Boyacá se convirtió en epicentro deportivo del mundo en Colombia 95

Desde mi análisis los mejores reconocimientos al dirigente político y deportivo Miguel Ángel Bermúdez Escobar, con su poder de convocatoria nos puso a sonar como alternativa mundialista al departamento de Boyacá en las incansables sesiones de la elite dirigencial del ciclismo del mundo, deliberando con alemanes, ingleses, belgas, españoles, etc.. y el holandés Hein Verbruggen, presidente de la Unión Ciclística Internacional U.C.I.

Por: Héctor Baker García,
periodista deportivo

Héctor Baker García, periodista deportivo

Todos estos debates para convencer con criterio, que Boyacá era capaz de ofrecer con garantía todas acciones pertinentes para esta clase de eventos orbitales y la participación de los mejores ciclistas del mundo para el momento, y sus solicitudes de seguridad, confort o escenario natural para los ensayos o entrenamientos con la realización de los eventos programados.

Sería injusto dar nombres y no reconocer lo institucional, como el Presidente de República Ernesto Samper que dio vía libre a algunas inversiones urgentes para el evento; Coldeportes Nacional, con su director Luis Alfonso Muñoz, que fue por donde se realizaron labores inter-institucionales en la alianza con la Federación Colombiana de Ciclismo que dirigía Antonio Ambrossio, empatía seguida a los municipios sedes como Tunja, Tuta, Paipa y Duitama.

Para la capital de los boyacenses era una oportunidad para consolidar a Tunja como ciudad estudiantil y cultural, involucro a las actividades a todos los sectores económicos, comercio, industria, turismo, educación y una alianza internacional con los comunicadores de la región ante el Mundo, allí se sintió el liderazgo del Ingeniero Manuel Arias Molano, como primera autoridad del municipio, que nos puso a los que quisimos estudiar algo del idioma francés.

El mundial de ciclismo en el año de 1995 nos dejó referenciados de manera positiva, la unidad entre todos boyacenses. Foto: Archivo Particular

Era tanta la motivación que varios colegas crearon su propia idea periodística con la Revista del Mundial Colombia 95: diseño, textos, fotografía, todo con la capacidad de investigación y escritura de Julio León Zipa Maldonado, Danilo Guio y Jairo H. Ruiz Suescun, este último me recordó, la reactivación del tren entre Tunja y Duitama para llevar turismo para esos días.

Era inevitable no comer algo de la gastronomía colombiana, en todo el circuito de Duitama, muy cerca a las propiedades de un gran ciclista de ‘La Perla de Boyacá’ el gran Oliverio Rincón, ciclista profesional destacado en el calendario internacional y oriundo Duitama.

Pero, además, Villa de Leyva, sin tener calendario deportivo se convirtió en atractivo para la fotografía, la crónica internacional de la historia universal. Más de 300 periodistas internacionales acreditados por la organización central fueron llevados a un recorrido por todos valores y escenarios históricos o paleontológicos existentes en la región, acompañado de regalos autóctonos y departir con la exquisita chica hecha en Boyacá.

El Municipio de Tuta no se quedó atrás, el abogado Alcides Gómez López q.p.d., como alcalde organizó todo para que su municipio no perdiera lo auténtico, con música de la región, poesía costumbrista, danza… Y como la unión hace la fuerza, hicieron alianza para un espectáculo pirotécnico en el lago del Sochagota,  con el vecino municipio de Paipa donde hubo récord en participación por lo atractivo del contraste del espejo de agua, las luces y la noche.

Era inevitable no comer algo de la gastronomía colombiana, en todo el circuito de Duitama. Foto: Archivo Particular

Anecdótico… “hay narradores para ciclismo, dijo el alcalde de Tuta, pero no hay narradores para el espectáculo de luces multicolores y la manualidad de la pólvora” y este servidor le salió al reto (Héctor Baker García) con debut a bordo.

El mundial de ciclismo en el año de 1995 nos dejó referenciados de manera positiva, la unidad entre todos boyacenses, que respiramos en todos los poros ciclismo, que asumimos los retos con capacidad resolutiva, siempre también recordando otro mundial, el de ajedrez juvenil  en Tunja en el año de 1.989.