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Entre 1938 y 2018 hubo 432.494 víctimas a las que se atribuye, como variable, dentro del móvil de ocurrencia la diferencia política. De estas, a los departamentos de Boyacá y Cundinamarca corresponden 13.902 víctimas (4.887 en Boyacá y 9.015 en Cundinamarca), en el período que va de 1958 a 2016.
En el marco de las actividades de diálogo social, dentro de la estrategia ‘Sacar las armas de la vida política’, la Comisión de la Verdad realizó el foro denominado ‘Democracia en tiempos de paz: Entender la política desde la diferencia’, la cual se llevó a cabo a través de la red social Youtube y el Facebook Live de Boyacá Sie7e Días.
El objetivo de esta actividad era la de analizar desde el aspecto político la validación y respeto por la diferencia en procura de la convivencia democrática y la no repetición del conflicto armado que ha trascendido a lo largo del tiempo en nuestro país y que en esta oportunidad tenía como epicentro los departamentos de Cundinamarca y Boyacá.
Para el desarrollo de la misma, los directivos de la Comisión de la Verdad, encabezado por la Coordinadora Territorial CUBO (Cundinamarca-Boyacá) Myriam Criado Rojas, tuvieron como panelistas invitados a la Politóloga y Docente de la Universidad de Los Andes María Emma Wills, la Comisionada Marta Ruiz y a los representantes de los diferentes partidos políticos Angélica Gómez López (Partido Alianza Verde), David Pavón Jiménez (Partido Social de La U), Gabriel Riaño (Polo Democrático) y Marco León Calarcá (Partido Farc), Cali.
Durante su intervención el representante del Partido Farc, el caleño Marco León Calarcá, fue enfático en afirmar que “el problema que tenemos en este país es que no hemos logrado superar ese conflicto en la cabeza. Nosotros como partido político venimos de una guerrilla la cual es consecuencia de unas violencias que aparentemente se terminaron y donde se dieron procesos de dejación de armas y compromisos que desafortunadamente no se cumplieron”, afirmó.
De acuerdo con Calarcá, esta situación no ha permitido que haya un avance de un proceso real de reconciliación.
“Cuatro años después de la firma del Acuerdo de Paz que construimos en La Habana, todavía nos consideran a los que estuvimos en la guerrilla de las Farc como enemigos, todavía se nos estigmatiza y no se abre el espacio de la reconciliación, ni siquiera a través de la verdad”, agregó el representante político.
Para el tunjano Gabriel Riaño (Polo Democrático) Boyacá no ha sido ajeno a la estigmatización de aquel o aquellos que quieren imponer ciertos modelos, buscando tener la hegemonía política de un territorio.
“Todavía existe la tendencia de hegemonizar o imponer un único modelo que excluye, que niega y que no reconoce al otro y eso se ve reflejado en la exclusión de la mujer, del indígena, del campesino, del negro. El boyacense en principio en el concierto nacional ha sido objeto de burlas, de señalamientos y de estigmatización y es una dinámica que marca el escenario que estamos viviendo”.
La guerra y el conflicto armado se ha presentado desde tiempos remotos y se sigue viviendo en diferentes regiones de Boyacá, así lo manifestó el sogamoseño David Pabón Jiménez (Partido de La U).
“Desde el tiempo de nuestros abuelos hemos vivido la violencia, por ejemplo a mi abuelo, que era liberal, fue asesinado por los conservadores y en eso influye mucho la presencia del estado y la opresión del estado lo que ha hecho que el pueblo se alce en armas, por eso digo que el conflicto viene de mucho tiempo atrás. Para nadie es un secreto que en Boyacá todavía se vive en una guerra y la gente no puede hablar mucho porque lo pueden asesinar o amenazar a la familia. Boyacá continuamente se encuentra en guerra, ya que los grupos armados pasan de frontera a frontera y se meten a las ciudades, pero todo mundo lo calla por miedo y ese miedo y espacios como este son importantes para dar a conocer esta situación y no callar más”, señaló Pabón.
Entre tanto Angélica Gómez López (Partido Alianza Verde), recordó los hechos de violencia que se presentaron a causa del narcotráfico, el paramilitarismo y los grupos armados que azotó a Cundinamarca en la década de los 80’s y 90’s.
“Cundinamarca fue protagonista en el conflicto armado por su posición estratégica, y geográfica, por su cercanía a Bogotá y además que colinda con Boyacá, Tolima, Meta y Caldas. En nuestro departamento tuvimos a comienzos de 1.980 16 frentes de las Farc lo que también fortaleció la presencia de grupos paramilitares que fueron fortalecidos por el narcotraficante Gonzalo Rodríguez Gacha, quienes no solo alteraban en el orden público con masacres y hechos victimizantes sino que además afectó la participación política”, aseveró Gómez López quien dejó claro que a partir de ese momento la participación política en ese territorio ha disminuido, ya que aquellos que quieran ejercer la política y pensar diferente corren riesgo de morir.
“Debido a la presencia fuerte del paramilitarismo y otros grupos armados en ciertos territorios la posibilidad de participación política es mínima y más en las mujeres y esto se debe también a la ausencia de estado que hemos tenido desde ese entonces. Lo que debemos hacer es construir desde las diferencias, porque esa es la democracia y democracia es permitir opinar siendo distintos sin que nuestra vida corra riesgo por eso”, afirmó.
La gran conclusión que dejó este foro es que la vida es sagrada y que entre todos debemos aportar con nuestro compromiso, cuidado y desarrollo de los territorios basado en el respeto, la cordura y la tolerancia que se debe tener por las diferentes ideologías y sin distingos de religión, raza o directriz política para construir un territorio de verdadera paz.
Si quiere conocer más detalles y ver este foro completo vealo a continuación
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