50 años de la Ciudadela Industrial de Duitama – #Pregones – Ricardo Gabriel Cipagauta Gómez #Columnista7días

Que se cumplan los 50 años de un integrante en la sociedad humana –en nuestras familias- es motivo de celebración, integración, balance, regalos, proyectos, fortalecimiento y reconocimiento que se traduce en ponqué, fiesta, premios, sorpresas, reuniones, recursos y un álbum de fotos, en papel o digital, para que las generaciones venideras puedan tener un referente para dar continuidad a un proceso que se llama vida, y para el presente es una organización que reúne las características que de seguro reiterarán sus principios y podrá llegar a otro tanto de años y actividades.

La Cooperativa Industrial de Boyacá Limitada –CIDEB LTDA.- que a manera de las de otrora se constituyó como fortaleza o recinto fortificado que buscaba atraer o agrupar a quienes bajo unos objetivos coincidentes, porque al llamado de poseer tierra para un proyecto estamos a la orden, de crear empresas, genera epicentro o polo de desarrollo, aglutinar servicios comunes y generar empleos y riqueza se fueron moldeando con una paciencia que los ha llevado –a los líderes- de cada etapa a sufrir desazón, satisfacciones y recoger de frutos hasta en la eternidad.

Para los boyacenses y colombianos la Ciudadela Industrial de Duitama o ciudadela parque industrial de Duitama es a la distancia un terreno gigante que guarda una serie de historias silenciosas que van por el mundo y cada uno de sus productos o servicios se consumen sin saber de los procesos tecnificados que allí se han preparado para satisfacernos, por ejemplo, ser sede la Feria del Oriente.

Hacer un recorrido por su interior sirve para ver terrenos demarcados, fachadas amplias y modernas, avisos gigantes, zonas de parqueos, las de embarques y desembarques, rutas de busetas de pasajeros, logos luminosos, grandes terrenos para futuras empresas e incluso algunas familias en una que otra vivienda, en esos predios destinados a más emprendimientos… pero la sensación al devolver la memoria y recordar las que se asentaron, constituyeron, crecieron y se fueron eriza, al despedir a un ser querido o la llegada a Marte. Acá fue el sábado 21 de febrero de 1970.

Compilar estos más de dieciocho mil doscientos cincuenta días, en trescientas veinte páginas, con su estilo de narrador y buscador en las entrañas y con la trascripción de las voces directas de esos personajes que hicieron la “historia dorada de la Ciudadela” es lo que ha logrado el periodista Gustavo Núñez Valero, a solicitud de las directivas del consejo de administración que preside José Manuel Pachón Rodríguez, profesor, académico, asesor, empresario y visionario, junto con los consejeros, integrantes de la junta de vigilancia y de la parte administrativa, que gerencia Julia Esther Guzmán Ortiz. Ellos representan a los propietarios de las 66 empresas de los 56 asociados, a título personal o jurídico, sucesores, herederos o inversionistas que ocupan los 185 predios.

De seguro pasa que cuando hacemos parte de procesos (precisar que para 1994 estuve de gerente y asistente de gerencia) que nos abstenemos de dar detalles, infidencias o momentos, o por el contrario contamos hasta lo mínimo, por eso dejar que sea la divina providencia la que valore y certifique lo que hoy más de 150 mil habitantes agradecemos el poseer éste conglomerado, que ya tiene hijo, y que de la convicción de las nuevas generaciones entiendan la dimensión de dos docenas de dinámicos pioneros que han inyectado en sus herederos los valores para hacer cosas grandes.

De seguro hace 50 años no se hablaba de entronizar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en nuestras vidas y proyectos, empresas o actividades, y de forma silenciosa y transversal ya están inmersos y se hace el seguimiento a que se cumplan en los procesos de los sectores productivos y en ello se ha distinguido la Ciudadela de Duitama, pues el ser del ámbito cooperativo ha logrado lo que de otra forma no le hubiese dado su continuidad, etapas, altibajos y fortalezas. Eso de aplaudir.

Se anhela realizar una ceremonia protocolaria y con o sin pandemia será el momento preciso de reconocer a quienes demostraron que así no se les haya invitado a hacer parte de un proceso, que se tiene en un vecino municipio, demuestra que esto sucede hasta en las mejores familias y eso no es óbice para que se llegue a la meta con las vitaminas y técnicas de largo aliento.

Felicitaciones a quienes han sido trabajadores de cada una de las quijotescas empresas, a sus propietarios, a directivos de la Ciudadela y entidades soporte, y a quienes con su liderazgo aportan para que -como su logotipo- seamos un piñón o rueda dentada, eje que ayuda a la dinámica de esa cadena de transmisión de conocimientos, experiencias y vivencias, como en los platos de las bicicletas de nuestros escarabajos que han conquistado, como los de la CIDEB, sus mundos. ¡Salud!