2 TEMAS: Obras Públicas y Nuestra Lotería – #Pregones – Ricardo Gabriel Cipagauta Gómez – #Columnista7días

Se les acabaron los primeros 365 días a las administraciones municipales y no se entiende por qué algunos vecinos sí inauguran, entregan y hasta empiezan obras, infraestructura y pueden sí poner espejo retrovisor. Otros ya endeudan a sus comunidades con la justificación que pasarán  a la historia -con lo que harán en obras- con esos recursos. Y los que ni fu ni fa, ni mu.

Ah malhaya cuanta falta hacen las oficinas, que luego convirtieron en secretarías, de obras públicas y que llaman ahora de infraestructura, pues eran los ejes de las dependencias de planeación (que se convirtieron en tortuosas, dudosas y hasta investigadas) por los intereses que manejan, los recursos que manejan y hasta las acciones que realizan para municipios que –nos guste o no- es con obras que se vean, que duren, que sean con calidad y generen empleo a los locales, así los contratistas “ganadores” dispongan de mano de obra e incluso materiales foráneos… que luego nos duele a todos porque hay que solucionarle sus males con más recursos.

Tenían hasta la posibilidad de tener bancos de maquinaria amarilla, que se distribuía en sus horarios o días de trabajo por todos los sectores, sin la bendición de los jefes políticos, o concejales o de las juntas de acción comunal. Llegaban y hacían su trabajo y YA.

Y ahora los grandes pensadores o voceros de la comunidad se rasgan las vestiduras. Queremos obras y no corrupción. Bien hechas y con veedurías. Atentos a su segundo año de promesas.

Y el segundo tema es para reconocer la que el 3 de mayo del  2022, que será un domingo, para celebrar que el tradicional “sábado, que de pobre nos sacará”, cumplirá su centenario, sus bodas de hueso, de ése matrimonio entre apostadores, jugadores, empresa, salud y recursos que como los transfiere nuestra orgullosa Lotería de Boyacá se ha consolidado, fortalecido y hasta sorprendido a más de uno, porque con cada plan de premios ha buscado llegar a más ganadores.

Su gerente se dedicó de lleno a buscar alternativas y con una pandemia acompañar a los vendedores de las esquinas, de las vías y hasta de los puntos fijos “los loteros” de siempre. Sin descuidar los canales electrónicos y sus oportunidades como el chance que en silencio-y algunos con disciplina y rituales- apuestan cada día en búsqueda de la suerte llegue, en el juego de azar.

Héctor David Chaparro Chaparro, es la cabeza de un equipo, que de seguro sueña con números, con ver la felicidad de quien con una “patica” se lleva unos pesos para su casa y que algunos ganadores no han reclamado sus premios, teniendo un año para hacerlo… Y puso adicionales para quienes se estaban sacando el ganador pero no la serie o las 2 últimas y nada que les reconocían –con una nueva fracción, ni con los secos, con un mayor invertido o un raspa y gane e incluso con los datos del comprador en los 418 mil billetes, para unos 24 mil millones en juego.

Luego de 97 años bien vividos, nuestra orgullosa campesina, que ya no solo aparece sentada, sino que muy erguida o con movimiento, con canasto lleno de billetes y viandas, se bautizó como “Esperanza”, mediante concurso abierto y en el que 4.474 participantes pensamos en nombres de homenaje, de esperanza, de fortuna, de berraquera, como se llaman algunos de sus premios, en sugestivos billetes con diseños de querendones de nuestras tradiciones, patrimonio y mundo.

Y no olvidar que viene un extraordinario -de su cosecha- para el 24 de diciembre, que bien caería. Esas posibilidades pueden ser para uno o varios que decidamos comprar nuestra lotería.

A lo mejor muchos no creen o gustan de estos juegos, pero quedan recursos para la salud, el deporte y dar soporte a una empresa que es orgullo de Boyacá, que no puede ni debe caer en manos de “apostadores” de sus intereses, ambiciones o pretensiones. Es la joya de la corona.

Muy bueno que Obras públicas se mirarán en ése espejo de una empresa que tiene vida propia.