Es una manera sencilla de reconocer un favor, una gestión, un recurso, un saludo o un pésame… que por estos días se quedaron en nuestras mentes. Pero hoy es para agradecer a cada uno de ustedes por sus comentarios, aportes, sugerencias, ideas y hasta datos para tejer cada pregón, de los 45 publicados entre el impreso y ahora en el digital de Boyacá Sie7e Días y que en el balance permite sentir que se llega a sus ojos, su mente, sus acciones y su buen proceder. Y a los que no satisface un Gracias.
Han sido miércoles de llegar con temas del día, de la semana e incluso del mes, de poner a cavilar a quienes toman decisiones y sin pretensión alguna a discutir –con la sana lógica de hacerlo con un tinto o un tinto, sobre lo que pasa en nuestro entorno, en nuestras vidas y hasta nuestra condición de querendones de Boyacá y de Colombia, con la bandera de nuestras 123 maravillas, naturales, la integración y aportar en silencio o con bombos y platillos. Ello es para unas gracias.
Pero no faltan las “gracias” de ciertos “personajes” que lo que hacen es llorar, sentir vergüenza ajena, y no estoy hablando de los de 4 patas por sus hechuras en vías y andenes, y de aquellas que sí merecen el que con sentimiento, con el corazón y por lo que representa el entregarlas.
En horas de balances muchas, infinitas, cosas se deben agradecer por los esfuerzos de personas o de entidades, de empresarios, de trabajadores, de educadores, de comunicadores, de personal de la salud y hasta de aduladores por sus recursos, horas, sacrificios, desvelos y hasta vidas entregadas para que los que el Creador nos permite quedarnos unos días más podamos retribuirles con pagos justos, oportunidades, atendiéndoles, formándonos en civismo, informando con mayor precisión, obedecer sus indicaciones profesionales y otras tantas formas.
Ver en el almanaque las 52 semanas que se avecinan es tratar de organizarnos para los retos que algunos agradeceremos, otros serán renegados, unos más buscarán atajos, otros seguirán en sus leyes pero todos debemos tratar de ser pieza de ese rompecabezas que es nuestra sociedad, nuestra familia y en donde nos disponemos a que la pandemia nos permita decir gracias por dejarnos vivir, coadyuvar procesos, liderar ideas, abanderar causas y defender principios, y YA.
Al que muchos agradecerán será al reloj, por ir lento pero seguro, por avanzar a sabiendas que en nuestras rutinas es un catalejo indispensable y que junto con el celular ya es un elemento que se quedó. Sea para escuchar una canción, visitar un hermoso lugar, disfrutar un postre, compartir con amigos, estar en el lugar preciso a la hora exacta (en punto) y hasta para devolver los recuerdos, esos que nos marcan. Las nuevas generaciones los manejan con mucha destreza.
A quienes a sabiendas de ganarse “enemigos gratuitos” dan las peleas de frente. Asumen y no intrigan. A los que valoran sus verdaderos logros GRACIAS al apoyo de otros, a los que a pesar de las prevenciones conocen a fondo y tienen su propia valoración. A los que siendo autoridad saben que esa es su parte a cumplir, para eso se hicieron elegir. A los que la vida les da la posibilidad de estar en cargos de honor y lo hacen con altura y lujo de desempeño. En fin, a quienes nos permitieron llegar y ser contextualizados en cada pregón, también un sincero Gracias.
YA veremos si podemos seguir en estas rutas o caminos de la vida, a la que no sobra recordar que existió una Gracias en la mitología griega y que haya en el 2021 abundancia, jubilo y belleza.
Gracias por su lectura, paciencia y resistencia. Gracias nos llenen la existencia y Felices Pascuas…