Las enfermedades de la boca hacen más vulnerable a una persona al coronavirus, según profesional de la odontología #LaEntrevista

El presidente del Círculo de Odontólogos de Sogamoso, Alberto Castillo, habló con Boyacá Sie7e Días sobre el COVID-19 y los lineamientos del Ministerio de Salud para el reinicio de labores de este sector de la medicina.

Alberto Castillo, presidente del Círculo de Odontólogos de Sogamoso. Foto: Archivo Particular

Se refirió, igualmente, a la situación que están viviendo los odontólogos con esta pandemia, a la importancia que tienen para ayudar a prevenir el COVID-19 y a la bioseguridad con que ellos trabajan. También afirmó que se garantiza la seguridad de los pacientes en los consultorios odontológicos.

¿Qué directrices ha dado el Ministerio de Salud para que los odontólogos puedan retomar sus labores?

Esta semana salieron a la luz pública los lineamientos del Ministerio de Salud, que nos permiten a los odontólogos comenzar a tomar nuestras labores profesionales. Estos lineamientos vienen basados en una serie de aspectos tomados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que incluyen protocolos para el mantenimiento del sitio de trabajo, que son absolutamente estrictos en lo que respecta a la ventilación, a la inactivación del virus en cualquiera de las superficies del consultorio y al mobiliario. Igualmente, se refiere a los equipos de protección personal para el odontólogo, para el personal auxiliar, para el personal de laboratorio, para el recepcionista y, fundamentalmente, para el paciente, que está absolutamente protegido.

¿De acuerdo con esos lineamientos les ha tocado transformar sus consultorios?

Tuvimos que reinventarnos: el consultorio odontológico de cualquiera de nosotros en este momento es diferente a lo que fue hace dos meses.

¿Y van a atender con ese traje que parece de astronauta?

Sí, ese vestido de astronauta, que está ahora tan de moda, es un elemento de protección personal para proteger al operador, al odontólogo, al médico, para que no se contamine. Adicional, por encima de ese vestido de astronauta tenemos que llevar otra cantidad de cosas, como la bata quirúrgica, el casco, unas monogafas y unos tapabocas, que van a impedir que mis gotas de saliva vayan a tocar alguna parte del paciente. Es casi imposible que el paciente tenga contacto con alguna de las secreciones del odontólogo o de las auxiliares.

¿Después de atender a cada paciente tienen que desinfectar el consultorio?

Así es. Después de la atención de cada paciente nosotros tenemos que tener un tiempo cercano a la media hora, para dejar el consultorio otra vez en condiciones ideales para atender al siguiente paciente. La sala de espera, por ejemplo, va a tender a desaparecer: ya no podemos darnos el lujo de tener más de un paciente sentado en la sala de espera, lo ideal es que no haya nadie sentado en la espera. Sin embargo, igual se mantendrá el aislamiento social de los dos metros entre paciente y paciente.

¿Cuándo entonces van a poder empezar a prestar los servicios de odontología?

En este momento tenemos una autorización para manejar las consultas prioritarias. Por ahora estamos sometidos a todos los lineamientos del Gobierno nacional con respecto al tiempo de confinamiento, de tal manera que esperamos que a final del mes de mayo, cuando ya todos nosotros tengamos toda la parafernalia   lista para poder atender a los pacientes, podamos reabrir nuestros consultorios.

Odontólogo ejerciendo su profesión con medidas de seguridad. Foto: 123RF

¿Si hay problemas de salud oral se es más vulnerable al COVID-19?

El acto odontológico en este momento es de suma importancia en la parte de comorbilidad para el virus; es decir, en el momento en que el paciente tenga unas buenas condiciones de salud oral, seguramente si ese paciente llega a estar contaminado por el virus, el proceso que toma la enfermedad va a ser muy diferente a si este paciente tiene caries o enfermedad periodontal. 

¿En qué casos podría estar más vulnerable un paciente con problemas de salud bucal?

Esa enfermedad periodontal, que es la enfermedad de las encías, cuando la encía comienza a sangrar y los dientes comienzan a aflojarse, es un proceso proinflamatorio tremendamente complicado y grave, que apenas el cuerpo médico está empezando a tener un poquito de conciencia con respecto a él. La boca es una cavidad con una enorme cantidad de microrganismos, generalmente bacterias. Estas bacterias tienen una patogenicidad enorme y entran al organismo por dos vías: una de ellas es comiéndonos las bacterias que están presentes en la boca, porque cuando hay abscesos o presencia permanente de pus, ese pus se mezcla con la saliva y nos lo estamos comiendo cada vez que pasamos saliva, es decir, son cerca de 3.600 sorbos diarios de bacterias.

