Inicialmente solo se permitirá un máximo de 50 personas por templo, con dos metros de distanciamiento, y después el aforo será del 35 por ciento.

El Ministerio de Salud, mediante la Resolución 1120, adoptó el protocolo de bioseguridad de COVID-19 para el sector religioso del país, con medidas que garantizan que todos los asistentes estén sentados, con distanciamiento físico de dos metros, sillas ubicadas en zigzag y que se les tome la temperatura a los feligreses al ingreso, entre otras estrategias.
Cada iglesia debe garantizar el distanciamiento físico de dos metros entre personas sentadas. Para esto, inicialmente se llevará a cabo un plan piloto durante 15 días con un aforo máximo de 50 personas.
“Culminado dicho piloto, se realizará otro, también con duración de 15 días, en donde se permitirá aforo al 35 por ciento, con la distancia social de dos metros entre personas sentadas y cumpliendo todas las medidas dispuestas”, indicó Claudia Cuellar, directora (e) de Promoción y Prevención.
El Ministerio de Salud y Protección Social hará el seguimiento y evaluación de estos planes en municipios no COVID-19 o con baja afectación.
Responsabilidad de las iglesias
Los responsables del lugar de culto deben informar previamente sobre los horarios y formas de participar en los servicios religiosos y actos litúrgicos. Se invitará a ir directamente de la casa a la celebración y, al terminar, la población debe regresar inmediatamente a su hogar.
Todo el personal que apoye la celebración debe estar capacitado en las medidas generales de bioseguridad y sobre la identificación de signos y síntomas del COVID-19.
Se debe tomar la temperatura al ingreso del templo y se prohibirá la entrada a personas con fiebre. Hay que desinfectar todas las instalaciones, garantizar el distanciamiento de dos metros antes de ingresar al recinto y no permitir la entrada de niños y adolescentes.
Las personas al ingreso deben desinfectar las manos con alcohol glicerinado y las suelas de los zapatos con los productos recomendados para tal fin. Todos los asistentes deben usar tapabocas con correcta postura y el personal de apoyo, además, debe usar protección ocular.
“Uno de los puntos más importantes es que al momento de sentarse, se debe realizar una disposición de las instalaciones del lugar de culto que garantice el distanciamiento físico de dos metros de distancia lateral, un metro hacia adelante y un metro hacia atrás de distancia, entre persona y persona. No se permitirán personas de pie, diferentes al personal de apoyo”, recalcó Cuellar.
Dentro del protocolo se invita a garantizar la aireación natural o ventilación de los lugares de culto, manteniendo puertas y ventanas abiertas y, por ninguna razón, se debe compartir papelería o documentos de mano a mano.
Al finalizar el oficio religioso, la logística debe garantizar que no se rompa el distanciamiento físico de dos metros entre personas, que no se lleve a cabo ninguna actividad que implique manipulación de alimentos y garantizar el uso de baños públicos dentro de las instalaciones del culto, asegurando agua, jabón y toallas desechables.
Las obligaciones de los feligreses
Los asistentes a los actos religiosos deben respetar y hacer respetar el distanciamiento físico al hacer la fila de ingreso, dentro del templo y al abandonar el lugar. Tienen que realizar la higienización de manos, utilizar permanentemente el tapabocas, permanecer en el mismo lugar durante el desarrollo de la misa o culto, no llevar cirios, velas o velones, y evitar portar carteras u objetos no necesarios para la celebración.
“Un aspecto importante es no saludar de mano, besos ni abrazos, y si presenta comorbilidades como hipertensión arterial, diabetes, enfermedades cardiovasculares, cáncer, VIH, obesidad, desnutrición o es mayor de 60 años, debe abstenerse de ir”, indicó la directora (e) de Promoción y Prevención, quien afirmó que las personas con síntomas de gripa por ninguna razón deben asistir a los servicios religiosos.
Recomendaciones para evitar aglomeraciones
El protocolo recomienda efectuar una inscripción previa para las asistencias a la congregación, ya sea por teléfono o correo electrónico, para evitar conglomeraciones, como también llevar registro de las personas que ingresan, y realizar las celebraciones litúrgicas de máximo una hora.
Aumentar el número de celebraciones a fin de permitir la participación de los fieles sin congestionar los lugares de culto.
Determinar un lugar de aislamiento cuando se presente una persona que quiere ingresar al templo y que presente síntomas de cuadro respiratorio o fiebre de 38 grados.