¡Viva el Boyacensismo y viva el Sumercé!

La historia suele respaldar las tradiciones de toda una comunidad, y en los libros quedan plasmados los diferentes actos y hechos que estructuran la ‘identidad’ de una región.

*Por: Julián Andrés Galvis,
Presidente ejecutivo Cámara de Comercio de Tunja

Julián Andrés Galvis, Presidente ejecutivo Cámara de Comercio de Tunja.Foto: archivo Boyacá siete días

La tradición comercial del departamento de Boyacá, se ha forjado con el esfuerzo y dedicación permanente de quienes iniciaron sus labores desde tempranas horas de la mañana esperando vender todo su inventario, o entregando toda su cosecha, para llevar el pan a sus mesas.

Empresarios que han decidido aferrarse a sus sueños y llevarlos a cabo para generar empleo y dar de comer a sus colaboradores, generando un impacto inimaginable en la economía boyacense, y a la par, un desarrollo en los proyectos empresariales que generan mejor calidad de vida de todos los que habitamos este paraiso del altiplano.

Es gracias a este trabajo que los empresarios y comerciantes boyacenses hemos forjado una ‘identidad histórica’, que permite sentirnos orgullosos, no solamente de nuestra ruana y sombrero, sino de nuestros establecimientos de comercio, industrias y equipos de trabajo  que nos hacen, ser parte de ese ‘boyacensismo’ histórico que nos engruesa la sangre al alzar la voz para expresar que somos de Boyacá sumercé.

El encadenamiento de nuestro tejido empresarial y comercial, nos brinda en todo momento, nuevos sabores, colores, olores y sensaciones, que siempre enamoran a quienes nos visitan y dejan en las retinas de colombianos y extranjeros, los inigualables paisajes que nos convierten en potencia mundial de turismo.

El propósito del comercio boyacense seguirá ampliándose hacia los horizontes que el mercado lo permita, porque lo que hasta ahora se ha construido, ha sido un referente para otras regiones de Colombia.

Cada vez que un colombiano habla, escribe o lee de Boyacá, es para encuadrar las maravillas de una tierra hermosa llena de potenciales y destino obligatorio para quienes aún no nos conocen. ¡Viva el Boyacensismo y Viva el Sumercé!