Además del libertador Simón Bolívar, se destacaron los generales José Antonio Anzoátegui y Francisco de Paula Santander, al igual que dos niños.
El comandante de la división de retaguardia del Ejército Patriota, general José Antonio Anzoátegui, y el comandante de la división de vanguardia, general Francisco de Paula Santander, fueron los más destacados militares de la batalla del 7 de agosto en el Puente de Boyacá.
El propio jefe de estado mayor del Ejército Libertador, el general Carlos Soublette, en su parte de victoria enalteció a los dos oficiales.
“Nada es comparable a la intrepidez con que el señor general Anzoátegui, a la cabeza de dos batallones y un escuadrón de caballería, atacó y rindió el cuerpo principal del enemigo. A él se debe en gran parte la victoria”, escribió.
También dedicó algunas líneas a exaltar la labor del comandante de la vanguardia del Ejército Patriota: “El señor general Santander dirigió sus movimientos con acierto y firmeza”.
Soublette también hizo un reconocimiento a las tropas que en el Puente de Boyacá lograron el triunfo.
“Los batallones Bravos de Páez y Primero de Barcelona, y el escuadrón del Llanoarriba, combatieron con un valor asombroso. Las columnas de Tunja y el Socorro se reunieron a la derecha al decidirse la batalla. En suma, S. E. ha quedado altamente satisfecho de la conducta de todos los jefes, oficiales y soldados del Ejército Libertador en esta memorable jornada”, relató el jefe de estado mayor.
Dos niños también fueron protagonistas el 7 de agosto de 1819: María Estefanía Parra Chinchilla y Pedro Pascasio Martínez Rojas
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El comandante de las fuerzas españolas
José María Barreiro Manjón era un coronel de artillería que había llegado con el pacificador Pablo Morillo en 1815 a Venezuela.
En agosto de 1818 el oficial español arribó a Santa Fe de Bogotá a reforzar las tropas del virrey Juan de Sámano.
Cuando enfrentó a Simón Bolívar en la Campaña de la Nueva Granda tenía 25 años de edad. Los 26 los cumpliría el 20 de agosto de 1819.
Muchos le achacan a su juventud y a la falta de experiencia la derrota sufrida a manos del Ejército Patriota.
La historia señala que Morillo nombró el 12 de julio de 1819 al general La Torre como comandante de la Tercera División en reemplazo de Barreiro, pero aquel no alcanzó a llegar antes del 7 de agosto para asumir el mando de las fuerzas realistas que defendían a la corona en la Nueva Granada.
El historiador alemán Gerhard Masur relató que, entre los últimos actos oficiales de Bolívar en Bogotá, antes de irse para Venezuela en 1819, figuró la redacción de una carta al virrey fugitivo (Juan de Sámano), ya que el Libertador había intentado desde mucho antes borrar los recuerdos de la guerra a muerte.
En esa misiva el Libertador ofreció un intercambio de prisioneros y se comprometió a liberar al coronel Barreiro y a sus oficiales si los españoles correspondían con un gesto similar.
“Pero Sámano no se dignó contestar y Barreiro fue abandonado a su trágica suerte”, recalcó Masur.
El 10 de octubre de 1819 fueron condenados a muerte 25 oficiales españoles (entre ellos José María Barreiro), cinco granadinos, cinco venezolanos, un quiteño, un guayanés y un portorriqueño, hechos prisioneros en la Batalla del Puente de Boyacá.
El 11 de octubre, a las 7:00 de la mañana, condujeron a Barreiro ante el pelotón de fusilamiento en la plaza mayor de Santa Fe.
Allí, en medio de insultos de la población, las balas de los soldados patriotas cumplieron la sentencia.