Boyacá triplicó en menos de doce meses su capacidad hospitalaria

El 31 de marzo del 2020 la Gobernación asignó cinco mil millones de pesos para la expansión de los servicios en unidades de cuidados intensivos. En ese momento el departamento solo contaba con 80 UCI. Actualmente Boyacá tiene 239 unidades de cuidado intensivo.

En marzo del 2020 Boyacá contaba con 80 UCI. Actualmente tiene 239 unidades de cuidado intensivo. Foto: archivo Boyacá Sie7e Días

El 16 de marzo del 2020 el gobernador de Boyacá, Ramiro Barragán Adame, declaraba la calamidad pública y la alerta amarilla para proteger a los boyacenses del COVID-19. Inicialmente era por un periodo de tres meses.

En ese momento, según la Secretaría de Salud, no había la capacidad de respuesta para la atención de la problemática que podría generar el coronavirus: el déficit de camas en la red hospitalaria hacía inviable la atención de aquellos pacientes que se contagiaran de COVID-19.

Conforme fueron pasando los días, los hospitales hicieron esfuerzos para habilitar más UCI y disponer de más camas para atender la pandemia. El 31 de marzo la Gobernación asignó 5.000 millones de pesos para la expansión de los servicios en unidades de cuidados intensivos. En ese momento Boyacá solo contaba con 80 UCI.

El 2 de abril el gobernador inició la entrega de unidades de cuidados intensivos para atender pacientes con COVID-19: hizo entrega de 5 unidades de cuidados intensivos para la Unidad Materno Infantil María Josefa Canelones, que con las que dispuso la ESE Hospital San Rafael, serían 20 en total, para empezar a atender a los pacientes con coronavirus en la capital boyacense.

Así mismo, en el Hospital Regional de Moniquirá se pusieron en servicio 4 camas de cuidados intensivos y 10 camas hospitalarias adicionales.

Para el miércoles 15 de abril se abrían cuatro unidades de cuidados intensivos en el Hospital Regional de Duitama y la alcaldesa de la ciudad, Constanza Isabel Ramírez Acevedo, se comprometió a entregar 700 millones de pesos para la compra de equipo biomédico y elementos de protección personal.

Cinco días después, en Chiquinquirá fortalecían la unidad de cuidados intensivos del Hospital Regional. El Club Rotario donó tres equipos de ventilación mecánica para fortalecer la UCI de la ESE.

Tal era la preocupación y necesidad de tener un sistema de salud fortalecido y confiable, que en mayo del 2020 el Gobierno departamental tuvo que replantear el Plan de Desarrollo, enfocando todos los recursos en el fortalecimiento del sistema hospitalario público y privado, unidades de cuidados intensivos y unidades de cuidados intermedios; ampliar el número de camas y mejorar la prestación del servicio en los centros médicos y la dotación.

En mayo, la administración departamental llegó con equipos e inversiones para el Hospital José Cayetano Vásquez de Puerto Boyacá, donde se entregaron ventiladores, sistemas de monitoreo invasivo para el seguimiento a los pacientes en los cuidados cardiovascular y respiratorio, y sistemas de alto flujo, con los flujómetros, para las unidades de cuidado intermedio, entre otros.

El departamento también aumentó su capacidad de unidades de cuidados intensivos pediátricas. Foto: archivo Boyacá Sie7e Días

Para el segundo semestre del 2020 llegó la noticia que miles de boyacenses esperaban: la puesta en marcha de la Clínica María Josefa Canelones, que de inmediato puso a disposición de la red pública de salud 24 camas de cuidados intensivos y 26 para otras enfermedades respiratorias.

Con lo anterior, para julio del 2020, Boyacá duplicaba la capacidad de UCI, pasando de 66 camas a 113, de las cuales 61 estaban destinadas para pacientes COVID. Mientras tanto, la red privada de servicios de salud se unía a las autoridades para fortalecer el plan de contingencia de respuesta ante la pandemia.

Muestra de esto fue el gesto de la Clínica Boyacá de Duitama, que en agosto del año pasado arrendó un espacio para una unidad de cuidados intensivos de adultos, que presta servicios con cuatro camas de UCI y tres de cuidado intermedio. Entre tanto, el gobernador Ramiro Barragán destinaba cinco ventiladores para la Clínica de Especialistas de Sogamoso, cinco más para la Clínica Julio Sandoval Medina y cuatro para Los Andes.

En julio, la Gobernación hizo la entrega de equipos a ESE de segundo nivel, poniendo en marcha tres UCI en el Hospital de Soatá y nuevos ventiladores a los hospitales de Duitama y Sogamoso. En cuanto a unidades de cuidados intensivos, se destacó la puesta en funcionamiento para pacientes de Tunja, Soatá, Sogamoso, Duitama, Moniquirá y Puerto Boyacá.

Pero por más que se ampliaba la capacidad del sistema de atención de salud, parecía no tener fin el ‘ataque’ del COVID-19. En octubre, de las 197 camas de UCI que había en Boyacá, 102 se encontraban ocupadas, 68 de las cuales eran con pacientes diagnosticados con coronavirus.

Para ese entonces, la prioridad no solo habían sido las camas UCI, sino también aumentar la capacidad en la zona de hospitalización, que para ese momento ya contaba con 857 camas.

Iniciando noviembre, el departamento ya había logrado triplicar el número de camas de unidades de cuidados intensivos, llegando a 205 habilitadas, pero las autoridades seguían buscando aumentar la capacidad hospitalaria.

La directora de Prestación de Servicios de la Secretaría de Salud, Lyda Pérez Ramírez, informó que, al inicio de la pandemia en marzo, el departamento contaba con 66 camas habilitadas en UCI.

Pero todos los esfuerzos financieros y los cientos de campañas para el autocuidado no fueron suficientes: Boyacá inició el 2021 en medio de una alerta naranja y otras medidas restrictivas, además de analizar la ampliación de respuesta hospitalaria expandiendo la capacidad del Hospital San Rafael de Tunja y de la ESE Santiago de Tunja.

Ante la declaratoria de alerta naranja, la Secretaría de Salud anunció el aumentó de camas UCI para atención de pacientes en Tunja en la unidad de la Clínica María Josefa Canelones, para completar 223 en el departamento y 10 camas de hospitalización en la ESE Santiago de Tunja, para un total de 884.

Para enero de este año, según la Dirección de Prestación de Servicios de la Secretaría de Salud de Boyacá, 600 personas se contagiaban diariamente.

En febrero, el Gobierno departamental entregó equipos biomédicos al Hospital San Francisco de Villa de Leyva, para fortalecer la red pública hospitalaria de esa localidad. Para ese momento ya se hablaba de 239 unidades de cuidado intensivo.