El desfile de añoviejos que se convirtió en la insignia del 31 de diciembre #AquellosDiciembres

La idea de hacer un desfile con los tradicionales muñecos para despedir el año fue del locutor de La Voz de Los Libertadores, hoy RCN, Álvaro Torres y la iniciativa logró tal importancia que se convirtió en el principal atractivo no solo de Duitama, sino del departamento y uno de los más importantes del país.

El primero de estos bonitos eventos se dio en 1986 y desde entonces el desfile se convirtió en el principal atractivo de fin de año en la región 23 versiones continuas, hasta que el abuso de unos pocos desadaptados terminó truncando en los últimos años el icónico desfile.

Fue un pequeño carnaval en el que la gente aprovechaba para con sus muñecos expresar su opinión, crítica, acerca de los acontecimientos y personajes más destacados del año principalmente en temas como el político, el deportivo, de la televisión y la cultura.

El desfile se daba por las principales calles de la ciudad para terminar en la plaza de Los Libertadores, donde se realizaba el evento final y la premiación y después cada delegación se llevaba su añoviejo al barrio respectivo para quemarlo a las 12:00 de la noche.

La creatividad de la gente no tenía límites, no sólo en la concepción del mensaje sino en los recursos utilizados para construir sus muñecos, que eran transportados en enormes carrozas, en el automóvil de la casa y hasta en sencillas carretillas.

No se sabe de dónde llegó a Colombia la costumbre de quemar muñecos el 31 de diciembre. Suponen que la idea entró por la frontera con Ecuador, hace cerca de cien años, pero desde entonces en Colombia, especialmente en Boyacá, esta práctica se extendió y modificó, según la región. El objetivo original era el de enterrar y quemar los males del año que termina, tristezas, tragedias, mala suerte, etc.