La celebración de Bienvenida a la Vid en el Valle del Sol, en el Viñedo de Puntalarga en Nobsa, ha unido durante 31 años la cultura boyacense con la de los principales países productores de vino de Europa. Ya es una tradición de la provincia de Sugamuxi, que comienza en diciembre de un año y termina en enero del otro.
En 1984 el científico sogamoseño Marco Antonio Quijano Rico empezó a cultivar vides en la loma de Puntalarga, en el municipio de Nobsa, con el propósito de producir vinos de calidad internacional.
“Inicialmente trajimos 33 cepas escogidas y nos quedamos con las que mejor se comportaron: Riesling, Pinot noir y cruzamiento de Riesling por Silvaner”, recuerda Quijano.
El primer vino de Puntalarga se obtuvo en 1987 y dos años más tarde el vitivinicultor Marco Antonio celebró la Primera Fiesta de Bienvenida a la Vid en el Valle del Sol, ‘Vid y Vino Internacional’.
Desde entonces cada año se celebra esta festividad -que incluye el Reinado de la Vid y el Vino- con la participación de países europeos que se destacan por sus vinos.
En esta ocasión, por la pandemia del COVID-19, la celebración será virtual y se hará un despliegue del evento por radio y por las redes sociales el próximo fin de semana. Para finales de enero se tiene preparada una sorpresa, que también se podrá observar a través de las redes sociales.
Tradicionalmente la Fiesta de Bienvenida a la Vid en el Valle del Sol, Vid y Vino Internacional ha incluido una variada programación, con cata de los vinos del Marqués de Puntalarga en el viñedo y un brindis por las reinas.
Una de las actividades que más ha llamado la atención en las diferentes versiones del evento ha sido el concurso de la pisada de la uva, en el que las candidatas al Reinado de la Vid y el Vino saltan sobre racimos para extraer con sus pies descalzos el jugo de la fruta.
Lo hacen por grupos y gana el que logre obtener la mayor cantidad del zumo del fruto de la vid. Al igual que las demás actividades, este concurso tiene como escenario el Viñedo de Puntalarga.
Las candidatas también participan en una entrevista por parte del jurado calificador y, usualmente, al caer la tarde del domingo previo al lunes festivo de Reyes, se realiza la coronación de la reina Vid y Vino del año que ha terminado y del que inicia.
La Fiesta de Bienvenida a la Vid en el Valle del Sol siempre termina con la bendición de las vides y la siembra de nuevas plántulas de uva en la loma de Puntalarga, el lunes festivo de Reyes.
En este evento, que dura un mes y en el que el vino y la vid son los protagonistas, también se le rinde homenaje a Nuestra Señora de la O de Morcá, que ha sido acogida como la protectora del Viñedo de Puntalarga.
Además, la fiesta ha contado con una amplia programación cultural, con exhibición de las costumbres de los países vinícolas de Europa y de las tradiciones boyacenses, y con una agenda académica, con conferencias, conversatorios y tertulias.
El alma y corazón de este certamen cultural es el científico Marco Antonio Quijano Rico, quien hacia 1978 decidió no postergar más su sueño de tener un viñedo y producir su propio vino, y así nació el proyecto vitivinícola de Puntalarga.