Democracia de papel – EntreOjos – Germán García #Columnista7dias

Insisto en lo que he venido comentando desde hace varias semanas: el diseño de los planes de acción de las corporaciones autónomas regionales y de los planes de desarrollo de la gobernación y los municipios deberían cumplir con un requisitos básico y obligatorio: la participación efectiva, no solo representativa de la comunidad, en el diseño de los programas y proyectos que respondan a las necesidades de los territorios.

Hoy nos encontramos frente al escenario cierto de que estos instrumentos de planificación ya están en manos de los concejos municipales, la Asamblea de Boyacá y los consejos directivos de las corporaciones, y llegan allí precedidos de muchos cuestionamientos por la limitada participación ciudadana en su construcción.

En algunos casos se recurrió a las audiencias virtuales, un recurso valioso sin duda para reuniones grupales en tiempos de coronavirus, pero limitado si las evaluamos a la luz de las reales posibilidades de conectividad, especialmente de quienes residen en lo rural.

En otros casos, como lo denunció el concejal de Sogamoso Alejandro Gutiérrez, el proyecto de plan de desarrollo pasó directo al Concejo sin audiencias de consulta y socialización ni estudio por parte del Consejo Territorial de Planeación. Muy grave, sin duda.

Para tranquilidad de los tecnócratas que no estén de acuerdo con estos planteamientos debo decir que no soy experto en planeación, pero mi ejercicio periodístico, especialmente desde el sector ambiental, me han permitido entender que los retos a los que se enfrenta nuestra sociedad son mayúsculos, la crisis climática, por ejemplo, es inminente y con mayores impactos que la pandemia que actualmente estamos padeciendo.

Ante las realidades que afrontamos y la limitada capacidad institucional para responder a tantos conflictos, la sociedad debería poder incidir en la priorización de las inversiones hacia aquellos sectores más sensibles y vulnerables, de los cuales depende nuestra subsistencia y la de miles de especies. Los gobernantes han demostrado su falta de criterio en esta materia o un criterio ajustado a sus intereses personales.

Los recursos de las CAR, del departamento y de los municipios, que son nuestros, porque proceden de nuestros impuestos, deben utilizarse en temas esenciales que aporten al bienestar colectivo. Señores tecnócratas la democracia no puede seguir siendo de papel.   

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