La historia de la ciudad de Tunja es la síntesis del desenvolvimiento histórico de la cultura colombiana e hispanoamericana, pues en su esencia se encuentra el pluralismo cultural en donde convergen las tres formaciones históricas culturales: la aborigen, chibcha, la hispánica colonial, y la República, después de la revolución de la independencia.
Por: Dr. Javier Ocampo López
Presidente Academia Boyacense de Historia
Tunja es un pueblo de esencia mestiza, de aculturación hispano indígena, en donde sobre una construcción indígena o Hunza, se construyó un pueblo cultural hispánico o Tunja, lo cual señala sus raíces históricas. Tunja ha sido un pueblo de espíritu colonial, pero, a la vez, de dinámica rebeldía criolla y patriótica en la emancipación; un pueblo verdaderamente síntesis de la historia nacional.
El origen del nombre de Tunja viene de Junza o Tchunza, que significa ‘varón prudente’.
El nombre de Tunja está también ligado a Hunzahua, el primer Zaque oriundo de Ramiriquí, que tenía el mayor poder en las tierras boyacenses. Hunza indígena fue la primera formación histórico-cultural de Tunja que tuvo vigencia durante milenios de años con el pueblo chibcha o muisca.
Tunja hispánica: fue fundada el día 6 de agosto de 1539 por el capitán Gonzalo Suárez Rendón, con un grupo de españoles de su hueste, sobre los antiguos bohíos de la Hunza indígena. Allí se levantaron las casas de los primeros pobladores, los templos y los conventos.
Esta fundación hispánica lleva en su esencia aquellas fuerzas espirituales y materiales que sus hijos y residentes le han transmitido con creatividad, pensando siempre en el progreso y desarrollo.
Para el Acta de Fundación, que se hizo en cuero de venado, se eligió a Don Domingo de Aguirre como Escribano de Tunja. Esta Acta fue llevada posteriormente al Primer Libro de Actas del Cabildo, que se conserva en el Archivo Histórico Regional de Boyacá.
La ciudad tuvo un modelo típicamente castellano. En algunas mansiones siguieron el modelo andaluz, de la tierra de Suárez Rendón.
El diseño arquitectónico original de Tunja está plasmado en el plano de la ciudad, diseñado por el arzobispo Fernando Arias de Ugarte en 1623 y conservado en el Palacio Arzobispal.
En este primer diseño aparecen 13 iglesias de las 14 iglesias coloniales, 6 conventos y grandes mansiones de caballeros españoles de estilo Plateresco y Renacentista con escudos españoles, ostentando el mayor número de ellos en toda América Hispánica, lo cual demostraba la jerarquía de gobernantes y encomendadores, jueces, procuradores y cabildantes. La arquitectura civil y religiosa, la ornamentación y las obras de arte son la más importante muestra del Renacimiento, del Manierismo, del Barroco y del Mudéjar más rico de la época hispánica.
Tunja en la República
El ‘Libertador de América’, general Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Palacios Ponte y Blanco, la llamó ‘Tunja, Ciudad Heroica… Taller de la Libertad’.
Fue la capital de las provincias unidas de la Nueva Granada, sede del Congreso en los años del Federalismo en la Primera República Granadina; y gran admiradora del Libertador Simón Bolívar, a quien apoyó en la Campaña Admirable en los años 1813 y 1814. En Tunja recibió el Libertador el título de ‘Ciudadano granadino’ y fue ascendido de coronel a ‘general’.
Tunja le dio el apoyo, los títulos y le señaló el camino de la gloria con el triunfo en la Batalla de Boyacá. Su admiración por Tunja la describió en su carta al vicepresidente Santander desde Puente Real. El 26 de septiembre de 1819: “Tunja, esta ciudad heroica: en ella la relación del espíritu ha sido proporcionada a la opresión terrible de tres años. El clero secular y regular, los monasterios de religiosas, los funcionarios, los viejos, los niños, los pobres, las mujeres, hasta los moribundos se han acercado a mí enajenados y me han abierto su corazón. Yo no he hallado en todo esto el lenguaje de la lisonja, sino la expresión del cóndor y del sentimiento de los bienes que trae consigo ‘La Libertad’. En este pueblo entusiasta de sus derechos sin afectación, he visto el foco de patriotismo y creo que será el taller de la libertad de estas provincias”. Simón Bolívar.
La participación de las damas de Tunja
Una gran admiración que tuvo el Libertador Simón Bolívar y que siempre recordó con afecto, fue la participación de las damas de Tunja en su homenaje a los generales y demás oficiales del estado Mayor del Ejército Libertador. Según la tradición tunjana y las ‘Memorias’ del cura Andrés María Gallo, su madre, Doña Juana Velasco de Gallo, ambos de distinguidas familias de Tunja, le envío al Libertador Simón Bolívar sus dos hijos, Fernando y Manuel, para que se vincularan al Ejército patriota. Así mismo, algunos sirvientes de la casa para que llevaran varios caballos, entre los cuales iba el caballo zaino ‘El Muchacho’ de Doña Juana, con el cual el Libertador cabalgo y dirigió la Batalla de Boyacá.
Cuando los patriotas llegaron a Tunja, Doña Juana organizó con sus familiares y amigas un banquete de las damas de Tunja en homenaje a Bolívar y al Estado Mayor del Ejército.
Así mismo, Doña Juana Velasco de Gallo con varias Damas de Tunja elaboraron y consiguieron más de 2.000 camisas y ropa para los soldados patriotas.
Sobre este hecho histórico de la ayuda de las damas de la provincia de Tunja a los patriotas en la Guerra de la Independencia, y en especial en la Campaña Libertadora, llevó al Libertador Simón Bolívar a expresar en Tasco la presente proclama sobre la mujer, que incluyó el canónigo Andrés María Gallo en sus ‘Memorias’.