¿Cuál es la otra vía de entrada de las bacterias?

La otra vía de entrada de las bacterias cuando hay enfermedad periodontal es que el paciente que tiene enfermedad periodontal tiene sangrado en sus encías: sus encías sangran porque están ulceradas por esta misma acción. Cepillarnos los dientes en presencia de bacterias cuando la encía está sangrando, hace que estas bacterias entren al torrente sanguíneo y aparezca una cosa que se llama una bacteriemia transitoria. Esas bacteriemias transitorias, está absolutamente demostrado, son causantes de la ateromatosis, que son coagulitos bacterianos en cualquier parte del endotelio vascular del cuerpo (tejido que tapiza el interior de los vasos sanguíneos), que llevan a procesos de infartos cerebrales, de infartos cardiacos o de trombosis venosas profundas; en fin, cualquier tipo de taponamiento vascular ocasionado por bacterias provenientes de la boca.

¿La caries hace más propensa a una persona a los efectos del coronavirus?

Sí. La caries es otro proceso de tipo infeccioso, de tipo bacteriano que generalmente se asocia a un proceso inflamatorio. La caries implica una inflamación de los tejidos internos del diente, que son la pulpa, y cualquier inflamación por pequeña que sea, cualquier proceso inflamatorio en el cuerpo, comienza a desencadenar una serie en cascada de factores proinflamatorios: una enorme cantidad de moléculas, de enzimas, de proenzimas, de citoquinas, que facilitan la actividad del virus en presencia de estos factores proinflamatorios.

¿Qué son los factores proinflamatorios?

Un tobillo tronchado, un orzuelo, una uña encarnada, todos estos son procesos proinflamatorios que hacen que el ingreso y el posterior desarrollo del virus sea más favorable, porque el sistema inmune del paciente está produciendo una cantidad de sustancias que van a favorecer la proliferación intracelular de ese virus.

Odontólogo ejerciendo su profesión con medidas de seguridad. Foto: 123RF

¿Es decir que una persona con enfermedad oral debe acudir con prontitud al odontólogo para prevenir ser infectada por el COVID-19?

Ni más ni menos. La enfermedad oral, la caries y la enfermedad periodontal, en este momento son un factor de comorbilidad tan importantes como la hipertensión, la diabetes y la obesidad, porque todos estos cinco: caries, enfermedad periodontal, diabetes, hipertensión y obesidad, son factores proinflamatorios, y el virus en presencia de moléculas proinflamatorias va a funcionar mucho mejor.

¿La enfermedad periodontal es factor de riesgo para otros órganos del cuerpo?

Desde hace ya varios años hay un paralelismo absolutamente estrecho entre enfermedad periodontal y diabetes, entre enfermedad periodontal y enfermedad cardiovascular, por procesos de microcoágulos. Hay estudios en este momento que están demostrando una estrecha cercanía entre enfermedad periodontal y cáncer de colon, originado por una de estas bacterias generadoras de enfermedad periodontal. Antes de comenzar esta pandemia tuvimos la oportunidad de asistir a un simposio en Bogotá de enfermedad periodontal y enfermedad de Alzheimer. Es decir, en este momento la comunidad científica internacional les está dando a las enfermedades de la boca la importancia que realmente tienen.

¿Por qué son tan importantes las enfermedades bucales?

Primero que todo es una infección, una infección generalmente causada por bacterias muy agresivas, que pueden vivir sin aire, anaerobias. Es un proceso infeccioso que genera un proceso inflamatorio, que a su vez desencadena toda una cadena de reacciones inmunológicas que tienen que ver con el resto del cuerpo.

Y si es tan importante la enfermedad oral, ¡me imagino que el odontólogo también termina siendo más importante de lo que se cree!

El odontólogo lo hemos visto a lo largo del tiempo como la persona que se dedica a mirar las muelas de los pacientes, y no pasábamos de ahí. Esto tiene que tener un cambio absoluto, porque el médico tampoco nos colaboraba mucho, ya que miraba a todo el paciente menos a la boca. Nosotros decimos que el médico es un profesional que le abre la boca al paciente, pero para verle las amígdalas, pero no ve de ahí para adelante. El médico le dice abra la boca y usted puede tener un cáncer en la lengua y el hombre le interesa es mirar allá para atrás, la garganta, a ver cómo está.

¿Valga decir que, con una enfermedad periodontal el paciente puede terminar sufriendo un infarto y hasta un cáncer?

Así es. Ya está establecida la relación causa efecto de la enfermedad periodontal.

¿Los equipos y los gastos en los protocolos que se exigen para los consultorios tienen que salir del bolsillo del odontólogo?

