Soledad Tamayo nos cuenta cómo pretende regresar a su curul en el Senado y qué ha hecho por Boyacá, su departamento #LaEntrevista #LoDijoEn7días

La abogada paipana, hermana del desaparecido senador Fernando Tamayo, y quien lleva 27 años en la política, respondió a algunos cuestionamientos que se le han hecho en los últimos días, tras ser obligada por una decisión de la Corte Suprema de Justicia a abandonar su curul, en la que reemplazó a Aída Merlano.

¿Cuánto tiempo lleva en la política Soledad Tamayo?

 He estado por temporadas, pero son como 27 años; sin embargo, desde 1994 yo no he parado. Estuve 21 años como concejal de Bogotá y luego salí de allí y seguí trabajando por las comunidades: estuve ayudando al doctor Fernando Tamayo y luego me presenté al Congreso y salí electa.

¿Cuánto tiempo estuvo como senadora?

Pues en este momento estamos esperando a ver qué deciden. Fueron casi 14 meses: a mí me notificaron el pasado viernes sobre las 10:00 de la noche que tenía que dejarla. 

¡Pero a usted le habían dado la orden de posesionarse!

Correcto, pero infortunadamente muchos medios de comunicación, con todo el cariño que les tengo, pero como no conocen o no se interesan en averiguar, salen a hacer conjeturas y han dejado mi nombre ante la opinión pública como si yo hubiera estado en la curul de manera ilegal, cuando eso no es así.

¡Usted estaba en la curul de Aída Merlano!

Sí, pero eso fue algo coyuntural, recuerden que yo había salido electa y me quitaron mi curul para entregarla a otro partido. Cuando a Aída Merlano le decretaron la nulidad de la elección, la pérdida de investidura, a mí me asignaron la curul de ella, pero no por algo fortuito, sino porque había sacado más de 60 mil votos el 11 de marzo de 2018 en las urnas.

¿Y qué alcanzó a hacer como congresista?

 Estábamos haciendo un ejercicio muy importante en la Comisión Sexta, que es una comisión que trata temas muy importantes, como infraestructura, educación, servicios públicos, entre otros, y veníamos dando muchos debates ahora con el tema de la pandemia. Pero, además, pasaron varios proyectos a los que les dimos trámite y de estos, siete se convirtieron en leyes de la República.

¿Como cuáles proyectos se convirtieron en ley?

Por ejemplo, la amnistía que se les dio a los deudores por infracciones en el Código Nacional de Tránsito y que no se convierta en el obstáculo para continuar prestando sus servicios y que no se desgaste el Estado en procesos ejecutivos en contra de los deudores, y esta es la oportunidad de ponerse al día. También está un tema relacionado con estudiantes en condición de discapacidad.

¿Y cómo cree que le fue en su paso por el Congreso? 

Pues hicimos un trabajo muy interesante y recuerden que tan pronto como llegué al Congreso, me eligieron vicepresidenta de esa comisión y que fue grato estar allí, pero igual espero que desde las instancias judiciales se me retorne mi curul.

¿A qué se refiere? ¿Demandó?

Claro, de hecho, le dimos poder al exfiscal general de la nación, el doctor Mario Iguarán para que nos represente ante la Corte Suprema de Justicia.

¿Y en qué sentido va su defensa? 

Pues como entenderá no le puedo dar muchos detalles, pero solo le adelanto que el doctor Iguarán, inicialmente, ha presentado una tutela porque ni al Partido Conservador, al que pertenezco, ni a mí nos han citado ante la Corte Suprema de Justicia y éramos los afectados directamente de las decisiones que se estaban tomando allí. Además, lo de Aída Merlano era la respuesta a una apelación que estaba resolviendo en segunda instancia la Corte.

¿Qué espera de la justicia?

 Que nos restablezca ese derecho que hemos perdido, porque ustedes recordarán que el 11 de marzo, yo salí elegida como senadora y duré electa como 15 días y mágicamente de la noche a la mañana se perdieron tres curules, entre estas la mía. Esa demanda está en el Consejo de Estado.

¿Cuánto tiempo ya sin su hermano, el exsenador Fernando Tamayo?

