El origen de algunas expresiones que se han vuelto populares en nuestro idioma

De dónde proceden mamadera de gallo, poner bolas, llevar del bulto, mala leche, la ley es para los de ruana, zapatero a tus zapatos, deshacer entuertos. Aquí se lo contamos.

El origen de la expresión poner bolas estaría relacionado con el juego de billar. Foto: archivo particular
El origen de la expresión poner bolas estaría relacionado con el juego de billar. Foto: archivo particular

Nuestro idioma se ha enriquecido con expresiones que se han vuelto de uso generalizado y que han perdurado con el transcurrir de los años e incluso de los siglos.

Aquí les contamos el origen de algunas de ellas y las transformaciones que ha sufrido una que otra.

Deshacer entuertos. Realmente la expresión original es enderezar tuertos, como lo explica la filóloga Soledad Moliner.

“Aunque la creencia común afirme que don Quijote enderezaba entuertos, jamás escribió Cervantes frase semejante. La primera edición de la novela, capítulo II, dice: “agravios que pensaba deshacer, tuertos que enderezar”. Los entuertos eran y son los dolores de la matriz tras el parto. Los tuertos –que era lo que quería enderezar el Quijote– son “agravios que se hacen a uno”. (Dicc. Real Academia”, afirma Moliner.

La ley es para los de ruana. Esta es otra frase que ha sufrido cambios, porque se cuenta que la original era: “El código penal es un perro bravo que no muerde sino a los de ruana”.

En un debate efectuado el 26 de agosto de 1925 entre Antonio José (‘Ñito’) Restrepo y Guillermo Valencia, el primero expresó: “Ya lo dijo el libertador Bolívar al firmar una ley penal de su tiempo: ‘Pobres de los ladrones pobres’. Otro filósofo de los nuestros agregó más gráficamente aún: ‘El código penal es un perro bravo que no muerde sino a los de ruana’”.

Con el tiempo las gentes fueron abreviando y modificando la expresión, hasta quedar como hoy día la conocemos: ‘La ley es para los de ruana’ o ‘La ley es pa’ los de ruana’, con la que se quiere significar que la justicia solo se aplica al pueblo.

Mamadera de gallo. De acuerdo con el filólogo Angel Rosenblat, esta expresión se usó por primera vez el 10 de febrero de 1887 en el periódico humorístico La Granuja, de la ciudad de Caracas (Venezuela), para referirse al gallo que ha perdido su fuerza en las peleas y ya no pica.

“La expresión viene de las galleras. Cuando, en una pelea de gallos, uno de los contendores no tiene fuerza suficiente para picar, se dice que mama. No es un gallo fatal ni contundente; no pica: solo mama. Mamar gallo coincide con tomar el pelo. Los dos términos hacen referencia a la burla, al engaño, al entretenimiento. El primero, sin embargo, se usa en partes de América Latina y se desconoce en España. Allí utilizan un derivado de mamar, que es la palabra mamola (la misma nuestra). Viene de hacer la mamona o burlarse”, precisa Soledad Moliner.

Llevar del bulto. Esta frase significa sufrir las consecuencias de algo. Sin embargo, parece ser que la expresión inicial era llevar el bulto, es decir, cargar con todo el peso de algo, pero con el tiempo la fueron cambiando a llevar del bulto.

Zapatero a tus zapatos. Según la historia de esta expresión, en cierta ocasión el pintor griego Apeles, retratista oficial de Alejandro Magno, expuso un cuadro en la plaza pública para que los ciudadanos dieran la opinión sobre la obra antes de terminarla.

“Un zapatero pasó por el lugar y le recriminó a Apeles la forma y el dibujo de las sandalias, y retocó algunos detalles. Cuando el cuadro volvió a la plaza, el zapatero se enorgulleció de que se hubiera tomado en cuenta su consejo y la vanidad hizo que comenzara a opinar sobre el vestido, la cara y otros aspectos de la pintura”, prosigue el relato.

Irritado por la soberbia del zapatero, Apeles se acercó y le dijo la conocida frase: zapatero a tus zapatos.

Mala leche. La filóloga Soledad Moliner indica que, antiguamente se creía que la leche que alimentaba al niño influía en su carácter y como a menudo esta misión era encomendada a mujeres que no eran la madre del bebé, se recomendaba escoger muy bien al ama de leche.

“San Agustín llegó a aconsejar que no se alimentara a un recién nacido con leche de mujer pagana. De esta creencia surge la idea de que el mal o buen carácter puede haber sido determinado por la selección de la leche que nutre al niño de brazos, y que la persona hosca, de mala catadura y conducta hostil tiene o tuvo mala leche”, manifiesta.

Poner bolas. Las crónicas capitalinas relatan que tal expresión nació en un billar de la calle 16 con carrera séptima en Bogotá, a comienzos del siglo pasado.

Dicen que a ese lugar llegaban muchachos a jugar, pero que únicamente tenían plata para pagar el uso de la mesa, razón por la cual no consumían ninguna bebida.

Los que atendían el billar los dejaban jugar por solo ocupar las mesas, pero cuando llegaba el dueño del negocio les ordenaba que no les pusieran bolas en la mesa a esos jovenzuelos. De ahí al parecer proviene la frase de poner bolas, que algunos la han cambiado por parar bolas.

Otros le atribuyen el origen de la frase parar bolas a los venezolanos y estaría relacionada con el juego del béisbol. Se afirma que era un llamado de atención para el jugador que se distraía y no estaba atento a parar la bola.

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