Abril, aguas o lluvias mil y… – #Pregones – Ricardo Gabriel Cipagauta Gómez #Columnista7días

Que el clima, épocas, estaciones o temporadas como las de lluvias o calor son “caprichosas” (olas de invierno o verano…) para nuestras tradiciones y expertos; por ello es menester que las autoridades y sus comités de prevención y gestión estén preparados, equipados y atentos a que se van a presentar una serie de actividades que de seguro nos van a obligar a permanecer con los cinco sentidos muy agudos en nuestros entornos.

Desde fin de año se nos dan a conocer las proyecciones para lo que “posiblemente sucederá” en los meses que de forma tradicional se presentan para quienes elaboran, interpretan o descifran las cábalas, cabañuelas, redactan el almanaque Bristol y hasta los canales de comunicación especializados, que se volvieron de obligada consulta para cultivadores, empresarios, estudiantes y amas de casa.

Ahora todo es transversal a las aguas que se vienen desbordando por nuestros municipios y que por no prever lo que ya se sabe sucede en estas calendas y que no tiene colores o grupos de activistas haciendose ver por la defensa, ayudas y acciones de los estragos que se generan al no tener visión de largo plazo sino a la inmediatez, que a veces coincide con las precampañas electorales…

Esas lluvias que interfieren o dañan las llamadas y conexiones de las TIC, en una pandemia que nos obligó a estar en sintonía, pero que la cobertura no satisface las necesidades de todos los estratos y los afectados son los niños, el teletrabajo y la productividad o economía que nos rige en todo.

Hasta en los fallos judiciales, que se presionan e irrespetan, que se volvieron el espectáculo o tema con el hashtag como ahora se llama al símbolo que conocimos como numeral y que sirve para crear tendencias en redes sociales para sostener los seguidores o marcar en los estudios de sintonía o audiencia. Es que no debemos olvidar las variaciones del refrán “líbrame de las aguas mansas que de las malas me libro yo”, pues en próximos días vendrán tormentas sobre personajes y a buscar escondederos.

El vendaval que se viene con las coaliciones será de intrigas, sacadas de cueros al sol, reflejo de los negocios, sarcasmos traducidos en mensajes, polarizaciones locales y peleas por ambiciones, pues ya afloran 34 precandidatos presidenciables, pero de propuestas y soluciones no salen 2 o 3.

Hasta en los manidos eventos deportivos que se tendrán que aplazar o cancelar, tienen incidencia las lluvias, pues se dañan sus costosos terrenos, sus sitios de preparación e inclusive la salud de los atletas que por alguna imprudencia se pueden estar lesionando. Y una gripa hoy es muy dañina.

Y de Perogrullo el que estas llegan en el horario que ellas disponen, no piden permiso, en algunos casos se anuncian, pero es su albedrío el que se traduce en alimento para nuestras tierras productivas, sustento para quienes conviven con ríos, hidratación de la piel, salud para el cabello y las plantas, purifica el aire que estamos respirando, relaja los temperamentos y hasta integra a las familias. Pero sus fuerzas negativas son las que no somos capaces de regular o mitigar en el siglo XXI.

Y lluvia de ideas, críticas, análisis, polarizaciones y hasta convocatorias a manifestaciones son las que han surgido con la anunciada reforma tributaria, llámese como se quiera bautizar, que en plena pandemia sería una vacuna para ciertos productos y sectores y con unos anticuerpos que pueden tener efectos secundarios, que se medirán en sus consecuencias locales y en lo nacional.

Lluvias de goles, triunfos, dolores, afecciones y dineros son las que vemos pasar todos los días, sin contar las maldades, corrupciones y registro de noticias que nos sacan lágrimas y hasta deseos de hacer cosas diferentes, para generar alternativas, y no caer en quienes escapan como el agua entre las manos… y se convierten en prófugos del mal manejo del erario, de lo nuestro, incluso de la vida.

Y es que las lluvias de hace horas y las próximas son fenómenos de precipitaciones del preciado líquido, que ya se cotiza en bolsa, y a futuro nos dolerá el no haber hecho eco y caso a las campañas de protección de los páramos, de los humedales, de cuerpos con derechos y sembrar árboles, o simplemente cerrar las llaves, no desperdiciarla, hervirla para su consumo y que sirva para lavarnos bien las manos -no como Judas- en la protección del virus. Y que sea de inspiración para fotos, poemas y canciones.