Los odontólogos ya tienen luz verde para retomar sus labores, luego de las restricciones por la pandemia #LaEntrevista7días

Hoy en #LaEntrevista7días, el presidente del Círculo de Odontólogos de Sogamoso, Alberto Castillo, explica qué más ha tenido que hacer el gremio para poder reactivarse tras las medidas adoptadas por la emergencia sanitaria, debido al COVID-19.

Doctor Alberto Castillo, presidente del Círculo de Odontólogos de Sogamoso. Foto: archivo particular

Afirma que el riesgo de que un paciente se contamine en un consultorio odontológico está cercano a cero, pues los profesionales de la odontología vienen manejando los procesos de bioseguridad con un altísimo estándar de éxito a lo largo de la aparición de las grandes epidemias de virus, como el sida, las hepatitis B y C, los SARS, los coronavirus, los H1N1 y las gripas aviares. #LoDijoEn7días.

¿Ya se reactivó el sector de la odontología en el departamento de Boyacá?

Sí, sí señor, finalmente ya tenemos las autorizaciones del Ministerio de Salud para poder retomar el ejercicio profesional de la odontología.

¿Cómo fue ese proceso para lograr reactivar este sector de la salud?

Cuando comenzó la pandemia, hubo una alerta roja con respecto a los aerosoles producidos en las cavidades oral y nasal de los pacientes que estaban contaminados con el virus. Entonces, la Resolución 536 del Ministerio de Salud determinó una restricción absoluta de la consulta odontológica, autorizándonos únicamente a poder atender pacientes de urgencias. Esa resolución tuvo varios anexos y este fue el primero de esos anexos, por lo que nosotros duramos en un cierre completo de los consultorios durante un tiempo cercano a los tres meses.

¿Qué respuesta hubo por parte del gremio odontológico hacia esas restricciones impuestas?

Entidades como la Federación Odontológica Colombiana, como las asociaciones científicas, las sociedades científicas y el Colegio Colombiano de Odontólogos entablaron una tutela al Ministerio de Salud, no solo reclamando el derecho de los odontólogos a trabajar, sino mostrando que los procesos de promoción y prevención, los procesos de higiene oral en los pacientes minimizaban los riesgos de la severidad del COVID-19.

¿Cómo es eso Dr.?

Un paciente con un proceso inflamatorio en la boca, con un proceso infeccioso en la boca, es un factor predisponente a que la infección viral sea muchísimo más grave. Hay pacientes crónicos periodontales que requieren un manejo de promoción y prevención muy constante, hay pacientes que deben ser vistos una vez al mes o cada dos meses, porque son pacientes generalmente adultos mayores con algún grado de discapacidad, que no pueden hacer un buen manejo de su higiene, entonces ellos tienen que estar sometidos permanentemente a un manejo profesional de su higiene bucal, so pena de que ese proceso inflamatorio puede llegar a complicarles de alguna manera su situación sistémica.

Estos son los nuevos trajes que deben utilizar los odontólogos para atender a sus pacientes. Foto: archivo particular

Bueno, ¿finalmente qué pasó con la tutela?

A raíz de esa tutela, el Ministerio dio un reversazo con respecto a su primer anexo de la Resolución 536 y entonces dijeron que en odontología se podían ver pacientes de urgencia y pacientes prioritarios. Pero viene entonces un problema de tipo semántico y es que realmente no sabemos en odontología dónde deja de ser urgencia.

Hay dolores odontológicos, hay procesos inflamatorios odontológicos y hay procesos cosméticos odontológicos donde realmente la situación se torna en una urgencia, y no sabemos realmente dónde termina y dónde comienza la parte de urgencia o la parte prioritaria. Eso fue reversado en la misma Resolución 536 del Ministerio de Salud.

¿Qué vino después?

En julio aparece la Resolución 1155, en la que se da una serie de lineamientos para los protocolos de bioseguridad que se deben manejar en la consulta odontológica y ya el Ministerio comienza a autorizar la consulta programada de odontología. Aparece una serie de lineamientos que eran relativamente nuevos para nosotros, pese a que el consultorio odontológico tradicionalmente ha manejado unos estándares de higiene, de asepsia, de antisepsia y de desinfección muy altos.

Los odontólogos tienen que estar muy bien protegidos para garantizar la seguridad de ellos y de sus pacientes. Foto: archivo particular

¿Cómo son esos nuevos protocolos de bioseguridad en los consultorios?

El Ministerio fue muy enfático en la Resolución 1155 con los protocolos de bioseguridad y comenzó con el establecimiento de una serie de kits para las entidades prestadoras de servicios de salud, que fueron los kits No. 1, 2 y 3, de acuerdo a los factores de riesgo que pudiera llegar a tener el paciente y el prestador de los servicios, incluyendo a su equipo de trabajo.

