Siguen las “serenatas a domicilio”, como medio de supervivencia

Como una manera de sobrevivir a la aguda crisis económica y a la agónica situación que enfrenta el gremio artístico del país, ahora es habitual que por las esquinas de barrios y conjuntos cerrados aparezca una cuadrilla de mariachis con sus instrumentos al hombro y un sistema de amplificación portátil.

La serenata del mariachi, una forma de supervivencia Foto: Lucas Emanuel BR Boyacá Sie7e Días
La serenata del mariachi, una forma de supervivencia Foto: Lucas Emanuel BR Boyacá Sie7e Días

En ciudades capitales como Bogotá, Tunja, Medellín, Bucaramanga y Cali entre otras, se repite esta escena cada vez con más frecuencia y al parecer este reinvento les ha dado resultado a los talentosos músicos porque por las ventanas se asoman los residentes y hacen llegar una moneda o a lo mejor, un «billetico» de representativa cuantía.

Según la tradición, las serenatas se dan a las 12 de la noche, también como ahora, desde la calle para que el homenajeado(a) se asome al balcón a recibir el ramillete de canciones, pero hoy y en medio de esta histórica pandemia, los mariachis aparecen a cualquier hora del día y ubicados en media luna dirigen su mirada hacia los balcones de los apartamentos, no solo para entregar sus repertorios, sino para clamar por una ayuda con la que puedan llevar el alimento a la mesa de sus familias.

Los residentes además de la solidaria ayuda aplauden emocionados porque al parecer lo único que logra aplacar los ánimos en este mar de incertidumbres, especulaciones, falsos anuncios y dura realidad es la música que llega como un alivio para hacer olvidar, así sea por un instante, la difícil situación que viven unos y otros y cada quien desde su ventana.