Eventos virtuales, la alternativa – José Ricardo Bautista Pamplona – #Columnista7días

Para nadie es un secreto el inmenso sacrificio hecho por los gestores culturales que durante años han trabajado cual Quijotes para mantener vivos los eventos más representativos de la cultura nacional.

Los auxilios de los gobiernos son ínfimos y en muchos casos cero, por lo que los gestores culturales se las han ingeniado y guerreado contra viento y marea a fin de no dejar morir las actividades que conforman la agenda cultural del país y se convierte en aliada estratégica de la reactivación económica y el turismo.

Muchos de estos certámenes se encuentran protegidos por acuerdos municipales, departamentales y nacionales y algunos incluso tienen declaratorias de patrimonio, pero, aun así, se deben someter a los gustos y el capricho de los gobernantes de turno que con toda intención de acabarlos se inventan amañadas encuestas para luego decir que esos eventos no son de la preferencia de la gente.

Y entonces, ahora cuando el país atraviesa por la crisis económica y social más delicada en toda su historia, los “guerreros del arte y la cultura” se siguen dando la pela y para no dejarlos morir han reinventado otra metodología para hacerlo de manera virtual.

Muchos dicen que no es lo mismo, y claro que no es lo mismo, pero por lo menos se logra la permanencia de estas actividades tan caras para el desarrollo social y se sacan adelante, más aún cuando el ministerio y las secretarias de cultura han mantenido vivas las convocatorias y los programas de concertación para otorgar recursos según las modalidades y estrategias diseñadas al interior de cada territorio.

Ahora entonces son necesarias las juntanzas con los medios de comunicación y en especial con aquellos robustos de altas audiencias que se convierten en aliados perfectos para emitir por su espectro los eventos virtuales haciendo sentir a los amantes del arte en primera fila.

Ahora es necesaria también la sintonía con los sistemas informativos virtuales, con las páginas web, con los canales locales que puedan enlazarse con las plataformas de internet y lleven a otras latitudes esos festivales que mantenían antes de la pandemia a un público local y ahora a través de la virtualidad tienen el mundo a sus pies para llegar a todos los rincones y trabajar por la conquista de nuevos públicos.

Lo más importante es estar ahí en los momentos difíciles como éste respaldando, apoyando, sumando, aportando y legitimando con la presencia, también virtual, el cariño y admiración que sentimos por esos acontecimientos donde el país palpita al ritmo de su identidad y nos recuerda que somos dueños de un suelo de infinitas posibilidades ancestrales.

Bienvenidos los eventos virtuales y ¡GRACIAS! en mayúscula a los gestores y organizadores que siguen en la lucha, a pesar de las circunstancias. Ya volverán los abrazos, el estrechón de manos, las tertulias y todo aquello que hace irrepetible la experiencia de asistir a esta clase de jornadas, pero hoy y ahora, es el tiempo de la virtualidad.