La cultura en tiempos de crisis – Carlos David Martínez Ramírez – #ColumnistaInvitado

La gestión cultural ha enfrentado retos muy importantes en el marco de la pandemia; las limitaciones para el desarrollo de eventos masivos, la prohibición de las aglomeraciones, los esfuerzos por garantizar el distanciamiento social, han generado pérdidas económicas a pesar de los intentos de innovación usando redes sociales y medios digitales.

En este escenario hay casos valiosos para destacar, pidiendo perdón por la auto-referenciación, el periódico Boyacá 7 Días desarrolla un programa, los fines de semana, que promueve la difusión de la música colombiana, llegando a una gran audiencia mediante el formato de podcast en varios medios, como Spotify, y también a través de su página web.

Desafortunadamente, no hay muchos otros casos que valga la pena destacar; algunos medios han priorizado las estrategias de austeridad y, en lugar de aprovechar esta oportunidad, en la cual las personas están sedientas de cultura, han desestimulado la producción de contenidos propios o autóctonos. Ni qué decir de decisiones gubernamentales como la de promover cantantes “populares” en lugar de apostar por la música colombiana que tiene realmente mucho más valor.

Vale la pena revisar qué presupuestos se asignan a la cultura, en tiempos de crisis, es importante indagar el sentido de invertir más en defensa precisamente cuando se requiere educación, salud y cultura.

La cultura, aborda varios escenarios, hasta ahora sólo he mencionado algunos casos que atañen al campo de la música, pero vale la pena revisar qué está pasando con la producción cinematográfica y audiovisual, las artes plásticas, la literatura, entre otros.

Estanislao Zuleta, filósofo colombiano, recuerda que la cultura es una producción del pueblo, preferiblemente unido y organizado. Vale la pena indagar en qué medida las comunidades en nuestras regiones han visto limitadas las posibilidades de seguir produciendo artefactos culturales debido a las medidas de confinamiento o a la priorización de otras cuestiones

También es importante destacar el papel de la población, en general, para consumir la cultura local: comprar artesanías a los vecinos que han tenido dificultades para comercializar con turistas (escasos), pagar conciertos virtuales a los amigos músicos que no han podido desarrollar eventos presenciales, patrocinar las creaciones artísticas de familiares y cercanos.

Otro elemento clave tiene que ver con la cultura subjetiva, es decir, el desarrollo intelectual y personal mediante la adquisición de la cultura; en este escenario, mientras algunos afirman que las personas tienen más tiempo para leer o para el ocio, por el confinamiento obligatorio, la realidad es que para muchos las cargas se han aumentado por la adición de las labores domésticas, incluso algunos aún no han terminado de adaptarse a las nuevas formas de trabajo.

En este ámbito, el reto consiste en hacer esfuerzos para recordar que la cultura es importante y es necesario invertir tiempo y esfuerzos desde los núcleos familiares para promoverla; que vale la pena sensibilizar a las nuevas generaciones sobre el valor de su identidad nacional y regional; que es posible construir cultura sin esperar apoyos externos, los cuales difícilmente llegarán.