Proclama a la mujer
«La mujer…! ¡La mujer! Nuestros antepasados la consideraban inferior al hombre y nosotros la consideramos igual… unos y otros estamos grandemente equivocados, porque la mujer es muy superior… Dios la ha dotado de gran perspicacia y sensibilidad y ha puesto en su corazón fibras delicadísimas, cuerdas muy sensibles a todo lo noble y elevado. El patriotismo, la admiración y el amor hacen vibrar esas cuerdas, y de ahí resultan la caridad, la abnegación y el sacrificio. Si así no fuera, las Damas de la provincia de Tunja, ante cuya caridad y abnegación me descubro con respeto (se quitó el morrión), no habrían podido realizar el milagro que han hecho y que todos palpamos.
Henchidas por dos sentimientos a cuál más noble y elevado: La caridad y el patriotismo, han vestido al desnudo, saciado al hambriento, aliviado al adolorido, y fortalecido al desfallido. Los patriotas se han comportado a la maravilla, pero este era su deber. Pero sobre todo en esto brilla el caluroso sentimiento patriótico de las señoras, con el cual han vuelto a un montón de hombres descorazonados y vacilantes, su antiguo brío, su impetuoso valor y sus muertas energías; y todavía más: les han devuelto la fe.
Sin este milagro, los españoles en el primer encuentro nos habrían acarreado como a un rebaño de corderos (se volvió a poner el morrión), y continuó: Pero hoy no sucederá eso: Una causa que cuenta con tales sostenes es incontrastable, y un ejército impulsado por tales estímulos, es invencible…».
Tunja, patrimonio de la humanidad siglo XXI
Los recuerdos de la Independencia reflejados en el campo del Puente de Boyacá con en el Paredón de los Mártires; las huellas arquitectónicas y educativas que se manifiestan en los siglos XIX y XX, nos señalan la trascendencia de Tunja en la historia de Colombia, como patrimonio cultural de la humanidad, en la vida nacional.
La culta ciudad de Tunja se ha distinguido siempre por el desarrollo en su educación con importantes colegios (132 Instituciones Educativas) privadas y oficiales, y universidades (10) públicas y privadas. Por ello se ha llamado Ciudad Universitaria.
Hacia comienzos del siglo XX aparecen Las Tertulias, centros literarios y de letrados y personalidades de la élite de la ciudad. Los literatos intervenían en actos públicos y sociales; algunos eran humoristas en los carnavales; otros eran los oradores líricos en las noches de coronación de las reinas; y otros sobresalían como escritores en los comentarios de prensa.
Algunos referentes históricos:
El Centro de Historia de Tunja (hoy Academia Boyacense de Historia), fundado por Cayetano Vásquez, nieto del prócer tunjano José Cayetano Vásquez y un grupo de historiadores y letrados tunjanos que se unieron a este centro creado en 1905 como filial de la Academia Colombiana de Historia. Participaron con ellos el historiador, monseñor y doctor Cayo Leonidas Peñuela, quien fundó en 1912 la revista Repertorio Boyacense, principal medio de expresión de la institución.
El Club Boyacá: El 20 de diciembre de 1932 un grupo de profesionales, intelectuales, comerciantes e industriales que laboraban en la capital boyacense decidieron organizar un Club Social, que desde la época ha sido sede de grandes acontecimientos, entre ellos las famosas fiestas de disfraces que se realizaban con motivo del cumpleaños de la ciudad.
El periodismo en Tunja: la imprenta y el periodismo pasaron a ser un aspecto muy importante en la vida de Tunja en los primeros decenios del siglo XX. En 1910, Tunja llegó a tener siete imprentas: El Clamor, El Conservador, El Deber, El Surco, La Linterna, El Derecho, El Cruzado. Las polémicas entre conservadores y liberales y entre clericales y laicistas, fueron muy frecuentes en Tunja durante la primera mitad del siglo XX.
Las fiestas en Tunja: Las fiestas religiosas fueron de gran esplendor entre los siglos XIX y XX. La fiesta de Corpus Christi contaba con la participación de los diversos grupos sociales de Tunja.
La Semana Santa: es uno de los eventos católicos más importantes de Tunja para Colombia; ofrece una de las fiestas religiosas de mayor esplendor y tradición en el país, donde se realizan variedad de eventos culturales, procesiones, exposiciones de arte religioso, retiros espirituales, misas concelebradas con los seminaristas de Tunja.
El Festival Internacional de la Cultura de Boyacá: conocido también por sus siglas ‘FIC’, es uno de los principales eventos culturales internacionales realizado anualmente en Colombia y que reúne a miles de artistas. Manejando diversas áreas programáticas en música, teatro, danza, literatura, academia, artes plásticas, cine – audiovisuales. El Festival nace en el año de 1973 bajo el nombre de ‘Semana Internacional de la Cultura de Tunja’. En 1981 adoptó su nombre actual y con el tiempo ha llegado a convertirse en uno de los eventos más importantes en América Latina.
El Aguinaldo Boyacense, ‘la Fiesta grande de Boyacá para Colombia’, tuvo su primera versión el 16 de diciembre de 1955 como una festividad oficial del municipio, la cual se debe al sargento de Policía Carlos Julio Umaña Torres, a quien se le ocurrió disfrazar a algunos policías para llevar la Navidad a las calles. En 1959 se institucionalizó la fiesta.
Tunja es igualmente una de las ciudades más seguras de Colombia. En cuanto a la economía, el desarrollo reciente de infraestructura y de la industria de la construcción, han contribuido al desarrollo rápido de la ciudad.