palabra que lanzan al viento, como disparos o pirotécnicos, y que salen a solucionar todo con decálogos, propuestas y hasta consensos que- de seguro- no se cumplirán ni en el país de las maravillas, pero sirven de distracción.

No nos estigmaticemos más, no es de “abolengos o formas de lucha”, es de sensatez y con medidas claras, precisas y concisas en un ajuste a las necesidades sentidas de todos y al unísono de un convocante diálogo nacional, respetuoso, armonioso y de ser posible comunicado por todos los medios, canales y redes para que no haya tergiversaciones o traducciones acomodadas, pareciera que fuera la hora de la tan mentada constituyente, pero que sea legítima y no por salir del paso…

Duele que pasen horas y días enfrentados entre paisanos, entre colombianos, entre nosotros mismos, por el hecho de no saber hablar, escuchar, comunicar, informar y si amañar para llegar al dolor de muertes, ataques, señalamientos, psicoterapias sugeridas para unos, pero no contraindicadas para los formuladores.

Amenazar con denuncias, pero no cumplir las leyes vigentes es forma de lograr las soluciones a las arengas, reclamos o demandas salidas de las manifestaciones –que son sentidas, verdaderas, de sus entrañas, visionarias, incluyentes y muy justificadas- pero utilizadas para generar titulares, para que arrastren con numerales o ganen seguidores.

Exigencias a fuerza que no están en sus libretos, sino que por sugerencias de personajes de turno saben que funcionan, pero para por capítulos ir dejando ganancias para los que con los dedos de sus 2 manos se llenarán de argumentos para sus planes y aspiraciones de gobernar, pero no nos olvidemos de la alternativa y fuerza del voto en blanco y lograr nuevas figuras, jóvenes preparados y matices renovados de quienes dirigirán la nación y nos congregarán a todos, incluidos temerosos.

Quienes hayan violado los derechos humanos y demás normas de convivencia ciudadana deben ser judicializados, del bando que sean,  y sí  que todos somos en algo responsables de lo que estamos viviendo, pues no bastará con confesarnos sino salir a realizar los actos de contrición pero con juventudes, organizaciones sociales, sindicatos, gremios, protestas sin daños a infraestructuras, consultas populares abiertas, generación de empleos, oportunidades de movilización para nuestros productos, alimentos y lograr productividad para tener sostenibilidad y no morir, no morirnos.

Reclamar victorias parciales, triunfos o perdedores por unas cabezas, no es satisfacción, nos auto derrotamos en como en otrora, pero bajo unas consignas que más allá de los significados históricos deben ser para construir mesas de trabajo, sin exigencias o imposiciones, con micrófonos escondidos, suplantaciones, voces delirantes gobernando por sus redes, aduladores o tercerizaciones, que buscan administrar con disfraces de salvadores o negociar sus ambiciones.

Llegar a consultar al Papa Francisco, a todos quienes vinieron a firmar los acuerdos de paz, a los que nos dan cooperación internacional, a los que celebran nuestro dolor puede llevarnos a que una pandemia, fuera de la que se quedará con el nombre de COVID-19, con verdaderos héroes y sacrificados, sirva para darnos la claridad de la nación que somos, de los apartes de la Constitución que no hemos desarrollado, por culpa de nudos de hilos que se cruzan entre los que no quieren poder sus pocas o muchas formas de ordeñar lo público, poner su cuotas o pagar ciertos favores.

Acá en Boyacá sí que hemos sufrido las consecuencias de quedarnos, por tácticas de estar presionados por más de 30 días, encerrados, alejados, enclaustrados, secuestrados y hasta olvidados en los planes de desarrollo regional y nacional, por malditos de colores mal utilizados.

Que se abran micrófonos, espacios, cámaras, páginas y redes, para mentes lúcidas y propositivas, pensadores en prospectivas, estudiosos de los contextos y entornos, expertos para salir del túnel.

Dispongamos nuestros ánimos a valorar las ideas de todos, las sugerencias de pocos, las alternativas de muchos y ante todo de una nación pluricultural que olvida tantos sufrimientos, colectivos o personales, de vecinos o familiares, de censados u olvidados.

Esto no puede llegar a tocar fondo porque más allá no hay, pero sí pedagogía comunicativa que tanto propios o extraños respetemos. Que las convocatorias de hoy se desborden en IDEAS, y YA.