El pasado 13 de abril se cumplieron ya dos años con este inmenso vacío y parece que fue ayer, precisamente por lo que él hacía. Claro que sentimos mucho su ausencia y nos hace mucha falta, pero creo que, de igual manera, todo nuestro recorrido también político nos ha permitido generar unos espacios muy interesantes con la gente, con la comunidad. Lo que siento es que hay una solidaridad tras su partida, pero, también, siento un compromiso directo de trabajo a diario.

¿Y cómo han sido estos 24 meses sin él?

Gracias a Dios le aprendimos mucho. Aprendimos a hacer el trabajo y lo hacemos con convicción y creo que lo que hemos realizado en estos tiempos, donde después de una campaña en la que él participó, por sus quebrantos de salud, salimos avante y creo que hemos hecho presencia en los departamentos, seguimos trabajando con los concejales y los alcaldes y con muchos amigos.

¿Cómo va su trabajo político en Boyacá y Cundinamarca?

En Cundinamarca tenemos una representación muy significativa de alcaldes y concejales, y en Boyacá, inclusive, venimos trabajando con personas que no son del partido. Estamos haciendo las gestiones, lástima que la pandemia nos obligó a suspender nuestra labor de acompañamiento a los alcaldes y concejales, en su mayoría en municipios de sexta categoría.

¿Y qué han hecho por ejemplo en ese trabajo en equipo del que habla?

Solo para citarle un ejemplo venimos trabajando en unos proyectos directamente con el Ministerio del Deporte y para esto tuvimos una reunión con el ministro Ernesto Lucena, en la que participaron los alcaldes de Paipa y de Tópaga, entre otros.

A propósito de alcaldes, ¿cómo va su trabajo con mandatarios?

Tenemos montada una red de alcaldes y lo que hemos hecho es informarles sobre reuniones que tengo con altos funcionarios, para ayudarles como intermediaria para dar respuestas. De igual manera adelantamos un debate relacionado con el tema de colegios privados. A quienes de alguna manera han pedido la ayuda, pues hemos tratado de colaborar, de intermediar, de gestionar.

¿Qué sucede con los colegios privados?

Lo que pasa es que, si bien es cierto que los colegios privados tendrán que poner su mayor esfuerzo para resolver todos los problemas que con relación a la pandemia tienen que atender, el Estado no puede olvidar que es su deber garantizar la educación para todos los colombianos y que en jardines y colegios privados hay un poco más de dos millones de niños y jóvenes.

¿Cuál es la propuesta, entonces?

Lo que les hemos pedido a la ministra de Educación y al ministro de Hacienda, en un gran debate que lideramos, es que hay que apoyar a los padres de familia, porque precisamente por la crisis del coronavirus se han afectado sus ingresos y hoy ya muchos tienen varios meses sin ponerse al día e inclusive hay muchos que han tenido que escoger entre pagar los servicios, los créditos y otras obligaciones o dejar que sus hijos continúen estudiando.

¿Y hubo algún resultado de esa gestión?

Logramos que el Icetex con el Minhacienda y el Mineducación abrieran la posibilidad de darles unos subsidios condonados a los padres de familia, sobre todo en estratos 2 y 3, a fin de garantizar la permanencia de los niños y jóvenes en las aulas de clase.

¿Qué otro resultado en medio de esta pandemia?

Sin lugar a dudas que otra de nuestras acciones destacadas fue un debate importante a la Superintendencia de Servicios Públicos por considerar que el cobro de energía fue desbordado. Pero, también, estuvimos muy pendientes de garantizar que se mantuviera o se reconectaran los servicios, independientes de si estaban en mora.

¿Y qué tanto visita Paipa?

Pues yo había ido por allá en febrero, pero, como es lógico, a partir de marzo no pudimos volver a salir, a viajar. Somos unos respetuosos de las normas y de ese aislamiento ordenado por el Gobierno, pero estamos en contacto permanente con el alcalde, Fabio Medrano, y con el doctor Sandoval, que es el encargado de los temas de COVID en mi municipio. Además, he estado en contacto con el doctor Yamit Hurtado, que ahora es el gerente del Hospital San Rafael de Tunja, y, de igual manera, con el señor alcalde Alejandro Fúneme. Yo a Boyacá la llevo en mi corazón y siempre estoy en función de tratar de ayudar.

