Escasez de confianza – Sergio Daniel Vargas Mora #ColumnistaInvitado

En las relaciones humanas, un valor importante es la confianza.  Esquiva y compleja. Es difícil ganarla y muy fácil perderla. Y perder la confianza en algo o alguien suele venir precedido de una mentira o de varias.

Parafraseando a Nietzsche, el problema no es la mentira en sí sino en la imposibilidad futura de volver a creer. A las instituciones y a la política les aplica también. Los ejemplos de carencia de confianza en lo público y en el funcionamiento del Estado es una realidad que nos golpea a diario como sociedad.

Sí, adivinaron. El Congreso de la República, pese a su importancia dentro de toda la estructura del Estado y de su rol esencial en el Estado de Derecho, no goza de mucha confianza. Y no es de hoy ni de ahora. La desconexión del Congreso con la ciudadanía viene de mucho tiempo atrás. No nos alcanzaría este espacio ni las líneas en esta columna para enumerar las razones por las que a los colombianos no les genera confianza nuestro Congreso de la República.

Una de esas razones puede ser el desconocimiento. Una reacción humana natural es desconfiar de lo desconocido. Y lo problemático que puede ser esto es que, la mayoría de las veces, no damos segundas oportunidades a aquello en lo que desconfiamos. Y el Congreso de la República y la importancia de los temas que se tramitan a través lo hace imprescindible. Pese a esto, su fama no es la mejor y el desconocimiento de la mayoría de la ciudadanía de lo que pasa en el Congreso pasa factura.

Y la factura está siendo virtual. La pandemia del COVID-19 le llegó al Congreso como un huracán. Y arrasó con muchas cosas a su paso. La afectación a la institucionalidad y a la manera en que el Estado y sus entes funcionan ha sido profunda. Y a la rama legislativa, tan apegada a formalismos y a maneras tradicionales de funcionar, la pandemia y sus efectos han supuesto complicaciones enormes. Por una razón sencilla: la emergencia sanitaria y la imposibilidad de reuniones de más de 50 personas para evitar contagios hicieron imposible el funcionamiento normal del Congreso.

¿Por qué hoy más que nunca es importante confiar en el Senado y en la Cámara de Representantes? Explicado de forma breve, a causa del Estado de Emergencia declarado por el Gobierno para combatir la pandemia, el presidente Duque usó facultades excepcionales para legislar. Así lo reza el artículo 215 de la Constitución. Durante más de un mes, Duque y sus ministros hicieron y promulgaron más de 70 decretos ley para atender la emergencia. Siendo esta una excepcionalidad, el rol del Congreso pasaba a ser aparentemente secundario. Y esto se afianzó debido que, precisamente a causa de la pandemia, ni el Senado ni la Cámara han podido sesionar debidamente.

¿Qué queda? La virtualidad. Y nuestra rama legislativa y su desapego por lo práctico y lo moderno, por supuesto, no estaba lista para funcionar tecnológicamente. Muchas y muchos parlamentarios pusieron el grito en el cielo. El Congreso funciona presencial o es inconstitucional todo lo que pase en la virtualidad: votaciones, debates, etc. Otros, los que están a favor del Congreso Virtual, esgrimen el artículo 140 de la Constitución. La norma enuncia que el Senado y la Cámara “podrán por acuerdo entre ellas trasladar su sede a otro lugar y, en caso de perturbación del orden público, podrán reunirse en el sitio que designe el presidente del Senado.” Ese sitio, dicen, puede ser una sede virtual.

La discusión está servida. ¿Por qué pienso que un buen desarrollo virtual aplicado al Congreso puede ser una buena manera de empezar a tejer confianza del Congreso con la ciudadanía? Para empezar a conocerlo mejor, su funcionamiento y a los congresistas. Y por otra razón algo sombría. Vamos a tener que convivir con el COVID-19 por un largo tiempo. Y el Congreso se va a tener que adaptar. ¿Un modelo semipresencial y semivirtual? Ya veremos. Lo cierto es que es un buen momento para saber que está haciendo el senador/a y el representante por el que votamos el 11 de marzo de 2018. Y empezar a confiar, pese a todos los problemas.