El proceso de independencia de Colombia tiene sus inicios en tiempos de nuestros precursores, por los años de 1500 con el Cacique Tundama, quien Gobernaba los territorios de Duitama, se enfrentó a los emisarios del rey de España y luego de varias y cruentas batallas fue muerto a martillazos y Al Cacique de Turmequé – Diego de Torres y Moyachoque, de origen mestizo, nacido en Turmequé, redactó varios memoriales en los que narró los agravios a que eran sometidos los indígenas a manos del reino de España.

Vale la pena Tener presente la Revolución de los Comuneros, a finales de 1700, originada en Socorro, Santander, donde Manuela Beltrán, rompe los Edictos, gritando: “Viva el Rey, muera el mal Gobierno, como señal de protestas al aumento desmedido de los impuestos.
El Grito de Independencia del 20 de Julio de 1.810, realizado en Santafé, hoy Bogotá, debe ser conmemorado con gran espíritu nacionalista y así rendir tributo de veneración a sus protagonistas, sin recelo o regionalismo, ellos son:

Antonio Nariño, Traductor de los Derechos del Hombre y Precursor de la independencia.
Don Camilo Torres, El Verbo de la Revolución, en 1.809 se inmortalizó con El Memorial de Agravios; una crítica al gobierno español y al rechazo de los españoles hacia los criollos, mestizos, indígenas y negros.
Don José Acevedo y Gómez, El Tribuno del Pueblo:
Don Joaquín Camacho, nacido en Tunja, jurisconsulto y periodista político, presidió Congreso de la Provincias Unidas en Tunja.
Don José María Carbonell, y Antonio Ricaurte. Los Chisperos de la Revolución, lideraron con gran dinámica las revueltas de 20 de Julio en Santafé.
También participaron Antonio Ricaurte, Fray Diego Francisco Padilla, Luis Eduardo Azuola, Ignacio de Herrera y Vergara, Don Manuel de Pombo, Don Eugenio Martín Melendro, Don Frutos Joaquín de Caviedes, el General Antonio Baraya, Don Emigdio Benítez, Don Miguel de Pombo, El Coronel Francisco Morales Fernández, el Doctor Francisco de Paula Morales, el General Antonio Morales, militar ecuatoriano.
Hacia las seis de la tarde José Acevedo y Gómez lanza una arenga que le mereció el título de Tribuno del Pueblo, invitando a la gente que se pusiera en pie de lucha y lograr lo que se estaba buscando:
Si perdéis estos momentos de efervescencia y calor, si dejáis esta ocasión única y feliz, antes de 12 horas, seréis tratados como insurgentes, ved los calabozos, los grillos y las cadenas que os esperan.
La revuelta del 20 de Julio y los días que le siguieron no hubiera tenido la trascendencia que tuvo sino no hubiera sido por los “Chisperos de la Revolución”, José María Carbonell y Antonio Ricaurte, estos dos criollos conocían la importancia que tenía la agitación popular. Es así como se valieron de sus relaciones con los mercaderes, yerbateros, y demás gentes del pueblo para ayudar a sostener la protesta.

La historia relata, con cierta picardía, la anécdota de “Florero de Llorente”, pero es más es importante resaltar la actitud de los patriotas que lograron convocar al pueblo a revelarse contra el imperio español, y consiguiendo que el Grito de Independencia tuviera el resultado esperado: el inicio de un nuevo estado de conciencia para reivindicar los derechos de los ciudadanos, sin distingo de raza, condición social o religiosa.
Hoy, conmemoramos dignamente El Grito de Independencia de esta Colombia Grande. Hace 210 años un puñado de auténticos patriotas, se revelaron ante el imperio español y decidieron su independencia, que se ha consolidado por la acción institucional de sus entes democráticos, con el respaldo de las Fuerzas Militares, especialmente el Ejército, su Ejército de Colombia, que ha demostrado a través del tiempo su lealtad al estado y sus Gobiernos; en defensa de la integridad de todos los colombianos. Este noble ejército que todos llevamos en nuestros corazones.
Honor y gloria a aquellos hombres que depusieron sus intereses personales y dedicaron su vida para lograr una nación libre y soberana. La Colombeia de Miranda y Bolívar, la Colombia de Camilo Torres, Santander, Nariño y Ricaurte y tantos otros Héroes Libertadores.
Honor y Gloria a nuestros soldados y policías de Colombia, quienes exponen sus vidas para preservar la seguridad en todos los lugares de Colombia.
Honor y gloria a sus familias que sufren la angustia de saberlos sometidos a las dificultades propias de nuestra geografía y de grupos fuera de la ley.

A todos ellos, expresamos nuestro reconocimiento y admiración en esta fecha clásica de conmemoración histórica.
Que esta ceremonia de Conmemoración, de tan importante fecha histórica, realizada en medio de un complicado y grave escenario mundial, nos sirva para replantear el modus vivendi…donde los individuos recobren su condición de buenos ciudadanos, y en el respeto y consideración con sus semejantes, todos unidos propendamos por una Patria mejor en absoluta y auténtica convivencia.
Boyacá tiene la oportunidad de ser, como lo fue en la época de independencia, Pilar de una nueva Revolución ciudadana. Una revolución en la que el arma fundamental sea el conocimiento, donde logremos erradicar el analfabetismo, donde depongamos los intereses personales y nos convirtamos, de alguna manera en impulsores de estabilidad social y política, donde en comunión de pensamientos y propósitos logramos una Paz Concertada y Merecida.
Hoy es importante tener en cuenta que al retomarse la enseñanza de la historia, después de más de 40 años de su manejo inapropiado…pido de manera respetuosa a la Autoridades para que en esta nueva oportunidad logremos que junto a la inclusión de la Cívica y la Urbanidad en el pensum de nuestras escuelas y colegios, se logre educar a los alumnos para que conozcan no solo sus derechos, sino que tengan conocimiento pleno de sus deberes en la casa, la escuela y la vida pública.
Es necesario reconfigurar la formación de las nuevas generaciones para que recuperen el conocimiento de la institucionalidad, de sus símbolos, de lo que representan Nuestros héroes Libertadores, nuestros Mártires. Para que hagan conciencia de todo el dolor y el sacrificio que padecieron, mujeres y hombres, niñas y niños que en tiempos de Idealismo, y Heroísmos; sacrificaron hasta sus propias vidas por darnos Patria y Libertad.
Honremos con dignidad el mandato de Nuestro Himno de Boyacá, que reza en sus estrofas:
Siempre han sido sus hombres en el bien, e le Guerra Y la paz…
A esculpir en el Muro del Tiempo la esperanza de un mundo mejor.
Eduardo Malagón Bravo
Patriota Boyacensista