¿Y puntualmente la gestión por el corregimiento de Palermo, su tierra?

Usted recordará que cuando estuvo el doctor Fernando Tamayo en la Comisión Tercera del Senado, pudo gestionar ante el Gobierno nacional 10 mil millones de pesos para esa vía y hasta el año pasado se había adelantado obra por 5.000 millones de pesos y al final de la administración pasada se había contratado el saldo, y tengo entendido que están a punto de continuar con esa obra, pero se han necesitado muros de contención y eso le quita recursos a la vía.

¡Igual, usted sigue con la gestión por Palermo!

Por su puesto. Ahí, por ejemplo, tengo otro proyecto andando en Colombia Rural y está habilitado, solo que por Invías aún no nos han dado vía libre, aunque ya fue aprobado, pero no le han asignado los recursos allí. Ahí seguimos gestionando ante los ministerios, así ya no nos atienda directamente un Ministro, pero sí dejamos muy buenas relaciones y amistades.

¿Y cómo les estaba yendo con la bancada boyacense?

Bien, pues es que, en medio de la pandemia, lo que hemos venido es conversando diferentes temas, como por ejemplo los laboratorios para atender todo lo relacionado con el apoyo a enfrentar la emergencia por el coronavirus.

¿Y cómo está su relación con el Gobernador? 

El doctor Ramiro Barragán es una excelente persona y con él hemos estado trabajando a la par en diferentes momentos y nos llevamos muy bien. Mientras recupero mi credencial, en lo que pueda ser útil, sin dudarlo ahí voy a estar, trabajando por mi departamento.

¿Pierde Boyacá una credencial con su salida?

Vamos a ver cómo la recuperamos, no podemos permitir que se pierda una voz de Boyacá en el Congreso.

¿Qué les dice a quienes aseguraron que usted
iba al Congreso para pensionarse?

¡Por Dios!, hay gente equivocada que cree que, con solo llegar a ser congresista, uno se puede pensionar y eso no es así. Ni yo, ni ningún congresista que llega tienen ningún privilegio para pensionarse en pocos meses, eso pasó hace mucho tiempo. Ahora se hacen cuentas con relación a los últimos 10 años de trabajo. Eso no es tan fácil, que como estuve un año ya salí pensionada con el sueldo de congresista, eso no estaría bien.

Además, que aún le falta tiempo para la pensión, ¿no?

La verdad, ni siquiera he hecho cuentas, yo no estoy pensando en pensionarme, sino en seguir ayudando, en seguir laborando. No tengo idea si ya tengo las 1.300 semanas, a mí lo que me gusta es trabajar. Hay mucho por hacer.

¿Y si no logra recuperar la credencial,
va a volver a intentarlo en las urnas?
 

Vamos a intentarlo de nuevo, independiente de que recuperemos o no la credencial en estos dos años que restan de este periodo. Hay un equipo, hay más de 60 mil colombianos y ojalá los boyacenses entiendan que es mejor tener una voz de representación boyacense. Ojalá y en esta oportunidad pueda tener a más boyacenses acompañándome con su voto, que los que lo hicieron la vez pasada. 

¿Cuántos de los más de 60 mil votos que alcanzó fueron de Boyacá?

Creo que como 6.000 votos: en Cundinamarca obtuve 28 mil; en Bogotá, 14 mil. Pero yo obtuve votación hasta en el Caquetá, en La Guajira, en la costa, en fin. Y la mayoría de esos votos no generan tantos cuestionamientos hacia nuestra labor, ese tema es muy injusto porque uno trabaja al máximo, pero siempre salen los cuestionamientos.

¿Es ingrata la política?

Pues la labor de la política tiene ciertos reveses que incomodan y la verdad es que uno creería que siempre va a ser mejor tener una voz en el Congreso que no tenerla. Sin embargo, estoy muy tranquila, porque soy consciente de que se ha venido haciendo un trabajo a pulso.