Uno de estos protocolos, que estamos siguiendo nosotros en este momento, tiene que ver con el distanciamiento entre las consultas, entre los pacientes: si nosotros antes podíamos ver un paciente cada 45 minutos o cada hora, en este momento tenemos que ver un paciente más o menos cada hora y media o cada dos horas, de acuerdo con la tardanza del tratamiento y de los procesos de desinfección y asepsia que haya que hacer en el consultorio entre paciente y paciente.

¿Qué equipos de bioseguridad debe utilizar hoy día un odontólogo para poder atender a un paciente?

Básicamente son los elementos de protección personal, que tienen que ver con la protección del odontólogo y de su equipo, y la protección para el paciente.

Esta cápsula de bioseguridad recircula el aire 71 veces por hora y elimina el 99% de las partículas cada 2 minutos con 20 segundos. Foto: archivo particular

¿Cuáles utiliza el odontólogo?

El odontólogo debe cumplir con unos protocolos de vestirse y desvestirse dentro del consultorio; tiene que tener unos sitios específicos para esto. Tiene que ponerse una serie de barreras entre paciente y paciente: overoles, visores plásticos, tapabocas de varias clases que deben cumplir con unas normas y debe tener casi que la totalidad de su piel y faneras (uñas y pelo) totalmente cubiertas.

Entre paciente y paciente, el odontólogo debe utilizar unas batas quirúrgicas largas, que hay que desecharlas tan pronto salga el paciente de la consulta.

¡Son unas medidas muy estrictas!

Todo paciente que ingrese a un consultorio odontológico es sospechoso de ser portador del COVID, del VIH, de estar contagiado con el virus de la hepatitis B y C y de tener cualquiera de los otros virus respiratorios. Eso lo venimos manejando desde hace muchísimos años.

¿Qué protección debe tener un paciente en el consultorio odontológico?

El paciente debe estar protegido con un peto muy largo que le cubra toda su ropa. Él se acuesta sobre la unidad que previamente ha sido desinfectada y cubierta con algún tipo de membrana para que no tenga contacto con la misma superficie donde estuvo el paciente anterior.

El paciente debe tener gafas, porque en las mucosas oculares las células también tienen receptores para el virus, entonces hay que protegerse muy bien los ojos y el pelo. El paciente cuando entra al consultorio es sometido a un interrogatorio sobre la posible cercanía que él haya tenido con el virus, se le toma la temperatura y se le dan las prendas para que sus ropas no estén en contacto con el operatorio. Previamente se le ha hecho un interrogatorio en una preconsulta telefónica antes de que llegue al consultorio.

¿Estos elementos de bioseguridad han subido los costos en la atención?

Sí, lamentablemente hubo que aumentar costos, que tienen que ser asumidos por el paciente. Por ejemplo, nosotros estábamos comprando antes de la pandemia cajas de guantes desechables alrededor de 14.000 pesos y hoy esa misma caja de guantes cuesta cerca de 60.000 pesos, de tal manera que ese costo tiene que asumirlo el paciente.

Quienes trabajamos con blusas desechables, pues igual, el paciente tiene que pagar el costo de la blusa porque yo me la quito después de atender a cada paciente y va para la basura, el gorro va para la basura, las polainas van para la basura y el peto desechable que utiliza el paciente va para la basura. Eso ha incrementado los costos.

Imagen de un consultorio odontológico con las nuevas normas de bioseguridad. Foto: archivo particular

¿Por qué los odontólogos no están en la primera línea de vacunación?

Extrañamente no estamos dentro de la primera línea de vacunación y creo que fue precisamente por la Resolución 536, en la que estuvimos restringidos. Algún colega me decía que trató de solicitar una vacunación prioritaria y le dijeron que no, porque que los odontólogos no estuvieron autorizados a trabajar en las primeras fases de la pandemia.

¿Es confiable actualmente ir a un consultorio odontológico por parte de un paciente?

Siempre lo ha sido. Los pacientes tienen que sentirse perfectamente seguros en un consultorio odontológico. Nosotros estamos ante unos procesos de contingencia que garantizan absolutamente que el paciente no se va a contaminar en el consultorio odontológico. Venimos manejando los procesos de bioseguridad con un altísimo estándar de éxito a lo largo de la aparición de las grandes epidemias de virus, como el sida, pasando por las hepatitis B y C, los SARS, los coronavirus, los H1N1 y las gripas aviares.

Casi que somos especialistas en los procesos de asepsia, antisepsia y de esterilización. El riesgo de que un paciente se contamine en un consultorio odontológico está cercano a cero, y el riesgo de que un paciente contaminado contamine al odontólogo o al personal auxiliar, con estos lineamientos del Ministerio de Salud, también está muy cercano a cero. Si hay un sitio seguro en este momento es un consultorio odontológico.