Hoy debía salir de vacaciones, pero finalmente lo terminaron sepultando ayer en Chita

En medio de honores y las extremas medidas por la pandemia despidieron en un inolvidable funeral, al sargento Martínez en Chita, tras el accidente aéreo que se dio el pasado martes sobre el río Inírida en el Guaviare.

Aunque entre la comunidad en general quedó el sinsabor porque se esperaba que el féretro de su paisano, quien llevaba ya casi tres años en aviación del Ejército, hubiera llegado en uno de esos helicópteros en los que trabajó, de esos en los que precisamente perdió la vida, su amada Institución prefirió que en un vehículo de una funeraria tuvieran que transportarlo durante toda la noche desde Bogotá hasta Chita.

Ayer finalmente, en la mañana llegó el cadáver del sargento Nelson Fernando Martínez Blanco y a las 11:30 de la mañana fue ubicado en el teatro municipal, para que bajo todas las medidas de salubridad y protección respectivas, le pudieran dar su último adiós.

“Agradecemos mucho a la Policía, la Alcaldía, el Ejército y la Defensa Civil que se encargaron de la logística para permitir la entrada uno por uno y guardando las distancias y con todas las medidas de protección para que tanto familia como amigos le pudiéramos dar el último adiós”, explicó Ana Cecilia Martínez Blanco, una de las tías de Nelson Fernando.

El funeral contó con honores militares a los que asistieron diferentes oficiales, suboficiales y soldados, especialmente del Batallón de Alta Montaña, que tiene su base en El Espino. A la eucaristía únicamente se permitió el ingreso de no más de 30 familiares entre los que estuvo su señora madre, quien logró viajar de Bogotá y su esposa e hijos que llegaron procedentes de Melgar, donde vivían con él hasta hace 20 días cuando fue trasladado al Guaviare para una misión que supuestamente terminaba ayer para a partir de hoy salir a vacaciones.

Entre los mensajes más sentidos en esta despedida, estuvo el de sus compañeros con quienes estudiaron en el curso 81 y quienes además ayudaron con un aporte económico para los gastos del funeral.

“Quiero agradecer de todo corazón al señor alcalde, José Miguel Velandia, a los funcionarios de la Alcaldía, al padre, a la Defensa Civil, la Policía, los militares que asistieron y al magisterio chitano, a todos mis compañeros docentes que tan pendientes estuvieron de nuestra familia y del funeral”, recalcó la profesora Ana Cecilia.

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