Belén Osorio Vásquez, como el «tres en uno»

Con la emisión el pasado Viernes Santo de la obra «Viacrucis de amor», quedó al descubierto, no solo el talento de esta dupla integrada por Belén y Dayane Eliana Fagua Coronado con el acompañamiento y dirección musical del maestro Francisco Cristancho Salamanca, sino otra de las tantas facetas de su tiplista y segunda voz Leidy Belén Osorio Vásquez quien se dio a la tarea de sacar los permisos en las parroquias, planear cada imagen, hacer el libreto y luego con el apoyo de su equipo, rodar el video en las emblemáticas iglesias de la capital boyacense para producir una verdadera pieza de colección.

Muy pocos saben cuánto tiene que estudiar un buen músico para producir luego esas obras que algunos miran a la carrera y otros apenas se quedan en el titular. Fotografía Archivo particular.

Luego de capturar las imágenes con la ayuda su camarógrafo, Belén se sienta en su puesto de trabajo, pero ya no como cantante y ejecutante del tiple, sino como editora, aplicando los conocimientos aprendidos en su paso por la universidad y en los talleres de la vida para empezar a armar cada video que, con el tiempo, van añejando su recuerdo en los archivos de la memoria y por suerte en los catálogos digitales donde se almacenan estos momentos históricos e irrepetibles.

Esta versátil artista tiene un imán especial para atraer todo lo que signifique estética, buen gusto y maniobra asertiva y fue así que se logró esta fenomenal recolección visual por los templos de Tunja para llevar a la escena de la virtualidad la obra «Viacrucis de amor», interpretada por su Dueto Margarita, creada por los maestros José Ricardo Bautista Pamplona y Carlos Mauricio Rangel Valderrama con el apoyo de la Arquidiócesis de Tunja y el liderazgo del sacerdote Víctor Leguizamón Diaz.

Muchos de los artistas se han reinventado ante la cruda situación ocasionada por la pandemia y otros como Belén han avanzado vertiginosamente en el mundo de la producción, pues saben que ya no solo basta con cantar e interpretar bien el instrumento, sino que ahora se debe irrumpir en el mundo de las realizaciones cinematográficas para hacer visible su trabajo en las pantallas de televisión y las redes sociales, o de lo contrario pasará a ser parte del a inmensa lista de tesoros ocultos.

Con su hermana Mónica integraron el Dueto Hoja de Roble cuando invitaban a su compañera, la hoy célebre soprano Elizabeth Patiño, todas estudiantes de la Escuela de Formación Artística de Paipa por los años 2003 al 2006. Fotografía Archivo particular.

Pues bien, esta mujer «guerrera» nacida en la ciudad de Paipa, con ancestros santandereanos, producto de las otrora escuelas de formación artística de la ciudad turística parece haber entendido claramente este mensaje de la vida y por eso hoy alterna su genialidad en la interpretación con la producción de videos y la edición de imágenes, las que logra afinar con exactitud, al igual que el clavijero de su tiple, o el torrente altivo de su cadencia.

Dentro del dueto Belén tiene un papel protagónico, no solo por la ejecución de la segunda voz y el tiple, sino por llevar siempre el liderazgo en la presentación y narración de sus repertorios en los distintos escenarios porque al parecer esta vocalista encontró su fórmula perfecta al amalgamar su timbre con el de Dayane Fagua, de quien se dice habla poco, pero es muy estricta a la hora de poner las notas en el lugar exacto y afinar cada vocablo que logre una rigurosa interpretación.

Bendito entre las mujeres parece ser entonces el maestro Francisco Cristancho, quien a lo largo del novel proceso ha hecho importantes aportes a este proyecto musical con el que el año anterior lograron sorprender a la farándula de la música andina colombiana y a quien le ha tocado asumir los papeles actorales de los guiones escritos por Belén, su fórmula de vida.

Luego de templar sus cuerdas, estudiar cada montaje, interpretar, grabar, orientar la filmación, editar, presentar y producir, Belén se dedica al marketing, que ahora requiere de mayor conocimiento por cuanto la competencia por las plataformas digitales es realmente asombrosa, pero no contenta con eso, se levanta de su computador para calentar el tetero, contar un cuento de arrullo a su hija y cumplir con su roll de madre, porque además de la música, la  producción y el mercadeo, tiene otra enorme responsabilidad cual es aquella por la que nadie paga, pero produce la satisfacción más bella jamás antes experimentada.

El hogar de Belén es una de esas historias de amor donde hay cultivo de valores y se atesoran gratos recuerdos y sus padres han sido el más grande apoyo. Fotografía Archivo particular.

Hay grandes artistas que pertenecen a la industria musical y cuentan con varios anillos de trabajadores a su alrededor, tienen  el privilegio de acceder a manejadores, empresarios, grupo logístico, fotógrafos, diseñadores, camarógrafos, creativos, sonidistas, estilistas, maquilladores, asesores de imagen, luminotécnicos, influenciadores, administradores, departamento jurídico y de finanzas entre muchos otros, mientras que artistas de igual o más calidad como Belén y sus compañeros del Dueto Margarita, se las deben ingeniar para parecerse al aceite «tres en uno» y desempeñar todas estas tareas de manera simultánea, por lo general «con las uñas» y en tiempo récord.

Como Belén,  Dayane, Francisco y los demás integrantes creativos de esta nueva familia, hoy son muchos los artistas que salen con maletines, tulas y estuches para conquistar sus sueños, en una mano llevan el instrumento y en la otra el kit de producción, mientas que en su espalda cargan los trajes, maquillaje, accesorios, parlafenaria y en general todo lo necesario para construir un buen producto que luego llevan al competido mundo de las plataformas digitales con la esperanza de monetizarlo o cambiar la cultura de aquellos que ponen manitas arriba y a veces dan un me gusta, por la de los pocos que pagan por ver y deleitan el alma con buenos contenidos.

El Dueto Margarita, se convirtió para Belén en su empresa y propósito de vida. Fotografía Archivo particular.

Mientras estos talentos que da la «tierrita» continúan elaborando exquisitas piezas audiovisuales en su nueva empresa «Margarita producciones», el país y el mundo seguirá disfrutando de la magia de estos músicos para quienes la pandemia no ha sido tan solo un difícil momento, sino un reto y una oportunidad de crecimiento artístico y humano.

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