Como lectora y escritora, la figura de Gabo ha sido un referente en mi oficio. Este 17 de abril se cumplieron 7 años de su muerte y por eso en su honor quiero recordarlo.
Su madre lo llamó Gabriel por el Arcángel y así como el Arcángel le dictó el Corán a Mahoma, parece que también le dictó a García Márquez su obra magna, ‘Cien años de soledad’, la novela de la violencia en Colombia. En ella muestra, no solo el universo caribeño, sino la idiosincrasia de nuestro pueblo. Herencia, vínculos, lenguajes, vasos comunicantes.
Su vida, además, estuvo llena de casualidades: el día que llegó a México se suicidó Ernest Hemingway, uno de sus escritores predilectos. Murió un Jueves Santo, el mismo día que murió Úrsula Iguarán, la matriarca de los Buendía. Cuando asesinaron a Jorge Eliécer Gaitán, el 9 de abril de 1948, coincidió en Bogotá con Fidel Castro, quien años después sería el líder de la revolución cubana, derrocaría el régimen de Batista y se convertiría en su gran amigo.
Grabó sus recuerdos en los pliegues de su memoria, como si fueran los pergaminos de Melquiades. Decía que la única posibilidad que se tiene de escribir bien, es escribir las cosas que se han visto. Que lo único que permite subir a una señora en cuerpo y alma al cielo, es la buena poesía.
Que sentimentalismo, truculencia, melodramatismo, supersticiones, mojigatería, retórica delirante, sentido del humor y buena poesía, son las verdades que constituyen nuestra vida de todos los días.
Como bien lo señala Mario Vargas Llosa en su libro ‘García Márquez – historia de un deicidio’, en Praga, una pequeña calle, llamada la Calle de los Alquimistas, lo inspira para dotar a Macondo de toda una dimensión alquimista. Para él, las fórmulas de los alquimistas eran la poesía de la ciencia.
Hace unos años, en una lectura de poemas, le escuché decir al escritor Álvaro Miranda que la poesía es alquimia, porque vuelve oro el lenguaje corriente. Y el más grande alquimista de las letras colombianas fue Gabo.
Impecable en su traje blanco, en el IV Congreso Internacional de la Lengua Española. Cartagena de Indias. Marzo 29 de 2007.