El sendero perdido de la minería colombiana – Juan Daniel Angulo Argote

¿En qué año se desarrolló el último proyecto minero de gran escala en Colombia?

Hace más de dos décadas el país en todo su conjunto ‘interesados’ veía con expectativa el sector minero. A sabiendas de que las condiciones y estabilidad geopolítica no eran las mejores, la sociedad no era ajena a la actividad. Participaban de una u otra manera en los proyectos ‘existía armonía y confianza’. Por ejemplo: centros de investigación y desarrollo minero, pasantías de estudiantes de pregrado y posgrado en busca de patentes (hoy los egresados no tienen otra opción que recurrir a la modalidad de posgrados para graduarse, ¿hasta dónde hemos llegado?), sin duda perdimos el sendero. Las licencias ambientales, y las ‘operacionales’ tenían la aceptación y aprobación de la sociedad colombiana. ¿Qué ha pasado desde Drummond, último proyecto de gran minería desarrollado?

Ahora tenemos generaciones diferentes, las cuales quieren ser educadas e informadas anticipadamente, de seguro, son más conscientes que sus antecesores en proteger los recursos naturales y su buen aprovechamiento. Ya son cerca de treinta años, donde ellos vienen manifestando lo siguiente: no queremos seguir escuchando y aplicando el mismo discurso que le decían a nuestros abuelos y padres, la minería trae desarrollo, brinda regalías, impuestos y empleos.

Por otra parte, Finlandia es uno de los países verdes del planeta, rodeado de agua y árboles. Cerca de dos tercios del territorio es agua. Son los mayores productores y exportadores de madera con valor agregado en el mundo. ¿Cómo así? Por medio de ese recurso construyeron el sendero perdido (No 1 del orbe en tecnología e innovación para trasformar la madera). Hoy, ese recurso natural es la insignia de su sociedad, logrando consolidar los más admirados e imitados arquitectos y diseñadores, todo gracias a la sabia política sectorial para direccionar la madera.

No obstante, las generaciones finlandesas nacen, se crían y se desarrollan en el mundo de la madera ‘su mayor activo’. Desde niños, el Estado tiene un programa educativo integrado (educación pragmática+recurso natural ‘bosques’+tecnología e innovación). Ese modelo educativo les ha permitido construir economías sustentables. Por ningún lado se mencionan las regalías, impuestos y empleos (eso es secundario ‘la ley del menor esfuerzo’).

Y ahora, ¿qué espera Colombia para actuar? ¿Va a seguir con el mismo modelo de hace treinta años? Educación, educación y educación es la agenda política que anhela, desea y quiere ver la sociedad colombiana para apostarle y sacar de lo primitivo los recursos naturales. Cada vez se suman más productos a la canasta exportadora sin diversificación vertical, así nunca se construye un territorio. Por qué no soñar con la minería 4.0 (innovación y tecnología) del cobre, el oro, el carbón, las esmeraldas y demás minerales antes de ser exportados.

Para finalizar, ¿cuál ha sido el secreto de los países más atractivos para invertir en exploración y minería? La respuesta es muy simple, no es física nuclear: sus interesados siempre van agarraditos de la mano cada vez que recorren sus recursos naturales (empresarios, Estado, academia y sociedad). ¿Se le hace difícil al Estado colombiano copiar ese modelo? ¿O quieren seguir condenando a sus generaciones por 30 años más? Si no lo quieren copiar, por favor cambien ese discursito.