Se nos fue un grande de la música colombiana

Ayer, víctima de un infarto falleció Helio Roberto Zabala Suárez, primera voz y guitarra del reconocido Dueto Zabala y Barrera.

Ayer miércoles sobre las 10:00 de la mañana un infarto fulminante se llevó a uno de los íconos de la música andina colombiana. El querido Helio Roberto Zabala integrante del dueto Zabala y Barrera, quien fuera una de las voces más singulares del pentagrama nacional, se fue de este espacio quizás, en busca de otros ecos más reconciliadores para su sensible corazón.

La primera voz y guitarra armónica del afamado Dueto Zabala y Barrera nació en Socha (Boyacá) y junto a su hermano Miguel Zabala y a su compañero de siempre Fernando Barrera, conformó el dueto que escribió una página dorada en el libro de la música colombiana. “Una voz atenorada de sutil vibrato y un hilo cadencioso que envolvía el alma y lo elevaba hasta el éxtasis”.

Esas eran las expresiones de los expertos cuando se referían a la voz de este grande de la interpretación que anidó en su atesorada garganta, las obras más emblemáticas del cancionero de la patria. “Que tiene tu mirada que me cautiva, que me enloquece… “Yo me invente un amor que no existió, yo me invente un dolor que no sentí…, “La vida no me importa si tú de mi te alejas…” Esos y muchos otros versos fueron finamente, interpretados por esa voz inconfundible que retumbaba en todos los rincones y embelesaba hasta el más incauto y desprevenido, una voz prodigiosa que engalanó los escenarios de Colombia y el mundo y que hoy tras su partida llena de dolor y luto el alma nacional.

Helio alzó entre sus manos el codiciado trofeo del ‘Gran Premio Mono Núñez’ y, según me dijo al oído hace apenas unos días, “quería culminar un modesto museo donde estarían los galardones que con tanto cariño les habían entregado a Zabala y Barrera” Fue siempre así, “un buen tipo” como dirían muchos, un hijo, padre, esposo y abuelo amoroso, hermano ejemplar y amigo franco que expresaba a través de los abrazos y esa sonrisa genuina, su pensar sobre la vida. Hasta pronto querido amigo.

Hoy muchos lloran tu muerte y otros como yo, además damos gracias a Dios por habernos prestado por un bello momento a un ser maravilloso de quien solo aprendimos lecciones de vida y escuchamos inmortales serenatas.

Ánimo queridos Miguel y Fernando. Oramos por ustedes, por sus familias y por el alma de quien seguirá por siempre entre nosotros porque… jamás muere quien nunca se olvida.