Mujeres, Primer Año Pandemia y Alternativas – Ricardo Gabriel Cipagauta Gómez – #Columnista7días

Mujeres

Han pasado más de 113 años de conmemorar (para los menos ortodoxos es celebrar) y lo que importa es reconocer una fecha para que a ellas se les brinden homenajes, reconocimientos, tributos, premios, fiesta o recordación por sus logros, políticas, liderazgo, banderas y empoderamiento real en los diferentes ámbitos o escenarios de la vida social y en comunidad que gira en torno a ser “ellas”, sus aportes, delicadeza, amor, sensibilidad y sentido de la lógica humana.

Con mensajes coloridos, emoticones, entramadas palabras se inundan las redes sociales, espacios, horas y con agradecidas palabras, detalles y sorpresas se busca tener una forma de expresar lo que muchas veces no hacemos por iniciativa propia o dejamos para llorar por no haberlo hecho.

Que vengan efemérides que nos comprometan a tener memoria para lo bueno, lo regular y lo malo, que al fin y al cabo es lo que nos forma en los comportamientos, relacionarnos y hasta compartir, en familia, en hogar, en colegio, trabajo y día a día.

Gracias a las MUJERES que nos dieron la vida y a la que por años nunca les reconocieron los mínimos derechos de haber sido sus “empleadas como segundas madres o nanas” y por arrogancia, prepotencia y orgullo nunca han pagado la deuda económica que -por sangre familiar de tinterillo oportunista- asesoró para que actuaran de mala fe y así ustedes tendrán cientos de casos que se dan en nuestras tierras con las madres trabajadoras.

Mujeres ustedes son sabias por naturaleza y con el paso de los próximos días asumirán el poder…

Primer Año Pandemia

Ya avanza el segundo año de la pandemia -que bautizaron como la Covid-19- y que hace un día empezó a generar nuevas cifras o indicadores de la vacunación en los ciudadanos mayores de 80 años y cumplida a los doctores de la primera línea. Se nos fueron de nuestros hogares boyacenses más de mil ciento once paisanos, de todos los estratos sociales y condiciones, que anhelaron una inyección para seguir aportando a sus entornos, pero por múltiples factores viajaron a la eternidad.

Estamos en el reto más grande de la sociedad mundial para afrontarlo con los logros de los científicos, con la sapiencia de los expertos y con las decisiones políticas de quienes asumieron una causa que ninguno esperaba nos abordara o mejor nos invadiera, con todas sus aristas.

Ya hemos pregonado la necesidad de seguir los parámetros o protocolos mundiales para mitigar los riesgos pero al parecer el lado contrario de la condición humana sale a flote y se impone.

Más que discursos o bandazos en medidas son las acciones propias las que llevan a un conjunto -que será la generación del 2020 y subsiguientes- a demostrarnos que valió la pena sacrificar estudio, comercio, empresas, recursos y un crecimiento acorde a lo que veníamos haciendo tradicionalmente y adaptarnos al nuevo mundo, al orden que llegó para quedarse pero al que debemos prepararnos.

Seguimos invocando más campañas pedagógicas que invadan nuestras conciencias y erradiquen ese bicho que ha venido mutando en gente buena y cambiada a punta de comportamientos de “cafres”.

Alternativas

Son las que debemos buscar entre todos para solucionar los problemas que tenemos en todos los sectores y en especial a los que llamamos del eje social: cultura, salud, economía y educación.

Ideas, creatividad, innovación y emprendimiento para espacios que artistas y públicos necesitamos.

Oportunidades, respeto y reconocimientos para especialistas de la salud que nos dan horas de vida.

Manejo de los recursos con la pulcritud que la economía de hogar y la macro exige para el país.

Y la necesidad de darle nuevos rumbos, o retomar los perdidos, para los planes de estudio en todos los niveles estudiantiles y llenarlos de contenidos compaginados con las realidades de nuestras regiones, del futuro que es mañana y ser realistas del mercado laboral, con sus especialidades.

Es hora de construir sobre sinergias de experiencias exitosas y con liderazgos reales, no de oportunistas. Boyacá se viene agotando de tantos experimentos con sus necesidades básicas, y YA.