Esto debería tener un apoyo de las ARL (Administradoras de Riesgos Laborales) porque ya está establecido que el COVID es una enfermedad profesional. Sin embargo, no va a ser fácil, porque a los odontólogos particulares nos toca asumir esto por nuestra propia cuenta.

¿Y resulta muy costoso cumplir con todos los requisitos?

Resulta costoso, sí. Es un gasto adicional que hay que hacer y no es fácil, sobre todo en esta época, cuando llevamos tres meses sin producir un peso. Tenemos que comprar el termómetro infrarrojo, que está por el orden de los 400.000 pesos. Una careta de cara completa, antes de estos procesos costaba 180.000 pesos y ahora puede estar costando un millón de pesos. El costo de los trajes depende del grosor de capas, además de los filtros, los respiradores, el tipo de gafas, en fin. Adicional a esto, se va a reducir el número de pacientes que se podrá atender por los protocolos de desinfección de los consultorios.

Odontólogo ejerciendo su profesión con medidas de seguridad. Foto: 123RF

¿Qué disposición se les va a dar a los guantes y demás elementos de protección personal que se utilizan y se desechan?  

Nosotros tenemos desde hace mucho tiempo un proceso de manejo de los residuos hospitalarios y de los residuos peligrosos. Hay contratos con empresas locales, así como de Cundinamarca y de Santander que recogen los residuos en camiones especiales. Sin embargo, este es otro tema al que hay que meterle la muela, porque seguramente esto va a generar un impacto importante para el medio ambiente, porque quienes generábamos uno o dos kilos de residuos al día, vamos a estar generando seis o siete. Ahora, dentro de estos lineamientos, va a haber casos en que vamos a tener que utilizar dos pares de guantes por paciente, una bata desechable por paciente. Si es una bata reutilizable, hay que tener en el consultorio un sitio adecuado para la disposición de esta ropa, para posteriormente ser lavada y esterilizada.

¿Cómo se han ido adaptando los odontólogos a lidiar con pacientes que pueden estar infectados de VIH, de hepatitis B y ahora de los coronavirus?

Nosotros hemos venido teniendo una enorme cantidad de educación continuada a lo largo del tiempo. El Círculo de Odontólogos de Sogamoso, para ser más concretos, es una entidad básicamente de tipo académico. Somos una agremiación que propende por la permanente actualización de cada uno de los socios y hacemos por lo menos cuatro charlas anuales, con expertos para que nos actualice. Estos procesos de infectología los hemos venido manejando a nivel mundial.

¿Garantizan ustedes seguridad para los pacientes que vayan a sus consultorios?

Los pacientes tienen que sentirse perfectamente seguros en un consultorio odontológico. Nosotros estamos ante unos procesos de contingencia que garantizan absolutamente que el paciente no se va a contaminar en el consultorio odontológico. Venimos manejando los procesos de bioseguridad con un altísimo estándar de éxito a lo largo de la aparición de las grandes epidemias de virus, como el sida, pasando por las hepatitis B y C, los SARS, los coronavirus, los H1N1 y las gripas aviares. Casi que somos especialistas en los procesos de asepsia, antisepsia y de esterilización. El riesgo de que un paciente se contamine en un consultorio odontológico está cercano a cero, y el riesgo de que un paciente contaminado contamine al odontólogo o al personal auxiliar, con estos lineamientos del Ministerio de Salud, también está muy cercano a cero. Si hay un sitio seguro en este momento es un consultorio odontológico.

¿El aislamiento preventivo obligatorio ha afectado mucho a los odontólogos?

Sí, por supuesto, y no solo a los odontólogos, sino a las auxiliares, a las recepcionistas de consultorio, a los técnicos de laboratorio, a los depósitos de materiales, en fin. Adicionalmente, los costos de los insumos se han subido muchísimo: una caja de guantes que comprábamos en 12.000 pesos, en este momento está por el orden de los 40.000 pesos; los tapabocas que comprábamos una caja de 50 unidades entre 4.000 y 5.000 pesos, hoy cada tapabocas vale 1.000 pesos cuando contamos con suerte.

¿Han tenido que buscar créditos para pagar nóminas?

Sí, nos hemos visto abocados a la consecución de los créditos. Estamos a la esperan de la reglamentación del Ministerio de Hacienda del subsidio a la nómina.

¿Aproximadamente cuántos odontólogos hay en Sogamoso y en Boyacá?

En este momento nosotros tenemos un grupo de WhatsApp, donde somos más o menos 600 los odontólogos de Boyacá. En Sogamoso debemos estar por el orden de los 200.

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