Los arreboles de la cuarentena

La naturaleza por estos días parece estar complacida y ha revelado en verdaderos bodegones su más seductora sonrisa.

Pueblito Boyacense en Duitama Los colores del cielo, un verdadero espectáculo de la naturaleza. Foto: Mateo Bautista – Boyacá Sie7e Días

La relación de la luz del sol con la atmosfera de la tierra está pasando por su mejor momento y ha permitido que podamos observar un espectáculo fascinante como el del pasado jueves 7 de mayo cuando las redes se convirtieron en una galería de fantásticas fotografías, muchas de ellas tomadas con los móviles desde las ventanas del confinamiento.

El fenómeno llamado “dispersión de Rayleigh”, describe que cuando el sol va bajando, la luz pasa por más atmósfera y el color azul es esparcido en muchas direcciones, por lo que las únicas que pasan directamente a nuestros ojos son las de tono rojo y naranaja.

Pueblito Boyacense en Duitama Los colores del cielo, un verdadero espectáculo de la naturaleza. Foto: Mateo Bautista – Boyacá Sie7e Días

Hoy cuando el futuro es incierto y en ocasiones no vemos la luz la naturaleza nos habla y nos pone de frente destellos inimaginables que nos llegan del sol convertidos en siluetas y en formas mágicas que transitan de un lugar a otro.

Al parecer a quien mejor le ha ido con la cuarentena es al medio ambiente porque el planeta está descansando de la mano inclemente del hombre, de la polución industrial, la contaminación vehicular y toda esa barbarie que hoy más que nunca estamos entendiendo quizá a la fuerza.

De todas maneras el cielo rojizo de estos días ha sido todo un espectáculo y en esta oportunidad tal vez nos dimos cuenta que estaba ahí porque en otras oportunidades los afanes cotidianos de la vida no nos había permitido contemplar una de las tantas maravillas de la fuente creadora.