Los Mundiales de Ciclismo

Hace 25 años, no solamente Boyacá y Bogotá, sino toda Colombia cumplieron el sueño de realizar un campeonato mundial de ciclismo.

Por: David Cañón Cortés,
Jefe de prensa de los Mundiales de Ciclismo Duitama 1995

Por David Cañón Cortés, jefe de prensa de los Mundiales de Ciclismo Duitama 1995

Si hace 58 años un boyacense, Roberto Buitrago Dueñas (rebautizado como ‘Pajarito’ por el gran Carlos Arturo Rueda), ganó la Vuelta a Colombia, esto quiere decir que el ciclismo para nuestra región no es ni siquiera un deporte o un acto recreativo: en Boyacá montar en bicicleta, competir y ganar, es un hecho eminentemente cultural.

Entonces debemos entender lo que significó hace 6 lustros el conseguir que la UCI, con el aval del Gobierno central, otorgara a Bogotá y Boyacá la realización de los Campeonatos Mundiales de Ciclismo 1995. Y hablamos en plural de campeonatos, porque fue la última vez que la Unión Ciclista Internacional le entregó a un mismo país la responsabilidad de organizar y ejecutar tanto en pista como en ruta las máximas justas en el marco del ciclismo universal.

Hace 25 años, no solamente Boyacá y Bogotá, sino toda Colombia cumplieron el sueño de realizar un campeonato mundial de ciclismo.

Nunca es tarde para reconocer el trabajo hecho por varios personajes para conseguir la sede y para cumplir con el compromiso. La audacia y tenacidad de un boyacense como Miguel Ángel Bermúdez, el contacto permanente y perseverante del periodista Héctor Urrego, la vinculación de la empresa privada liderada por la Organización Ardila Lulle, el Estado nacional en cabeza de su presidente Ernesto Samper, instituciones públicas como el Ejército, la Policía, Inravisión y Telecom, y, en fin, toda la sociedad civil puesta al servicio de una causa, cual era “sacar la cara por el país”.

En lo que a mí concierne, acepté la invitación de los dirigentes Antonio Ambrosio, presidente de la Federación Colombiana de Ciclismo, y Gonzalo López, director del Clásico RCN, para hacerme cargo de la dirección ejecutiva del evento. Cuando el compromiso tomó cuerpo y la presión se vino encima, asumí la jefatura de prensa, donde me sentí a mis anchas, pues era el oficio que me identificaba. El cuartel general para los periodistas internacionales lo montamos en el Hotel Duruelo, de Villa de Leyva, y al lado, en las oficinas de Telecom, se instaló el IBC (International Broadcasting Center).  Fue una experiencia maravillosa el escuchar permanentemente los elogios de los colegas, especialmente franceses, italianos y españoles, quienes consideraban a nuestro país como algo extraordinario y digno de conocer.

El ciclismo para nuestra región no es ni siquiera un deporte o un acto recreativo: en Boyacá montar en bicicleta, competir y ganar, es un hecho eminentemente cultural. Foto: Archivo Particular

Durante dos semanas el recorrido turístico Tunja, Villa de Leyva, Paipa, Duitama, Sogamoso, Nobsa y Tuta se convirtió en un conglomerado políglota recreativo de Boyacá para el mundo. 5 años después, cuando se hicieron los Juegos Nacionales, este mismo escenario fue objeto de visitas por parte de los deportistas, periodistas y turistas que necesitaban conocer no solamente el lugar donde se había librado la gesta libertadora, sino el escenario que había servido de moderna vitrina para mostrar al orbe cómo era realmente Colombia, quiénes la habitaban y cómo era el terruño de los Patrocinios, Parras, Niños, Camargos, Corredores, Samacás hasta llegar a los Quintanas y López, por no seguir dando nombres de ciclistas que, según los entendidos, por aquí “se dan silvestres”.

Una semana después, en el restaurante La Barra del español Alejo Villanueva, en la calle 22 de Bogotá, nos reunimos los clientes de siempre para hablar de lo mismo: ciclismo, fútbol, toros y deporte en general. El tema: los Mundiales de Ciclismo y sus resultados. Pepe, el sobrino de Alejo y administrador del lugar, llegó hasta nosotros con el siguiente comentario: “que he conversado con mis primos en España y que ahora saben cómo es Colombia…de dónde salen los ciclistas y cómo es su gente…. Claro, hemos visto durante 7 horas la transmisión por televisión de las victorias de Induráin y Olano…. ¡qué pueblo más maravilloso tenéis…!

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