“Timbalí” el municipio 124 o todos en uno – Ricardo Gabriel Cipagauta Gómez – #Pregones – @ricardocipago – #Columnista7días

En la dinámica de las agendas propias y de la continuidad de un noticiero vamos viendo lo que para un escritor pudiese ser una hoja en blanco, un capítulo, el libreto de la emisión o su obra. Y así por matizar las noticias del día se han convertido los especiales que nos involucran en las magistrales escritos de Gabriel García Márquez, Jorge Ricardo Isaacs Ferrer y Fernando Soto Aparicio, entre otros, y los que faltan por llegar a estar de invitados en esos escenarios únicos.

Sucede con ‘Timbalí’ que es el epicentro de una historia que en un segundo mes de un año no precisado, bien podría ser el 2020, pero que era la visión de un nobel escritor de unos 20 años, viviendo en las entrañas de su tierra y que se esperó ocho más para ser publicada y premiada, bajo un título sugestivo -que muchos utilizamos para señalar con desahogo- y que ya es lectura obligada, en papel o digital, para recordar ésa ‘La rebelión de las ratas’, por injusticias y trabajo.

Pues en la esencia de ‘Timbalí’, que pudo o puede ser el municipio 124 de Boyacá, el reflejo en uno de todos los existentes junto con los que nos fueron segregados, retumban las voces de los lugareños, las confusiones con los extranjeros y la amalgama de culturas que no lograron aclimatarse del todo y si se dispersaron por el entorno, y otras fronteras,  y el que en una novela recobra temas como la minería, los cultivos esenciales, el idioma, la esencia de la familia, las tradiciones y hasta los líderes como Rudecindo Cristancho, con su Pastora, sus hijos “Maríena y Pacho José”.

Y como hoy sin faltar las historias de Cándida y de Paco, del “Diablo o La Lechuza” y otros apodos, con la autoridad del alcalde Robertico (muy similar a sus colegas en otro país), con las calles que dividen y posiciones que polarizan y hasta pandemias que no dejan avanzar, en ésta tierra hermosa y de gente maravillosa…

Gracias a sus tres entregas Alberto Medina López, quindiano, escritor, periodista, editor, subdirector de Noticias Caracol y ‘gabólogo’ consumado nos ha devuelto el placer de disfrutar unas crónicas televisivas, matizadas con precisas imágenes y testimonios, investigación sobre personajes, temas y detalles que de seguro muchos dejamos pasar por rutinarios pero en su magia los convierte en historias especiales que nos informan, educan y recargan en el tiempo, con literatura y realidad, a sabiendas que en las huelgas se pueden lograr consensos -sin extremismos- y siendo sensatos.

Hace 4 años nos dejó el prolífico escritor Fernando Soto Aparicio, quien bien por ser el ideólogo, fundador y digno primer alcalde de ‘Timbalí’ ya está en los nombres, que de forma póstuma, ha sido presentado, postulado o por lo menos referenciado a los Premios Príncipe de Asturias y al Nobel de Literatura; y es que la realidad, la eterna verdad (novela), no ficción, ésa que no pretende engañarnos pero si alejarnos de dar nombres para no incomodarles y mucho menos recibir demandas… en un país consagrado y devotos al Sagrado Corazón de Jesús.