Calidad y gratuidad – Ana Gilma Buitrago de Muñoz

calidadLa mayoría de las instituciones educativas de nuestro departamento de Boyacá llevan a cabo actividades que buscan celebrar el Día del Idioma mediante la participación de estudiantes, profesores e invitados de diferentes espacios académicos y se   realizan eventos que aportan saberes y experiencias culturales diversas en el ámbito educativo, con proyecciones más amplias hacia la sociedad y sus diferentes entornos.

Además de referirse, en estos actos, a la naturaleza del lenguaje, sus funciones, características, cualidades, niveles y aportes, se da participación a diversas manifestaciones artísticas como la música y la danza principalmente. Esta fecha puede convertirse en un medio de formación integral de los educandos y una estrategia de cohesión institucional, familiar y social.

Profesores que han llevado a cabo sus investigaciones metodológicas para la enseñanza y aprendizaje en las áreas del lenguaje, en preescolar, primaria o educación media, han acudido a mostrar sus logros y realizaciones durante algunas sesiones de la Academia Boyacense de la Lengua, permitiendo de esta manera socialización, discusión y apreciación de valiosas iniciativas dignas de reconocimiento.

Cuánto estímulo puede recibir un estudiante, niño o joven que acompañado por su profesor y su familia lleva a cabo la muestra de sus habilidades y actitudes, por ejemplo, para declamar textos poéticos seleccionados, ante un auditorio distinto a su cotidianidad, y sentirse parte de un ámbito cultural en donde también puede recibir afecto, sugerencias y formar parte de una comunidad que propicia el esfuerzo intelectual y la interacción social.

Miembros de la Academia, por su parte, han hecho presencia en diferentes espacios educativos, donde han puesto en común variados aportes de creatividad, difusión, análisis y reflexión sobre el lenguaje en diversas manifestaciones, como medio de propiciar la comunicación plena, pacífica y fructífera para individuos, comunidades y sociedad en general.

En algunas oportunidades, los profesores y directivas de los colegios invitan a profesores de universidades o a conferencistas para que lleven sus ideas, trabajos de investigación o prácticas artísticas que aporten a las celebraciones del idioma.

En esta dinámica de interrelaciones tuve la oportunidad, en varias ocasiones, de observar y participar de alguna manera, tanto en instituciones oficiales como privadas, en los eventos de celebración del Día del Idioma, unas veces en la ciudad de Tunja, y otras en poblaciones que muestran de diferentes maneras su preocupación por estimular a los educandos hacia las tareas del espíritu, la creación estética y la convivencia institucional y regional.

Es digno de mencionar, entre otros, el municipio de Corrales: hace varios años, directivas y docentes de diferentes áreas del conocimiento organizaron en un espacio comunitario del municipio, un certamen de declamación a  donde, además de la comunidad educativa e invitados de antemano,  muchas personas de la población que sin invitación previa, se daban cuenta lo que allí se celebraba,  y como había puertas amplias y abiertas, detenían su marcha y sin causar ningún tipo de interrupción se quedaban a prudente distancia, pero con total interés y hasta con fascinación al ver y escuchar a los jóvenes declamadores.

Observé que no había distingo de atuendo, edad, profesión u oficio en aquellos asistentes que por casualidad se enteraron de lo que estaba ocurriendo. Algunos de estos observadores llevaban consigo objetos de su trabajo, o compras de su diario sustento, pero algo los atrajo con más fuerza que la rutina de día. Así hubo socialización del arte, o si preferimos decir, democratización de manifestaciones estéticas y educativas, teniendo como principal instrumento el lenguaje. No hubo costo monetario, apenas gastaron un rato de su tiempo y creo que su sensibilidad y placer estético obtuvieron ganancia.

En cuanto a la calidad de lo escuchado, recuerdo con claridad el esmero en la selección de los poemas interpretados por los estudiantes. Fueron mencionados y ubicados en tiempo y procedencia, autores muy reconocidos tanto universales, como hispanoamericanos y colombianos.

Hubo predominio de la buena lírica y una interpretación cuidadosa del lenguaje, el sentido, la emoción y los mensajes de diversa índole, con prioridad de lo estético y lo social. El esfuerzo de los docentes, a quienes hoy rindo admiración   y afecto, es digno de gran aprecio. Conviene tener en cuenta los muchos aspectos que la juventud ejercita y potencia no solamente en el manejo del lenguaje, sino en el cultivo de hábitos y valores, autoestima, y acción en el medio social de su región. Estamos seguros de que estas celebraciones continúan y que cada vez lo frutos individuales y colectivos serán mayores.