La COVID-19 en los recursos naturales – Juan Daniel Angulo Argote – #Columnista7días

“Esa fiebre alta que genera delirios, muchas veces alucinaciones de estar en la cúspide, para otros la muerte”

En épocas de pandemia la enfermedad del siglo XXI ‘La COVID-19’ se acelera (picos máximos) y desacelera (niveles bajos) en cada rincón del planeta. Eso mismo les sucede a los recursos naturales. Algunos viven uno de sus peores momentos de la historia reciente, tal es el caso de los combustibles fósiles. Y la verdad, no veo un panorama alentador, esos booms no regresarán. Dentro de tantas razones a su hecatombe, el hombre ha sido su principal actor. ¿Y por qué?

Los países ricos en estos recursos se quedaron cruzados de brazos, no innovaron para convertirlos en minerales estratégicos (son aquellos que son reciclables). Básicamente, se enfocaron en su principal uso “fuente de energía” y pare de contar. De todos, el coque aún se mantiene (carbón metalúrgico) con amenaza latente de posibles sustitutos a la vuelta de la esquina. Y lo más irónico, es que los productores no reaccionan.

¿Qué ha pasado con las instituciones de la mano del Estado, las empresas y parte de la sociedad en negarse al cambio energético u otros usos?

Por primera vez en la historia energética de Europa, las energías renovables superan a la generada por los combustibles fósiles. ¿Colombia va a esperar que los combustibles fósiles los abandonen? Todo parece que, el país llenará de termoeléctricas el territorio nacional (a feriar concesiones se dijo), para no dejar enterrado esos recursos. Sencillamente, de tanto pensar en alternativas, se le fundieron las neuronas: la fruta al alcance de la mano, la ley del menor esfuerzo “cero innovación y desarrollo para la sociedad”.

¿Dónde están los grandes centros de investigación alternativo verde de los combustibles fósiles en el país? Colombia invierte el 0,27% del PIB en ciencia y tecnología, el más bajo de los países de la OECD (Organización para la cooperación y el Desarrollo Económicos), la media es del 2,7% del PIB. “Los minerales deben generar riqueza para el conocimiento, así lo hacen los finlandeses con la madera”.

Ahora, los países productores de combustibles fósiles culpan a la pandemia de su desgracia. Y no aceptan que, las crisis desnudan la incapacidad de sus políticas sectoriales. No insistan más por favor, son obsoletas, ya dieron sus mieles.

Por el otro lado, la COVID-19 en el oro “fiebre alta”, es algo transitorio, lo que vive ese metal es una coyuntura crítica. Los países en épocas de crisis, buscan almacenar grandes reservas federales, para que el oro nuevamente sea el escudo económico y financiero como épocas anteriores. No se debe olvidar la primera lección del superciclo minero de 2008 “Don`t forget: cycles don`t last forever. Booms always turn to bust”.

Finalmente, reaccionamos o seguimos impávidos frente a los cambios que nos revela el mundo. Los combustibles fósiles y los minerales metálicos en Colombia tienen una salida, no tiene más opción: por primera vez investigar y desarrollar manufactura minera en el país. Los colombianos anhelamos minería “exportar con valor agregado” no extractivismo “seguir en lo mero primitivo”. Llego el momento de blindar nuestros recursos naturales frente a la COVID-19 u otras crisis.