Lenguaje, humanidad y cultura – Fabio José Saavedra Corredor

La transmisión permanente o discontinua, deliberada o espontánea de pensamientos, sentimientos o conceptos, expresados por sonidos articulados, símbolos escritos o expresiones corporales, previamente consensuados socialmente, puede definirse como lenguaje humano, el que alimenta y dinamiza la comunicación. El lenguaje es el resultado de un proceso social y evolutivo del homo sapiens, este proceso está relacionado con sus facultades de memoria, aprendizaje cognitivo y comunicación, el ejercicio de estas capacidades lo diferencian de las demás especies y le ha permitido sobreponerse a las circunstancias adversas para conquistar el entorno que habita.

El lenguaje le ha facilitado a la especie humana subsistir aún en las condiciones arduas de sus orígenes, desde las épocas pre-históricas cuando le permitió organizarse y asociarse para protegerse solidariamente en el permanente asedio del peligro. Sin embargo, se puede asegurar que el lenguaje humano no fue exclusivamente el primero en la historia, porque cada especie animal posee sus propias formas de comunicación, hecho que les confiere identidad como grupo cohesivo.

Las avispas, abejas y hormigas, por ejemplo, han desarrollado un complejo sistema de comunicación, el cual les ha permitido subsistir e interactuar en colmenas o enjambres a través de sofisticadas redes naturales, estos comportamientos, han sido transmitidos generacionalmente por la genética, en ellos soportan sus estatus como individuos, distribuyen tareas y organizan redes de seguridad, apoyo y defensa.

Caso similar ocurre con los monos, que usan códigos sonoros para alertarse entre ellos mismos sobre inminentes peligros, como en el caso de un ave rapaz que este al acecho y el centinela que la detecte emitirá un sonido de aviso al grupo, entonces toda la comunidad de monos buscará protección en las partes bajas de la selva. Si el peligro es terrestre por la cercanía de un felino, el centinela emitirá otro tipo de sonido, que hará que los monos busquen protección entre las copas de los árboles. Esto llevó a los zoólogos a analizar estos comportamientos, originados en un primitivo lenguaje, y a grabar los diferentes mensajes, para posteriormente emitirlos dentro del bosque, observándose ante la supuesta amenaza exactamente la misma respuesta obtenida durante la presencia real de peligro

En estos casos los sonidos producen en los animales algo parecido a acciones reflejas, sin ningún indicio de un proceso de pensamiento, igual a un loro que puede repetir el teorema de Pitágoras, pero nunca podrá desarrollarlo, así los delfines, las ballenas, los perros y los lobos, cada uno tendrá sus códigos primarios de comunicación, pero nunca le podrán dar un valor agregado a estos comportamientos, todas las especies tienen sus rituales de apareamiento, acompañados por ronroneos, cantos, gritos y danzas, los que a través del tiempo siempre han sido los mismos.

Ahí está la gran diferencia con el lenguaje humano, este es el instrumento básico del ser humano, con el que construye su pensamiento, a partir del cual se elabora el conocimiento y la ciencia, se expresan sentimientos y se convive en sociedad. Además, a través del lenguaje se manifiestan las individualidades y las divergencias de conceptos, se valora la información para la toma de decisiones, siendo esta la gran diferencia, la que permite imaginar y formular nuevas alternativas en el día a día.

Con el lenguaje se cuentan las experiencias, dependiendo de quien las viva o quien las relate, sea un niño, un joven o un viejo, una mujer o un hombre, supongamos que ellos vean una fiera al acecho a la orilla del camino, cada uno contará en un lenguaje diferente su experiencia, para algunos el tigre puede ser tan grande como un elefante o tan manso como un gato casero, dependiendo de quien lo cuente, siempre se le agregará a la realidad del acontecimiento, dependiendo del sentimiento, el estado anímico o el ojo con que este se vea, lo anterior hace del lenguaje un recurso de gran flexibilidad, y nos lleva a concluir que cada vez que se cuente la misma historia, será como pasar agua de un recipiente a otro de diferente forma.

El mono solo avisa a sus hermanos del peligro que los acecha, así se ha repetido esta historia por todos los tiempos, diferente al caso de la señora que vio al ladrón denunciado en la fotografía del periódico, cuando rondaba la cuadra, entonces ella en sus procesos de pensamiento, le puede agregar que es muy simpático, que es elegante, “que tiene carita de yo no fui” y hasta le puede parecer de buena familia, mientras que el esposo la mira receloso y le manifiesta su desacuerdo exclamando, “!no mijita¡ caras vemos, corazones no sabemos”.

Por todo esto el lenguaje es muy hermoso, siempre será un recurso indispensable para la comunicación, investigación, ciencia, tecnología, religión, diplomacia, literatura, y en la construcción de nuestra historia, o para el agradable momento cuando compartimos secretos con sabor a chisme, contamos lo que vimos y otros no vieron o repetimos lo que nos contaron y nosotros agregamos el picante que mejora el chismorreo de billar o costurero, ese cotilleo de familia  y amistades no es tan pernicioso, como el que se hace en la actualidad en las redes sociales, donde se ha llegado a los límites delictivos de manipular y destruir las bondad de seres inocentes.

El lenguaje es la voz del espíritu y sus pensamientos, es la fuente donde fluye el sentimiento de anhelos contenidos, es la suave brisa trayendo almíbar a los sentidos, es el grito de la vida reclamando olvido, es un jardín florecido o la sangrante herida por la afilada espina, es exuberancia y es hastío, es la melodía de una ilusión danzando en unos ojos enamorados, es un raudal de lágrimas plenas de dolor en la despedida, el lenguaje es todo en el camino, pasado, presente y futuro, es el llanto de un niño en la bienvenida, es un sueño cumplido, es recuerdo y es olvido, es un arma de doble filo que construye o arrasa lo construido, el lenguaje es el verbo peregrino en el sendero de la vida, contando la verdad o la mentira, el lenguaje es silencio y es un atento oído, hoy es la plegaria que brota en los labios palpitantes de la humanidad, implorando salud y vida al Dios de todas las culturas.

 

FABIO JOSÉ SAAVEDRA CORREDOR

Esp. Gestión de Cuencas Hidrográficas