El 28 de agosto de este año el reconocido empresario y compositor Julián Soler Olarte había sido internado en la clínica Palermo de la capital de la república a causa del contagio con el COVID -19 y luego de 45 días internado, logró superar la enfermedad; sin embargo, contrajo una bacteria que atacó sus pulmones hasta cobrarle la vida.

Este empresario oriundo de Rondón, Boyacá de visionarios proyectos estaba dedicado en los últimos años a la producción de audiovisuales y en su vasto repertorio compositivo dedicaba sus obras al folclor Boyacense para que agrupaciones como Los Fiesteros de Boyacá interpretaran sus creaciones.
Sus obras quedaron impresas en varias producciones discográficas y hace dos años fue invitado por Funmúsica al Festival de la Plaza del Mono Núñez, donde la agrupación carranguera dirigida por Joel Quintana entonó sus versos en una especie de lanzamiento de su más reciente trabajo sonoro.
De 8 y 12 años son sus hijos más pequeños quienes, junto a sus hermanos y su familia, hoy lloran la partida de este hombre de rectas actuaciones y una sensibilidad humana a toda prueba, cualidades que le permitieron adelantar grandes proyectos con los que contribuyó de manera efectiva al desarrollo de su natal Rondón y el departamento.
«Fue un padre, un hermano mayor, mi mentor, mi apoyo y mi guía» dijo Joel Quintana, director de la reconocida agrupación Los Fiesteros de Boyacá, quienes grabaron varias de las creaciones del desaparecido cultor y empresario.
Sus exequias se realizan hoy viernes 6 de noviembre en la parroquia Santa Ana de Teusaquillo en Bogotá y posteriormente su cremación en el Cementerio de Chapinero.
Paz en la tumba de este importante líder que deja un legado inmensurable para la cultura y las artes de su amado Boyacá.