“Este es el momento más difícil por el que se haya atravesado ya que todo está activo y ahora el virus nos comienza a acorralar”, con esa frase resume el alcalde de Villa de Leyva, Javier Castellanos lo que está ocurriendo en ese municipio.
Hasta la tarde de ayer, Villa de Leyva tenía 231 casos positivos para COVID-19 en su registro, de los cuales hay 173 recuperados, cinco fallecidos y 53 activos. Sin embargo, esas cifras no llevarían a tomar la medida de alerta roja, de no ser porque prácticamente copó su capacidad en el hospital local.
A esto se suman por lo menos dos brotes coincidencialmente en sitios a los que se atiende a ancianos y población vulnerable.
El primero de los contagios masivos de coronavirus fue identificado en el Hogar San José, un ancianato ubicado a tres cuadras de la plaza principal, que es manejado por la Hermanas Dominicas en el que hay 45 abuelitos, 20 cuidadores y cinco monjas y donde en un tamizaje aleatorio ante la presencia de síntomas, se hicieron 12 pruebas que salieron todas positivas para el virus. Ahora esperan los resultados de las 70 pruebas PCR que se podrían conocer entre esta tarde y mañana.
El otro brote identificado se da en la Fundación Santa Teresa, a la que se le conoce popularmente en esa localidad como Ciudad de Dios, donde atienden a un poco más de cien personas especialmente a niños y abuelitos de población vulnerable.
En este hogar, ubicado a un kilómetro yendo por la vía antigua a Gachantivá, y que es manejado por los padres Carmelitas, se practicaron inicialmente siete pruebas rápidas aleatorias y todas salieron positivas, por lo que las Eps a las que están afiliados los residentes allí, vienen adelantando la toma de muestras respectivas, en medio del aislamiento obligatorio al que se ha sometido el lugar. Precisamente uno de los contagiados es el padre Arcesio Escobar,quien es el líder de este centro de ayuda a los menos favorecidos.
Y como si todo esto fuera poco, un Policía de la estación de esta localidad dio positivo en la prueba que le practicaron y ahora no solo él se tuvo que aislar, sino otros uniformados que tuvieron contacto con él, por lo que se espera tener refuerzos este fin de semana.
Pero todo esto se ha conocido luego de que el alcalde Javier Castellanos tuviera que decretar la tarde de ayer la alerta roja, como resultado de una reunión con Gestión del riesgo y Consejo de Seguridad.
“De las seis camas que tenemos habilitadas para atención a pacientes COVID, ya hay cinco ocupadas y por esa razón tuvimos que decretar la alerta roja hospitalaria teniendo en cuenta que además nuestro Hospital San Francisco es referente de Santa Sofía, Gachantiva y Sáchaca, es decir que de esos municipios se envían pacientes a Villa de Leyva y nosotros remitimos al San Rafael, pero este está ya en el 86 por ciento y no nos reciben más pacientes”, explicó el Mandatario.
El Alcalde de Villa de Leyva añadió que se han acogido al mismo protocolo utilizado por la Gobernación y que el Ministerio del Interior les autorizó un toque de queda, pensando también en la dinámica comercial. Estaba a partir de las 11:30 de la noche y hasta las 5:00 de la mañana, pero a partir del viernes lo modificarán y comenzará a partir de las 8:00 de la noche.
“Adelantamos una reunión conjunta con Gestión del Riesgo y Consejo de Seguridad, y la semana entrante cuando se cumple el aislamiento responsable decretado por el Presidente de la República, se tomarán nuevas medidas, eso desde luego, en la medida en que los brotes que se presentan no obliguen a adelantar la entrada en vigencia de otro tipo de medidas”, aseguró Castellanos.
Y es que a las autoridades locales y departamentales que les preocupa es que están contra las cuerdas, porque hay mucha gente en esa localidad preocupada por los arriendos, por el dinero, a los que les importa muy poco las medidas de bioseguridad o el autocuidado y solo se preocupan hasta cuando se contagia uno de sus familiares.
“Muchos nos piden que cerremos todo, que decretemos el confinamiento total, pero estamos haciendo todo lo que está a nuestro alcance para no tener que llegar a esa medida ya que con los siete meses que ya estuvo cerrado el municipio, la economía se afectó totalmente”, añadió el Burgomaestre y añadió que entiende que muchos comerciantes se abastecieron para lo que sería este puente festivo, pero que si ellos mismos, los comerciantes, los hoteleros y la comunidad en general no cumple los protocolos, después no se pueden quejar.
Lo que sí tuvo que prohibir el gobierno local, fue el servicio de domiciliarios para restaurantes porque encontraron que al lado de la comida estaban llevando licor en diferentes presentaciones aprovechando que a pesar de estar decretada la prohibición de venta de licor en establecimientos y consumo en sitios públicos, no se ha restringido la venta.
“Estamos haciendo una campaña con mimos en las calles para incentivar de manera directa el uso de implementos de bioseguridad de los transeúntes, sin embargo, hemos encontrado mucha resistencia y hasta agresividad por parte de algunas personas”, contó Javier Castellanos.
En la Alcaldía y demás servicios del Gobierno local están trabajando jornada continua de 8:00 de la mañana a 3:00 de la tarde, pero la semana entrante de acuerdo a lo que siga pasando con el contagio se tomarían nuevas medidas.
Las autoridades locales y departamentales están muy preocupadas precisamente por lo ocurrido durante la Navidad y el año Nuevo, donde las celebraciones de fin de año presentaron desorden y violación de los protocolos, que obligaron la intervención de la Policía.