El Día del Idioma – Gilberto Avila Monguí

En este 23 de abril celebramos el Día del Idioma, porque es el invento más importante que ha realizado el hombre sobre este planeta desde que apareció en algún lugar de África, hace más de dos millones de años, según la ‘Historia de la civilización’, ediciones Nauta.

El idioma es y será la forma más eficaz de todo conocimiento. Lo que hoy conocemos del mundo en: ciencia, tecnología, humanidades, historia universal y de cada nación en particular.

No hay nada que no se pueda traducir a lenguaje y como punto de partida, todos los idiomas descienden de un tronco común, el indoeuropeo, que es la torre de Babel, en donde ocurrió la confusión de lenguas, por eso sabemos que el español en un tiempo del pasado fue latín y el latín, en un tiempo del pasado fue indoeuropeo, de donde concluimos que todos los idiomas son hermanos, razón del Día Universal del Idioma, celebrado en el aniversario de don Miguel de Cervantes Saavedra y William Shakespeare, quienes fenecieron el mismo día, 23 de abril de 1616, dos figuras que sobrevivirán para siempre en el corazón de la humanidad.

Ellos escudriñaron los lugares más recónditos del ser humano, con su séquito de virtudes y su caudal de vicios: Cervantes en su ingenioso hidalgo ‘Don Quijote de la Mancha’ y William Shakespeare con sus enjundiosos poemas y tragedias.

Origen de la efeméride

Para nuestra alegría, fue el diplomático colombiano José María Pérez Sarmiento quien propuso en la Real Academia de Ciencias y Artes de Cádiz celebrar el Día del Idioma, por considerar que el mundo hispanohablante tenía buen tiempo conmemorando la muerte de Cervantes, el más alto valor en lengua y literatura del universo.

La iniciativa fue aceptada, según datos encontrados en el ensayo bibliográfico del Dr. Rafael Torres Quintero ‘Cervantes en Colombia’, publicado por el Instituto Caro y Cuervo en 1948. Cumplimos 99 años de nuestra gran efeméride lingüística, al considerar a don Miguel de Cervantes sinónimo de lengua castellana.

Así consta en las memorias de la Academia, por el Secretario, el agustino Tomás Lahorra, publicado en el folleto ‘Fiesta del Idioma, 23 de abril de 1922’, en la Litografía y Tipografía Rodríguez de Silva de Cádiz. Hace el siguiente registro: “… La Real Academia de Ciencias y Artes con su acertada decisión, al unir el aniversario de Cervantes con el Día del Idioma por ser el más digno representante de nuestra lengua.

De esta manera nuestro diplomático colombiano se anotó un triunfo que, recuerda a españoles e hispanoamericanos y a todos los hispanohablantes, que tenemos un idioma admirado por todos los pueblos de la tierra; por eso hay que cuidarlo y cortejarlo como se hace con la patria, porque “La Lengua es la patria”, al decir del gran lingüista Rufino J. Cuervo.

Colombia ha dedicado lengua, a la lengua de Cervantes, sinónima de española, con poetas, humanistas, lingüistas que han traspasado fronteras. Por eso el español Ernesto Giménez Caballero ha dicho: “Quien quiera oír el español de Cervantes debe ir a Colombia” y no a España, en donde hallamos una lengua muy contaminada, menos ‘español’ que el colombiano. Quizá por eso Colombia fue un ensueño para Cervantes en 1590, hoy es el alma misma de Cervantes, con el realismo de Sancho y la poética locura de Don Quijote, por eso Colombia tiene gracia universal, desde el sabio Miguel Ángel Uribe, hasta el humanista Julián Salas, con una de las mejores biografías de Cervantes y del libro ‘Alonso Quijano el bueno’, lo más cercano al estilo de Cervantes del siglo de oro. Hay una vieja leyenda que dice, que los restos de nuestro señor Don Quijote están enterrados en Popayán.

Día del Idioma en Colombia

El primer documento aparece en el folleto ‘Día del Idioma’, publicado en Medellín en 1937, hace 72 años, por insinuación del catedrático y estudiante de derecho Elías Uribe Uribe; en el texto del Consejo Directivo de la Universidad, insinúa al ministro de Educación “La institucionalización del Día del Idioma” así: El Consejo Directivo de la Universidad de Antioquia, por insinuación del estudiante de derecho, y teniendo en cuenta: “El escritor Alfonso Robledo, en torno a la Lengua de nuestros afectos: Cuando hablo es el castellano cuando se muerde no en el cuenco de la gramática, sino en la carne sabrosa y blanda de la lengua viva. Bella en el Cid, que después de la ‘Iliada’, según Hegel, es el mejor poema, bello en las partidas, libro que alguno llama “La tesorería mayor de la lengua castellana; bella e inimitable para ponerse al servicio, se adelgaza, para la novela y el teatro, se ensancha; para la mística, se enciende; para la poesía, se abrillanta; para la picaresca, tornase ágil y juguetona; cuanto más se estudia, da más que estudiar; y cuanto más se profundiza, más tesoros descubre”, dice Capmany, escritor y lingüista español.”.

Quien desee tener lecciones genuinas de castellano en, vocabulario, gramática, ortografía, puntuación, estilo y sabiduría del mundo y de la vida, lea y relea ‘El Quijote’, “porque es un libro sabio, un libro río y el más poético escrito por mano de hombre alguno”. Al decir del maestro Eduardo Carranza.