Nos creemos súper avispados

“Ahí estamos pintados”, dirán unos; “este mundo es de los vivos”, dirán otros; “la malicia indígena”, replicarán algunos; e inclusive “esos sí son muchas abejas”, o “ese es el negocio socio” son algunas de las frases que más daño nos están haciendo a los colombianos y que nos dejan ver como abusivos, oportunistas y hasta estafadores.

Una maldita costumbre que viene ganando espacio y que hasta como padres tratamos de heredar a nuestros hijos.

Sí, de inculcarles como el gran ejemplo, para que los ‘chinos’ salgan ‘avispados’, un extraño sentimiento de buscar aventajar al otro para sentirnos bien: “el vivo vive del bobo mijito…” Y lo peor es que creemos que los demás no se dan cuenta.

La impresión que se llevan los turistas, por ejemplo, no es la mejor, porque ellos saben que abusaron, que los tumbaron y muy, seguramente, no volverán. En todo nos creemos avispados: nos colamos en la fila, nos quedamos con el cambio de más, nos repetimos de detalle o de degustación y todo porque somos colombianos.

Para no ir muy lejos, por estos días, un grupo de ‘avispados’ vio la oportunidad de hacer dinero en medio de la alarma por el tema del coronavirus y por ese mismo tapabocas que hasta hace unas semanas tenía un costo de 300 pesos en las farmacias y otros establecimientos comerciales, hoy en Tunja, Duitama, Paipa o Sogamoso piden hasta 1.500 y 1.800 pesos sin siquiera ruborizarse, ¡Qué vergüenza! ¿En serio ese es el país que queremos?

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