De la fe del minero a la Resolución 100 – Juan Daniel Angulo Argote – #Columnista7días

Mario Gómez, los mineros y todos los que trabajan con esperanza y fe en su rescate nos dieron un ejemplo y confirmaron que la fe sí «mueve montañas» -y las perfora-, «gracias a Dios». Gracias, muchas veces muchas gracias, por regalarnos su «fe minera». Fuente: https://www.latercera.com/noticia/la-fe-del-minero/.

A esas montañas de misteriosas riquezas, acompañadas de la frase célebre “vamos con la fe del minero” a trabajar jornadas laborales largas y duras, muchas veces con el cristo en la mano para regresar con vida a casa, y llevar el sustento necesario de toda una familia.

Ahora, a esa fe minera le llega la Resolución No 100 del 17 de marzo de 2020, expedida por la Agencia Nacional de Minería (ANM), expresa: “Por medio de la cual se establece las condiciones y periodicidad para la presentación de la información sobre los recursos y reservas minerales existentes en el área concesionada, de conformidad con lo previsto en el artículo 328 de la Ley 1955 de 2019”. En total son 9 artículos, donde cada titular minero debe anexarle a su fe dicha resolución. El artículo 8 habla de la sanción por incumplimiento.

Revisemos: ¿qué es una reserva minera? Es aquella segura de extraer (con mínima probabilidad de accidente), sustentable y rentable. En Colombia, de los 7.652 títulos mineros otorgados en el país (7.073 vigentes y 579 autorizaciones temporales a enero de 2020). La mayoría de los titulares mineros desconoce sus recursos, y por lo tanto las reservas, estas últimas son categorizadas y explotadas con la fe del minero, esa misma que mueve montañas y las perfora cuando dicen: allí tantico va la veta o el manto de carbón.

Por otra parte, si la gran minería sabe y entiende que, la brújula de su negocio es la exploración como único mecanismo de lograr el objetivo de todo proyecto minero “las reservas”. De seguro a ellos no les va impactar la Resolución 100. Pero, por el otro lado sí, me refiero a la gran mayoría: mediana, pequeña y tradicional minería. Para ellos la exploración es su día a día “labores de desarrollo y explotación”, la fe minera les va mostrando ese camino.

Finalmente, se necesita un rol fuerte de las instituciones públicas de minería, que incentive por medio de capitales (destinar parte de las regalías), para crear un programa de apoyo, educación y desarrollo de la exploración para los titulares mineros. Es allí donde la Resolución 100 encaja de manera perfecta, creando un hábito a corto y mediano plazo. Los recursos generan reservas, y a su vez optimizan la seguridad operacional en todo proyecto minero. Recordemos que, la fe minera es ancestral, ella viene de generación en generación.