Hacer invivible la República – Sergio Daniel Vargas – #ColumnistaInvitado – @sergiodvargasm

Laureano Gómez fue uno de los políticos más importantes de Colombia del siglo XX. Fue diputado, senador, ministro, embajador, entre muchos otros cargos a lo largo de su prolongada vida pública en la política. El partido Conservador tuvo en Laureano Gómez a una de sus figuras más prominentes a lo largo de casi 50 años.

Luego vino su hijo, Álvaro Gómez, senador, candidato presidencial, constituyente. Fue trágicamente asesinado en circunstancias que aún hoy, 25 años después, siguen sin esclarecerse del todo. Los nietos y bisnietos de Laureano Gómez siguen figurando como panelistas en los medios, líderes gremiales y en las contiendas electorales. Todo muy a la colombiana.

A Laureano sus contradictores políticos le decían “El Monstruo”. Y no era para menos. Gómez fue uno de los grandes ideólogos políticos que, desde su silla en el Capitolio Nacional, alentó la época de la Violencia que dejó miles y miles de muertos en campos y ciudades de Colombia. En muchos escritos, discursos políticos, pronunciamientos públicos dejó ver su talante racista y antisemita. Laureano despachaba y ponía a temblar gobiernos desde su curul en el Capitolio.

Y en alguno de sus famosos discursos, en medio de su feroz ejercicio de “oposición”, Laureano prometió “hacer invivible la república liberal”. Luego logró sentarse como presidente de la República. El 7 de agosto de 1950 se posesionó. Por quebrantos de salud pudo ejercer poco más de un año. Cuando quiso volver a su cargo en 1953, lo demás es historia: Rojas Pinilla y el golpe militar, el pacto de Sitges, el plebiscito del 57, el Frente Nacional….

Laureano hace parte de nuestra larga historia de figuras políticas. Y tiene sus émulos hoy en día. El planteamiento de hacer invivible la república es profundo y sujeto a un análisis que hoy en día puede servirnos para explicar la degradación de nuestra clase política. Seguimos en un círculo vicioso. Con un Laureano reencarnado en su peor versión dirigiendo un gobierno a la sombra.

Nuestro Laureano del siglo XXI nos pide desde hace unos días que tengamos cuidado con el 2022. ¿A qué se deberá? ¿Bajo el mando de su pupilo presentador de televisión tendremos país, democracia y economía en el 2022? Ojo al 2022, nos dice. Cuando tiene Presidente, Fiscal, Procuradora, Defensor del Pueblo, Contralor y mayorías en el Congreso pide cuidado con el 2022.

Ya no estamos en los años cincuenta de Laureano. Y esa clase política, que promete hacer invivible la república si la sociedad y las instituciones no ceden a sus intereses, lo sabe perfectamente. Solo les queda la manipulación y la tergiversación. Ojo con el 2022. La campaña ya arrancó y se juegan muchas cosas de nuestra frágil democracia.

Y la degradada clase política dirigida por el Laureano del siglo XXI está regalando miedo para vendernos seguridad. Para decir que son la solución mediante un gran referendo absurdo acomodado para intereses particulares. Y lo de siempre: la derecha unida para cuidar el negocio y el statu quo y la izquierda peleada para cuidar los egos. Todo muy a la colombiana. Y así nos va para el regocijo de Laureano.