Reactivar la construcción y la manufactura, ‘otra pata que le nace al cojo’ #Editorial7días

Los alcaldes están ‘comiéndose las uñas’ precisamente por la excepción presidencial al aislamiento obligatorio que empezó a regir a partir de ayer, es decir la medida adaptada por parte del presidente Duque para la reactivación de la construcción y la manufactura.

Para el caso de Boyacá, no es que se tengan proyectos macro como en  otros departamentos o en las grandes ciudades, pero sin haber arrancado el nuevo decreto, que según el mandatario de los colombianos busca que poco a poco se vayan reactivando diferentes sectores de la economía, ya había generado dos semanas antes un disgusto y rechazo que hoy se mantiene, por ejemplo, en el Valle de Tenza, con el anuncio de la reactivación de la obra de la llamada vía alterna al llano, en la que se ocupaban antes de la emergencia sanitaria cerca de 900 obreros desde El Sisga hasta Casanare, lo que ha generado una protesta y amenazas en San Luis de Gaceno y Santa María.

Pero, adicional a esto, aunque no tenemos sistemas masivos de transporte, la sola reactivación del servicio intermunicipal que se contempla ya en algunas localidades, precisamente por el reinicio de los dos sectores anunciados por la Presidencia, se ha encendido un debate en el que ya se anuncia por parte de diferentes comunidades el bloqueo de las vías, inclusive en contra de lo que puedan definir los mandatarios locales.

Por un lado, se teme por la grave situación de la economía, pero por otro, desde ya se anuncia que, con el regreso de dos sectores de la economía a su actividad, aunque en Boyacá no es tan representativo, sí se pondrían en un peligro inminente los excelentes resultados del encierro que ya completa 38 días y que tiene a Boyacá entre las regiones del país con menos casos de coronavirus.

De esta manera, se podrían inclusive presentar alteraciones del orden público, ya que los alcaldes, precisamente por la emergencia por la pandemia, no necesariamente tienen la última palabra y por esto hay localidades en las que las mismas comunidades tienen bloqueadas sus vías principales, sin que el burgomaestre pueda hacer nada al respecto.

Adicionalmente, una pregunta que nadie ha querido responder con precisión es: ¿Cuántos empresarios o inversionistas se atreverán a reactivar sus proyectos, pagar afiliaciones a salud y parafiscales, recontratar gente, adquirir materiales y todo en medio de la incertidumbre de que con un nuevo rebrote, como ya muchos lo anuncian, se obligue a regresar a un confinamiento más drástico, inclusive que el que hemos enfrentado estas cinco semanas, y que el descalabro para quienes se arriesguen con este tipo de proyectos sea aún más grande?

Nada fácil lo que enfrentan los alcaldes y empresarios en este momento. Cada vez más entre la espada y la pared: unos pidiendo que la economía se reactive y otros anunciando el inminente rebrote por las nuevas medidas de sacar a un grupo de la población a las calles. ¿Qué hacer entonces? ¡Palo porque bogas y palo porque no bogas!