El éxito del crecimiento y desarrollo sustentable de muchos países, se resume en una sola frase: la sabiduría de sus gobiernos en la construcción de una línea base ambiental con valor compartido.
El hombre convive con la naturaleza y todo un entorno de manera directa e indirecta (agentes bióticos y abióticos). Para determinar esa iteración-relación, existe un concepto fundamental que le permite a todo país conocer su estado actual para edificar cualquier tipo de proyecto, con una mirada de desarrollo territorial. Les hablo de la línea base ambiental con valor compartido.
La línea base ambiental con valor compartido es un estudio milimétricamente riguroso y detallado, construido con principios éticos y morales, el cual debe ser realizado por un grupo de profesionales de la mano con los veedores del territorio ‘la comunidad’. Donde se analizan las condiciones actuales de cada lugar, desde: lo ambiental, social, salud y económico. No debe existir ningún secreto sobre la información obtenida en cada etapa de los estudios. Todos los interesados deben tener acceso a los resultados finales, por ejemplo: como es la calidad del agua superficial y subterránea, condiciones de los suelos, del aire y demás características socioambientales.
Por otra parte, uno de los principales retos de la humanidad respecto al cambio climático, es cómo desarrollar los territorios de manera sustentable “gobernanza con valor compartido sin hipotecar al que viene atrás”. Desde la agricultura, la pesca, proyectos de ingeniería (túneles, represas, puentes, vías), el aprovechamiento de los recursos naturales no renovables (minería y combustibles fósiles) entre otras actividades realizadas por el hombre. Cada proyecto debe tener antes de, un estudio de línea base ambiental con valor compartido, de lo contrario no habrá desarrollo.
Esa falta de valor compartido se ratifica en los recientes proyectos realizados en Colombia, por ejemplo: Túnel de la línea, Hidroituango, Chirajara, vía Sogamoso-Llanos Orientales, sector minero energético entre otros. Los cuales han tenido consecuencias muy desfavorables en: sobrecostos, tiempos de entrega, aceptación por parte de las comunidades, entre otros aspectos. Estos proyectos fueron construidos con una línea base ambiental sin valor compartido. “Lo que se construye sin la voz de todos, los resultados seguirán siendo los de hoy; lamentos tras lamentos”.
Finalmente, necesitamos un Estado que tome las riendas y sea el promotor de la línea base ambiental con valor compartido en cada rincón del país. Es el momento de recuperar la confianza perdida entre gobierno, empresa, academia y comunidad.
“Si no sabes hacia donde se dirige tu barco, ningún viento te será favorable”. Lucio Anneo Seneca.