Como era de esperarse, el Gobierno departamental no está muy animado que digamos a hacer este año Festival Internacional de la Cultura, ya que sería virtual y la mayoría de la programación se quedaría en foros, conversatorios y algunas muestras transmitidas por internet.
Pero, además, Amaya le dejó la olla raspada (así debe ser por ley) al nuevo gobierno y con la emergencia por la pandemia se ha tenido que invertir altas cantidades de dinero en imprevistos. Igual, diferentes sectores de la cultura en Boyacá coinciden en que con lo ocurrido en el anterior cuatrienio cuando se tuvieron las versiones más discretas en la historia del FIC, pues no es que se vaya a notar mucho si no se hace en esta oportunidad.
Eso sí, la esperanza está en que Barragán se faje con las tres versiones que vienen y que ‘resucite’ el evento, bueno que lo recupere, para no utilizar términos religiosos ni aleluyas en la programación.